tu espiritu y mi cuerpo

Capitulo 7: Mayuri

-perdona si te llamo, de hecho no pensé que fueras a contestar. Yo… acabo de llegar de suiza, quería preguntarte si me podía quedar en tu casa durante unos días
-…
- entiendo…. Bueno grac-
-¡me parece bien! Si no tienes donde quedarte puedes dormir con Utau.
-¿enserio? ¡Gracias! Ahora mismo iré directo a tu casa
-de acuerdo… si… adiós.

Después de recibir su llamada, comencé a temblar, mi corazón está latiendo con fuerza y rapidez, todo se pone blanco.
-“¿Ikuto? ¿Estás bien?... Ikuto…”
la voz de Amu es tan distante, suena como un eco. No logro entender que me esta diciendo; tengo que analizar la situación.
-tengo que sentarme- apenas logre recargar mi cuerpo en el respaldo de la banca
-¿eh? ¿Por qué lloro?- hice lo posible para evitar llorar pero poco a poco aumentaba; demonios.
Cubrí mi rostro con mis manos y recargue mis codos en mis rodillas, creo que estaba gritando, no lo sé, solo sentía como mi voz salía de mi garganta pero no lograba escucharlo, todo estaba nublado, todo me parecía tan irreal, como si estuviera jugando un videojuego y estuviera a punto de perder
-demonios ¿Por qué no dejo de llorar? Arruinara mi imagen-
“deja de llorar, deja de llorar, para, detente, no vuelvas a llorar por eso!”

No sé cuánto pase en esa situación, solo de un momento a otro deje de llorar, pero entonces un sentimiento y distintas preguntas vinieron a mi
¿Qué hace aquí? ¿Por qué me llamo? ¿Se olvidó de todo? ¿Cómo estará? ¿Tendrá novio? ¿Seguirá teniendo ese color de Cabello?... quiero verla, no me importa como pero en este momento, quiero verla.

Salí corriendo a mi casa, las clases aún no terminaban, le diré luego a Nagihiko que me de mi mochila, al llegar a la avenida comencé analizar la información, casi siempre hago veinte minutos en el autobús, pero son solo las once de la mañana
-el trafico será un asco- puedo correr hasta casa, pero tardaría más y estaría muy cansada al llegar, lo que menos quiero es que me vea así
-¿Qué hago? No tengo tanto dinero para un taxi… supongo que tendré que caminar- quise moverme pero no sentí mis piernas de nuevo.

-¡Amu! ¡Déjame ir a casa!
-“¿estás loco? Aun tienes clases y tenemos que conseguir un nuevo objetivo. Se acaba el tiempo.
-¡qué importa!
-“¡claro que importa, quiero volver a ver a EITA!”-

De nuevo ese nombre, no solo me cae mal, si no que la chica que me interesa está loca por el…

-así que todo es para el idiota de Eita, pues lo siento, pero tengo algo más importante
por primera vez logre evitar el control de Amu, estaba molesto, quien sabe porque, quería ir a casa, ver a Mayuri, no me gusta escuchar el nombre de Eita con la vos de Amu.

Tarde una hora en llegar a casa, más de lo esperado y eso es por Amu, me detenía cada esquina, me costaba mucho tomar de nuevo el control. Justo en la entrada recibí un mensaje de Nagihiko

“viejo, ¿Por qué te fuiste? ¡Dejaste tu mochila!”

-luego le hablo, las llaves, las llaves…
sí que soy idiota, porque más que busque en mis bolsillos no las encontrare, las deje en la mochila, bueno seguro habrá alguien. Toque el timbre varias veces pero nadie abrió, no tengo otra opción más que esperar a alguien de mi familia.

Espere diez minutos y nadie llegaba… supongo que tengo poca paciencia
-¡Ikuto!
llego mi padre junto con… Mayuri
-hola Ikuto. Cabello castaño, más alta, un poco delgada; tenía su equipaje consigo, era una valija pequeña tal parece que solo estará aquí un corto tiempo

-¡Ikuto! ¿Qué haces aquí? Deberías estar en clase, ¿y tú mochila?
-cálmate, no me sentía bien y se me olvido la mochila.

Mi padre abrió la puerta, los tres entramos y yo solo subí a mi habitación, recuerdo haberme recostado en mi cama justo después me dormí

Escuche como tocaban mi puerta, si lo ignoro me dejaran en paz, volvieron a tocar, seguro es Utau de molesta, volvieron a tocar
-Ikuto, ¿puedo pasar?- “Mayuri…”
-pasa- al entrar no me moví de mi posición, seguí con los ojos cerrados y volteando hacia la pared, no quería que viera lo nervioso que estaba.
-¿te desperté? Lo lamento, yo vine a avisarte de que ya está la comida
- no tengo hambre-
-ya veo… parece que tu cuarto no ha cambiado mucho desde la última vez que estuve aquí-
-sí, solo quite algunas viejas cosas…
pasaron unos minutos, para ser exacto fueron unos tres minutos, era un momento incómodo y yo sabía que algo quería decirme
-¿Qué sucede? Sé que quieres decir algo-
-¿Por qué lo dices?
-siempre que te quedas callada viendo alrededor, quieres decir algo importante-
-veo que me conoces bien- por desgracia tuve la oportunidad de conocerte muy a fondo.
-de echo quería venía a pedirte perdón-
me senté en la cama y la voltea a ver extrañado, no era normal que ella se disculpara y menos is no ha hecho nada.
-¿Por qué?
-porque lo que te hice hace un tiempo- demonios tenías que recordármelo, ahora sé por qué no tenía que verte o hablarte. Maldición, esta platica será larga.