Falling

Cap 3

Ha pasado aproximadamente un mes después de aquel enfrentamiento con Mercury, creí en ese entonces que a partir de ese conflicto él le contaría a todo mundo acerca de lo que sucedió y por supuesto, haciéndose la víctima para hacerme quedar mal frente a los demás, claro, soy Yang, mejor conocida como la chica de carácter fuerte y agresiva. Desde aquél día Blake siguió distante de mí, creí que ese muro invisible que nos separó lo había puesto Blake, pero con el paso del tiempo me di cuenta de que en realidad lo había puesto yo con mis inseguridades. Fui yo quién se alejó de Blake. ¿Por qué? pues, era yo quién se acercaba a contarle un chiste para hacerla reír, era yo quién le decía que entrenáramos, era yo quién se acercaba a charlar con ella como una amiga; pero desde que creí que Blake me gustaba yo sólo empecé a actuar diferente, más nerviosa, más distante. Soy una estúpida.  

Volví a hablarle como antes, sólo que esta vez era más delicada, amistosa y a veces me quedaba viéndola cuando ella me explicaba algo; ¿También lo sientes Blake? cuando tomo tu mano durante tu lectura, cuando toco tus mejillas preocupándome por tu bienestar, cuando intercambiamos miradas, puedo sentir que una conexión nos está uniendo, puedo sentir que mi corazón late al mismo ritmo que el tuyo, sincronizadas.

— Blake — Le llamé por su nombre cuando ella estaba sumergida en un libro, esa vez nos escabullimos en la biblioteca a altas horas de la noche, yo no quería estar en mi habitación, yo quería estar fuera con Blake, a solas; apuesto a que Blake también sentiría lo mismo, si no ¿Por qué habría aceptado romper las reglas conmigo? 

— Si? — Ella me respondió sin apartar la mirada del libro.

— Sabes, no puedo quitarte los ojos de encima — Apoyé la espalda ligeramente sobre la estantería de libros.

— Lo sé — Dijo antes de pasar la página y proseguir con su lectura.

— Blake — Volví a llamarle por su nombre.

— Si? — Volvió a responder, pero ni se inmuta; parecía estar ignorándome, refunfuñé y le miré para después interrumpir su lectura y poner la mano sobre el párrafo que leía. 

— Blake mírame, tengo algo importante que decirte — Acorté la distancia entre ambas, quería que me escuchara claramente. Blake por su parte guardó silencio y finalmente me miró, la única luz cerca de nosotras era la luz de la luna que se propagaba por la ventana — Me gustas — Sin embargo, después de que dije eso Blake no respondió, pero pude notar un rubor en sus pálidas mejillas — Estoy enamorada de ti — Pero ella seguía sin responder y sólo desvió la mirada. Con su silencio, me enteré de que yo no tenía esperanzas con ella — Blake, si no sientes lo mismo lo comprenderé, pero por favor... dime algo.

—  No es eso — ella respondió con un tono de voz muy bajo, entonces me miró a los ojos — Yo... también estoy enamorada de ti — respondió mientras sujetaba la mano que interrumpió su lectura intencionalmente, entrelazó sus dedos y tomó la iniciativa de unir nuestros labios; ella sabe que soy tan cobarde como para dar el siguiente paso. Ella me conoce demasiado. 

Yo me sentí protegida, amada por ella, ya no sentiría más dolor y ya no me torturaría con la misma pregunta que reaparecía en mi mente cada segundo, cada vez que me despertaba pensaba sólo en ella, siempre que la miraba sola o con Sun me sentía tan celosa y preocupada de que en cualquier momento me la arrebatara. Pero al parecer no era la única que sentía cosas profundas por alguien, era un sentimiento tan lejano que finalmente logré alcanzar como una estrella, ese amor que nunca creí encontrar estuvo presente frente a mí. 

Sólo cerré mis ojos y me dejé llevar por el movimiento tan sensual de sus labios era ella quién me hacía brillar con fuerza, ella era la mujer indicada, la que estaba escrita en mi destino ¿cierto? Yo me acerqué más a ella con suavidad, la atrapé contra aquél estante de libros, mis manos fueron sigilosas y delicadas con su piel pues la tomé de las muñecas sólo como instinto, era como si yo ya supiese qué era lo que debía hacer. Aunque no lo quisiéramos debíamos separarnos para recuperar el aliento que nos faltaba por la intensidad del beso, Blake estaba jadeante ante aquella unión, pronto sentí que mi temperatura comenzaba a aumentar al igual que la de Blake, crucé mi mirada con los ámbares de ella, fue su preciosa mirada la que acabó con la poca cordura que me quedaba, donde de un momento a otro atrapé con mis dientes su cuello donde obtuve como respuesta un leve gemido que escapó de sus labios. Su pijama me hacía más fácil las cosas al tener descubierta su clavícula, bajé hasta aquella zona dejando un rastro de besos. 

Me separé por segundos y vi como aquel lazo parecía moverse como si estuviera intentando aplanarse hacía atrás, entonces acerqué mi mano para zafarlo, pero aquella sombría dama de las sombras se negó con un ágil movimiento que sujetó mi muñeca.  

— ¿Por qué tienes que ocultarlo? — Pregunté mirando el dolor en sus ojos — No tienes que esconder quién eres Blake — alejé mi mano pues no quería forzarla a hacer algo que no quería.

Blake no respondió nada, pero se mantuvo en silencio por segundos, ahí fue cuando escuché con claridad su respiración pesada; Pronto ella misma se deshizo del lazo, eso era todo lo que deseaba ver.

— Tus orejas, Blake... te hacen ver tan linda.

— ¿En serio lo crees?

— Jamás le mentiría a la mujer que amo.

Ella sonrió apenada ante aquél cumplido; nuestro equipo supo que Blake era un Fauno cuando en un debate con Weiss, Blake defendió a su raza y reveló que fue integrante de WhiteFang, más ella no era una persona mala, ella sólo deseaba la paz. 

Fue eso lo que acabó por engancharme con ella. Le sonreí con ilusión y me acerqué a besar sus labios mientras esta vez acaricié su cabeza, frotando con suavidad sus adorables orejas de gato para consentirla; Aquél día fue inolvidable para mí.

Blake había aceptado mis sentimientos y me dio la oportunidad de escribir mi historia con ella.