Segunda temporada de «Little Kook, will you remember me?»
No era fácil de procesar, me era casi imposible.
Pero desde el momento en el que supe que debía regresar a Seúl y verte la cara constantemente me resigne a ignorarte. Lo cual era mi principal...
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Sentía que me ahogaba, sentía que los recuerdos del pasado me invadían rápidamente y como si una espesa niebla me nublara la vista.
Lo separe de mi temblando haciéndome un ovillo en la cama mientras mi pecho subía y bajaba rápidamente, mis manos fueron a parar en mi cabello apretando este fuertemente.
-¿Por qué?- pregunté en un susurro.-¿Por qué tuviste que hacerme todo eso, Seokjin?- alcé mi mirada encontrándome con la de el, este mismo se encontraba analizando la situación y se sentó en el piso alejado de mí viendo hacia la nada.
-Yo no pedí eso Seokjin, las cosas hubieran sido diferentes si hubieras esperado un poco más.- Seguí diciendo, era tanta la impotencia acumulada en mi interior desde hace tantos años que las palabras me salían temblorosas debido a los nervios.
-¿Lo recuerdas?- Su voz ronca resonó por las paredes de la habitación en donde nos encontrábamos.-¿Recuerdas lo que te hice en este cuarto y en el tuyo?-
-Si.-
-Perdón.-
-¿Por qué?-
-Por que te deseaba.-
-Era un niño.-
-Yo no te veía de esa manera, sé que estuve mal, todo el tiempo me arrepiento intento cambiar aquello y como desearía que no lo recordarás, Jeongguk.- Su vista se alzó viéndome a los ojos, sus orbes color café destilaban un poco de tristeza al igual que vergüenza.
-Lo recuerdo mejor de lo que quisiera, sin embargo el que quieras cambiar no significa que pueda perdonarte, que pueda siquiera pensar en ser tu amigo, la idea me repugna, quiero ser libre y tú no me lo impedirás, no me interesa si no te gusta verme de la mano de alguien más o si me beso con alguien incluso si tengo sexo con alguien nada de eso debe de ser tu incumbencia.- Sentencié secando las lágrimas que habían escapado en algún punto, esta habitación era la misma que en mis recuerdos, un escritorio de madera con un ordenador y libros al igual que bolígrafos desordenados por todo el lugar, justo como la escena de una película de adolescentes.
La sábanas de la cama seguían siendo de aquel color vino brillante, las almohadas eran de color beige y había una ventana con cortinas de encaje a lado de la cama. En el suelo se encontraba una alfombra color azul marino de tercio pelo, la puerta blanca del baño también se observaba en el lugar.
Pero a pesar de que la habitación era la misma, las personas que nos encontramos en esta hemos cambiado.
-No puedo hacer eso, Jeongguk.- Respondió rápidamente a la vez que se reincorporaba del suelo.-Aunque me quieras lejos de tu vida yo no puedo hacer eso, es egoísta, lo sé pero el simple hecho de imaginarte así me enferma había pensado que todo esto de él enfermizo amor que siento hacia ti se quitaría con el paso del tiempo y la terapia, pero ahora que te vuelvo a ver...- Hizo una pausa acercándose cautelosamente hacia mi.-No lo sé, no creo poder alejarme.-
