Capítulo 3

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Fang Guo tenía el corazón ancho y, a pesar del susto inicial espeluznante, sin embargo, la noche pasó y todavía no estaba herido. Al día siguiente salió de la sala ancestral, e incluso después de asistir al funeral de Wei Wei, no volvió a ver al fantasma de esa noche.

Entonces se relajó, más o menos adivinando que el fantasma ... solo estaba dando un paseo gratis.

Fang Guo se quedó dos días en la aldea, y solo al tercer día asistió al funeral de Wei Wei.

El pueblo era muy ordinario durante el día, lleno de un alboroto de voces, con los aldeanos simples y poco sofisticados. Solo de noche el pueblo se volvió mortalmente silencioso, como si nadie viviera allí.

Fang Guo preguntó con algunos de los ancianos del pueblo, y los ancianos le dijeron que cuando alguien moría en el pueblo, no podían hacer un alboroto por la noche, para no dejar que las almas difuntas se sintieran reacias a dejar el ruido bullicioso del mundo mortal, y se niegan a entrar en el ciclo de la reencarnación.

Aunque sonaba bastante supersticioso, las aldeas remotas de montaña siempre tenían varias costumbres extrañas, y sus charlas sobre fantasmas y dioses eran especialmente raras.

Después de preguntar, Fang Guo no dijo nada más, solo se quedó tres noches en el salón ancestral en su solitario. En la primera noche todavía estaban el conductor y el otro trío, pero las otras dos noches lo vieron solo.

El segundo día, Fang Guo fue a visitar la casa de Wei Wei para presentar sus respetos y se le informó que asistiera al funeral el tercer día.

A su regreso, llamó al monitor de la clase, pero no pudo comunicarse.

Se sugirió que el número de teléfono estaba sin crédito.

Fang Guo frunció el ceño y lo encontró extraño. Hace dos días acababa de llamar, por lo que no se pudo haber suspendido el número de teléfono debido al crédito. ¿Podría ser que el teléfono se extravió accidentalmente y se suspendió el número?

Sacudiendo la cabeza, decidió no pensar más en eso si no podía descifrarlo.

Solo se quedaría un día más, después de asistir al funeral se iría de inmediato.

Al tercer día, Fang Guo fue a asistir al funeral de Wei Wei.

Había muy pocas personas en el funeral, solo unas pocas dispersas aquí y allá. Casi no había jóvenes, y los padres de Wei Wei estaban quemando papel de incienso, y unos pocos hombres fuertes estaban a un lado esperando para llevar el ataúd.

Fang Guo terminó de ofrecer incienso y levantó la cabeza para ver el retrato monocromático de Wei Wei.

La Wei Wei en el retrato era bonita y joven, su rostro no se perdía ante las estrellas calientes de la época. Con una ceja elegante, que tenía un toque de tristeza, se parecía a la niña lila en el callejón lluvioso.1 .

Parecía tener solo veinticinco este año.

Qué pena.

Todas las cosas hermosas parecían invitar a la pena y al arrepentimiento una vez que desaparecen del mundo. Fang Guo también sintió que era una pena, un arrepentimiento.

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