Capítulo dieciocho

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Después Leo se cambió y me llevo a casa.

Desde ese momento las cosas empezaron a ir demasiado rápido, a los pocos días ya estabamos de rollo.

Mis amigas no paraban de decirme que me apartara de él al igual que mi hermano, pero a mi me gustaba, me estaba haciendo feliz y no me fije en lo que todos hacian que el mundo viera de él.

Saliamos de vez en cuando con sus amigos y las motos, un día fuimos a un bar y Leo se empezo a pelear con unos chicos que le habían tirado una botella de cristal al novio de su hermana.

Se salieron del bar y se pusieron a pegarse, pero vino la policía y todos salimos corriendo. Leo por suerte no se llevo ni un rasguño.

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