Capitulo 2

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El mundo entero se paró cuando la vi. Todo a mi alrededor dejó de girar; mis pensamientos dejaron de circular; mi mente se quedó atrancada en ella. Esa chica de pelo castaño, largo y rizado por la puntas, que eran de color azul; de ojos marrones, casi negros; y piel bronceada por el sol. Esa chica que me sonaba. Esa, que hizo que todo en mi mundo cambiara.
En un principio, todos nos quedamos pillados. Era normal. Adriana era muy guapa. Se quedó parada, al lado de Nacho, mirándonos uno a uno de arriba abajo sin pudor alguno. Tenía un aspecto despreocupado y unas gafas de sol rojas sujetándole el pelo. Todas las chicas la miraron con la boca abierta, al igual que los chicos, pero, claro, cada uno por una razón. Llevaba unos pantalones vaqueros cortos claros que no dejaban mucho hueco a la imaginación, una camiseta amarilla que le llegaba por las costillas y dejaba ver el pirsin que llevaba en el ombligo, y unas chanclas "hawaianas" a juego con la camiseta. Tenía las muñecas cubiertas de pulseras de todos los colores y de los estilos más variados. Seguidamente, miré a las chicas y me di cuenta de que ninguna iba tan "provocativa" como ella. Una mochila azul descansaba en su hombro, desnudo debido a la anchura del cuello de su camiseta. No iba maquillada como las demás, pero estaba más guapa que ellas. Y, de repente, nuestras miradas se cruzaron. Noté como sus ojos se clavaron en los míos y como me comenzaron a subir los colores al notarme tan observado. Y tan pronto como habíamos coincidido, desapareció.

- Adriana, estos son Javier, José, Elena, Víctor, Clara, Marta, Toni, Fran, Carlos y ... Alex.
- Hola -dijo sonriendo. Una sonrisa blanca y brillante. Tanto que se podría decir que era modelo de anuncios de dentífricos.
- Hola -contestamos todos al unísono. Ellos todavía no salían de su asombro. Lo cierto era que, de todas las chicas que habían estado con Nacho, Adriana era la más guapa. Pero no era solo por su físico (que también) sino por la actitud de seguridad y tranquilidad que tenía. Era asombrosa.
- Y si se te ha muerto el coche ¿cómo vamos a ir todos? -preguntó por fin Elena sacándonos a todos de aquel estado de embobamiento.
- Buena pregunta... -admitió Nacho.
- A ver: Hay dos coches y una moto, y estamos doce personas...
- Yo llevo a Fran, Carlos, Marta y Clara -dijo Toni.
- ¡Nosotros vamos con Víctor! -exclamó Nacho -Es el que tiene música de la buena...
- Pero yo ya llevo a Javier, José y a Elena. Solo cabe una persona más.
- Yo puedo llevar a alguien. Siempre llevo un casco de sobra -declaré. Inmediatamente, todas las chicas se abalanzaron sobre mi. Todas menos Adriana.
- ¡Yo me voy con Alex! -gritó Clara.
- ¡No, con Alex me voy yo! -replicó Elena.
- ¡No, voy yo! -bufó Marta.
- Pues si que las tienes loquitas... -añadió sarcásticamente Adriana. Hice caso omiso a su comentario y eché mano de mis fuerzas para apartar a las chicas de mi.
- A ver, solo tengo un espacio y un casco. Y como comprenderéis, no puedo llevarme a las tres...
- Muy hábil -se mofó Adriana. Volví a ignorarla.
- ¡Pues yo quiero ir contigo! -manifestó Marta.
- ¡Y yo! -añadió Clara.
- ¡Yo también! -se quejó Elena. Teníamos un problema serio. Cada vez que había disputa por montarse en la moto, dos de ellas acababan enfadadas. Y no era plan de empezar así la mañana...
- Chicas, tenemos un problema... -convino Nacho.
- ¡No me digas! -le soltó Clara, visiblemente enfadada -Si no la hubieras traído, no estaríamos en esta encrucijada -Golpe bajo incluso para Clara. Los ojos de Adriana centellearon, llenos de rabia.
- Tranquila, ya me voy por donde he venido... -se ajustó la mochila y dio media vuelta.
- No. No lo ha dicho en serio -la agarré por la muñeca con fuerza justo antes de que comenzara a caminar. Una sacudida eléctrica me atravesó cuando nuestras pieles entraron en contacto. Retiré la mano agitandola, igual que ella.
- Tiene razón. Lo que pasa es que está celosa... -Nacho, como siempre, metiendo el dedo en la yaga. Ahora si que se iba a montar una buena.
- ¡No estoy celosa! -objetó Clara.
- Oh, si que lo estás... Sigues colada por mi. Reconócelo.
- Nacho, para -le advertí. No me gustaba como se estaban tornando las cosas.
- ¡No sigo colada por ti! ¡Para tu información, no todo gira entorno a tu puñetero ombligo! ¡No eres el centro del universo! -Clara subía cada vez más el tono de su voz.
- ¡Parad ya! -grito Elena -Esto es muy simple: Fran, Carlos, Marta, Clara y yo en el coche de Toni. Ya me esconderé yo debajo de los sillones. El resto con Víctor. Y punto ¡¿Entendido?!
- Alto y claro señorita -bromeó Víctor.
- Pues en marcha.

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⏰ Última actualización: May 26, 2015 ⏰

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