Capítulo 1: Sal de mis sueños

2 0 1
                                    

Zarah's POV

-Era la completa oscuridad, pero se podía vislumbrar dos cadenas con dijes en ellas, y ambos chocaban una y otra vez... solamente se oía el tintineo del material.-Me volteé hacia Finn, quien estaba untando mantequilla en su tostada.-Y era otra vez el rayo y el diamante de siempre... ¿me estás escuchando?

Lo escuché gruñir en mi dirección, sin saber si era para decirme que me callara ya o que me estaba prestando atención.

De cualquier manera no seguí hablando, sabía que Finn tenía mal despertar y odiaba que le hablara tan pronto abriera los ojos. Pero es que me resultaba realmente fascinante el hecho de estar teniendo el mismo sueño desde hace ya un mes.

Había consultado en la web acerca de su significado pero las respuestas eran escasas, por no decir que no encontré ninguna. Solo sabía que aquello tenía que significar algo muy fuerte como para haberlo soñado por un mes entero.

-Deberías ir a terapia.-Finn pronunció ya desde el sofá, en donde estaba sentado viendo las noticias mientras desayunaba a las doce del mediodía. Noté que se había llevado una gaseosa y también tenía varias cosas más a su alrededor, cuando me acerqué, vi que tenía un paquete de papas fritas, una hamburguesa a medio comer, helado de menta y las tostadas.

-Y tu deberías de cambiar ese hábito de desayunar y almorzar a la vez.-Dije mientras me sentaba a su lado y comía de sus papas.

-El Almuerzayuno es patrimonio cultural, no insultes la cultura. Estamos en vacaciones, y además de que no tenemos a papá y a mamá, fue lo mejor que pudieron hacer desde nuestro nacimiento el alquilarnos el departamento para que podamos ir a la universidad.-Bostezó y se chupó la mantequilla de los dedos, para después secarse en su pantalón.-Lo más cercano a un adulto aquí eres tú, así que no me preocupa.

Viendo que era imposible tratar con él, me volví sobre mis pasos, pasé por la cocina en la que había estado previamente, caminé por el largo pasillo hasta el final, en donde estaba la puerta de mi habitación.

Hacía menos de un mes que nos habíamos mudado solos mi hermano menor y yo a un departamento en otra ciudad para así poder "estudiar". La verdad es que los estudios fueron la excusa perfecta por la que pudimos escaparnos de nuestra ciudad natal, la cual se había convertido en el mismísimo infierno el tener que vivir ahi.

El departamento quedaba en una zona bastante tranquila y segura de Detroit. A su vez era bastante grande y espacioso.

Lo único que estaba extrañando en esos momentos era a mis amigos, el estar en vacaciones y no tener con quien salir a pasear o dar una buena fiesta, me ponía bastante melancólica.

Corrí algunas cajas que estaban sin desempacar a un lado de mi cama y me senté en el escritorio, donde estaba abierto un cuadernillo con un lápiz dentro. La hoja estaba escrita y dibujada con garabatos y bocetos de lo que eran los dijes en mis sueños. Se trataba de un rayo de lo que parecía ser oro y un diamante, ambos brillaban intensamente ha pesar de que en el fondo no se distinguía ninguna luz, como si el brillo proviniera del interior de los dijes.

Skye's POV

-Aquí tienen su Frappuccino late y su té de rosas.- Dijo el mesero con una sonrisa seductora en dirección a Bobbi quien no despegaba su vista del café que le pusieron frente a ella.

"Muchas gracias" murmuró y esperó a que se vaya el mesero para levantar la vista.

-Creo que es hora de cambiar nuestra cafetería habitual.-Me miró con el rostro completamente ruborizado, casi del mismo tono de su cabello.

-¿Por qué lo dices?-Sonreí.

-¿No es obvio? ¡Lo vi desnudo!-Exclamó haciendo gestos con sus manos en el aire.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 22, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Jamais VuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora