VI

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Espero les guste ~ 💕

°°°

Desde que lo conozco, prácticamente toda una parte de mi vida, nunca he odiado a GengJi como lo hacía en ese momento. Casualmente cogió un libro de la biblioteca equivocado, casualmente olvidó devolverlo en su tiempo y casualmente hoy estaba lo suficientemente ocupado como para tener que ir yo en su lugar.

Como pase más tiempo me sancionaran y es muy importante que lo devuelvas hoy no quiero que me veten en la biblioteca y yo tengo cosas que hacer.

Esas fueron las palabras literales que mi amigo dijo sin comas ni pausas, dejándome el libro en las manos y corriendo hacia sus clases.

» Y de paso saluda a Yibo, te quiero A-Zhan y sé que tú también a mi. c:

Siendo este el mensaje de texto que me envió justo antes de que entrara por la puerta. No había vuelto a coincidir con él en ninguna ocasión desde aquella noche, y no por que no quisiera, simplemente fue el hecho que comenzó el trimestre final y me centré en mis estudios mucho más a fondo. Atravesé la biblioteca hasta llegar al mostrador y suspiré algo aliviado al encontrarme con una señora mayor con gafas y moño encajando perfectamente con el ambiente del lugar.

— Un día más y tu amigo tendría que pagar una multa. Ha tenido suerte. —  Dijo algo borde.

Asentí asustado por la última mirada asesina que me dedicó antes de marcharme, me dio escalofríos. Observé la biblioteca mientras avanzaba a la salida, aparentaba ser mucho más grande de lo que era el edificio, filas y filas de estanterías que parecía que no tenían fin junto con mesas donde los estudiantes tenían esparcidos sus apuntes.

Olvidando el motivo por el que me quería marchar rápido de allí, me paseé hasta llegar a la zona de música. Me gustó la manera en el que lo tenían expuesto, con discos de todos los tiempos, incluido alguno actual con lugares donde poder escucharlos con auriculares, siendo ese momento en el que me percaté de su presencia.

Su cabello blanco inconfundible estaba aplastado por unos enormes cascos, movía la cabeza al ritmo de lo que estuviera oyendo y cantaba sin salir sonido de sus labios. Me acerqué sonriendo, me pareció divertida la manera en la que intentaba bailar solo con sus brazos aquello que escuchara, como tenía los ojos cerrados no se percató de que estaba allí.

He de admitir que no quería encontrármelo, mi único miedo era el que decir luego de aquella noche, y más después de la manera en la que me fui, pero de algún modo quise hablar realmente con él, el problema fue al acercarme pues mis nervios volvieron y crucé los dedos para que realmente no me hubiera visto, pero no fue así.

— Xiao Zhan — Dijo no muy fuerte, pero lo suficiente para que lo escuchara y me girara.

— Hola Yibo. — Sonreí.

— No esperaba verte por aquí.

— La culpa es de GengJi, olvidó devolver un libro y he venido en su lugar.

— Ah.... — Se formó un silencio incómodo, ninguno de los dos sabía que decir y estuve dispuesto a despedirme, pero él tuvo más valor. — No he parado de pensar en ti. — Yo tampoco, pensé pero tampoco dije nada. — Quiero llevarme bien contigo, sé que no hemos tenido encuentros... fortuitos, aunque debo reconocer que no han estado nada mal. — Aquella sonrisa pícara volvió, pero por la mirada que le dediqué cambió su expresión. — Quiero decir... empecemos desde el principio. — Me tendió la mano — Me llamo Wang Yibo, trabajo en esta biblioteca a cambio de algo de dinero y que me dejen disfrutar de ella a mi gusto.

No sé por qué aquello me pareció tierno, así que le seguí la conversación mientras aceptaba su mano.

— Soy Xiao Zhan y estudio música en esta universidad. — ¿Qué más podría contarle si los puntos importantes de mi vida ya las sabía? Sonrió ante mi corta presentación.

— Mi turno acaba en quince minutos ¿Quieres tomar un café?

Acepté, aquel muchacho acababa de decir las palabras mágicas.

°

— Bueno ya se algo más de ti. —  Dijo mientras nos sentábamos en una de las mesas de la cafetería donde me llevó. — Quería sorprenderte con este lugar, pero veo que eres cliente habitual y que adoras el café.

— Es uno de mis sitios favoritos, después de mi cuarto. Pequeño, acogedor y donde hacen el mejor café de la región, a mi gusto. — Le dije, dandole un sorbo a mi café, disfrutando del sabor.

Al notar mi falta de palabras, Yibo comenzó a acribillarme a preguntas de todo tipo comenzando desde mi pasión por la música, pasando por mi niñez y acabando en GengJi.

— ¿De verdad que solo son amigos? Una relación como la de ustedes tiene que haber llegado a algo más... — Aquello último no lo dijo muy alegre.

— Bueno, no voy a decir que nunca haya pasado nada. — Los ojos se le abrieron de golpe muy interesado en lo que estaba contando. — Verás, una noche tuvimos una conversación parecida a esta, nos conocemos desde siempre, tenemos las mismas preferencias y pocas veces nos hemos peleado. También nos tenemos mucho cariño y confianza así que no perdíamos nada al darnos un beso, de hecho para los dos era el primero. Para serte sincero no estuvo nada mal, en realidad fue bastante intenso y placentero.

— ¿Y entonces? — Sonreí ante su insistencia.

— Nos dimos cuenta que el único amor que sentíamos entre nosotros era el fraternal. Aquello nos unió mucho más de lo que ya estábamos, él es alguien muy importante para mí.

— Por lo tanto... yo he sido tu segundo beso. — Le miré directamente y enrojecí al instante al verlo de nuevo con esa sonrisa pícara, pero de alguna manera me puse firme.

— En realidad, podemos decir tercero. — Se sorprendió de la misma manera que GengJi aquel día, cuando de dije que tenía una relación con mi compañero de clase. — Estuve como medio año saliendo con un chico que venía conmigo a clases de inglés, al poco de comenzar la universidad.

— ¿Y qué pasó?

— Lo dejamos por que se mudó a la otra punta del país para estudiar otra cosa.

— ¿Y no siguen en contacto?

— De vez en cuando hablamos por chat y se cómo le va por redes sociales. De hecho creo que tiene nuevo novio. — Le miré directamente. — ¿Por qué estás tan interesado? — Yibo rió.

— Ni yo mismo lo sé. — Me respondió al bajar la mirada, aún sonriendo mientras negaba con su cabeza.

— Ahora te toca a ti.

— ¿Qué? — Me dijo una vez volvió a fijar su vista en mi, solo que esta vez, lucía un poco serio.

— Hablar de ti. — Le ataqué con la cuchara.

— Tu vida es más interesante que la mía.

— Inténtalo.

A pesar de que insistí, me contó lo justo y necesario. Al perecer vivió en un orfanato hasta los dieciséis y luego fue trabajando como pudo, hasta poder pagarse su propia vivienda. Tampoco pudimos alargar mucho más nuestra conversación, pues ya estaba oscureciendo y ambos nos teníamos que marchar.

Yibo insistió en llevarme a casa por mucho que me negué, incluso me acompañó hasta la puerta, según él mi calle era muy oscura y peligrosa.

— Aunque no haya mucha iluminación, la luz de la luna siempre nos deja ver por dónde vamos.

— La luz de la luna no siempre es buena... — Dijo en un susurro, aunque no le dí importancia.

— Gracias por acompañarme, debo admitir que no ha estado tan mal. Supongo que tendré que darle la razón a GengJi, salir de vez en cuando está bien.

— Podemos repetirlo cuando quieras. — Me dijo, volviendo a sonreír y se acercó a mí. — También lo he pasado bien.

Por un segundo me perdí en su mirada, hasta que mi vista se posó en dirección a sus labios, haciendome tragar en seco. No lo pensé dos veces y lo besé, esta vez lo único que tenía en mi cuerpo era café así que estaba absolutamente seguro de lo que hacía. Él no me evitó en ningún momento, pues lo único que hizo fue profundizarlo mientras me apoyaba en la puerta de entrada.

Dirty Paws || Yizhan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora