VII

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Perdón por la tardanza, espero les guste. ~

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“Nuevos ataques en la zona, esta vez a un grupo de estudiantes que acampaban en el bosque. Uno de ellos falleció mientras que otros dos se encuentran gravemente heridos. Solo uno de ellos consiguió huir del asaltante, según él pudo distinguir a una especie de lobo con un tamaño mayor de lo normal...”

Al despertarme por la mañana GengJi
miraba las noticias con atención. Era la primera vez que los ataques eran a personas y no a animales, aquello ya comenzaba a preocupar a los ciudadanos. En la televisión se podían ver como todos los agentes y personas interesadas ponían su granito de arena en la búsqueda del animal que estaba causando tales atrocidades.

En todos los lugares nos recomendaban que no saliéramos de noche, y que nos acercáramos al bosque lo mínimo posible, algo imposible para nosotros, pues vivíamos a escasos metros de él. Por desgracia toda seguridad fue poca, y casi cada noche se producía algún ataque. La parte menos mala era que los más afectados eran los animales y no hubo más muertes de personas.

A parte de estos sucesos, las semanas avanzaron como cualquiera, exceptuando mis tardes, en las que visitaba la biblioteca más a menudo y las noches que dormía fuera de casa. Aunque GengJi me insistía en que le explicara cada una de las cosas que hacía con Yibo, no era nada fuera de lo normal. Algunas veces íbamos a la cafetería y otras las pasábamos en mi cuarto pues él decía que lo relajaba el sonido de mi piano. Pero mi compañero de piso insistía más en hablar de las noches en las que yo no tenía que estudiar y las pasaba en casa de Yibi, y allí no había ningún instrumento musical.

No ponía nombre al tipo de relación que mantenía con él, a ambos nos gustaba pasar el tiempo juntos, y aunque había muchas noches vergonzosas de admitir para mí, también estaba la tarde en la que descubrimos el talento oculto de Yibo para escribir letras de canciones. Encontré un papel escrito con algunas frases encima de la mesa de su cuarto, una de las mañanas en las que desperté allí, pero se adelantó y me lo quitó antes de que pudiera terminar de leerla.

—Vamos Bo Di, no está tan mal. — él se dedicó únicamente a enrojecer y tirar el papel, hecho una bola, al cesto de basura.

—No sabía lo que hacía ¿Vale? Es una tontería.

—No es ninguna tontería. — Dije mientras lo recuperaba y terminaba de leerlo. —De hecho le vamos a introducir algo de música. Vístete.

En poco rato ya estábamos en mi habitación, sentados en el piano. Mis dedos hicieron una melodía improvisada, que no tardé en apuntar mientras Yibo me ayudaba. Con el papel aún arrugado y unas pocas palabras más, hicimos un estribillo realmente precioso.

—Creo que lo utilizaré para los exámenes finales. ¿Qué te parece?

—Me parece bien. —Puso una mano sobre mi muslo mientras se acercaba a mi oreja, sentí un escalofrío. —Pero si apruebas quiero recompensa.

—¿De qué tipo? — Le sonreí.

Se acercó lo suficiente como para besarme, pero alguien llamó a la puerta y la abrió sin esperar a pedir permiso. Por supuesto, GengJi sonrió al vernos en esa postura.

—Siento la interrupción, pero tienes visita.

—¿Yo? —Pregunté incrédulo. Los únicos que me solían venir a visitar eran mis padres, y siempre me avisaban con una semana de antelación.

Caminé hacia la sala de estar, dejando a Yibo y GengJi en la entrada de mi cuarto. Abrí mucho los ojos al descubrir de quien se trataba.

—¡Feng!

Dirty Paws || Yizhan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora