¿Qué ocurre con la vida? ¿Qué ocurre con mí vida?

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¡Hola, hola, hola!

El día hoy vengo a contar y a tocar un tema un poco difícil para mi. Hoy quiero que me conozcan un poco más.

El día de hoy les hablaré sobre una enfermedad o padecimiento considerada invisible y es que esto es un tema muy personal.

Antes yo pensaba que las enfermedades invisibles se limitaban a problemas como depresión o ansiedad, cosas de la mente, pero no es así. Si bien dentro de las enfermedades invisibles están las antes mencionadas, no solo se centran en esas, hay un sin fin de enfermedades o padecimientos que no se ven, pero se sienten.

Pero no voy a pasarme todo este capítulo hablando o dando explicaciones científicas, si quieren lo hablaremos en otro apartado. Pero lo que me ha traído el día de hoy aquí es que quiero compartir con ustedes algo que desde hace unos meses se ha vuelto muy difícil para mi.

Hace como tres años comencé a sufrir dolores en mi espalda, ya sé que suena raro, pero así fue.

En fin, mi espalda comenzó a doler mucho un día, justamente un domingo por la madrugada hace como tres años o algo así, yo pensaba que era por una mala postura al dormir y un poco derivado del estrés que estaba sufriendo (en ese entonces estaba en mi último año de la preparatoria) y creía que pronto pasaría.

Pero no fue así. El dolor jamás se fue.

Antes de continuar voy a hacer un breve resumen de como era mi vida antes de esto para que entiendan el cambio tan grande que fue para mi.

Toda mi vida fui una niña que amaba hacer cosas, de pequeña hice de todo, fui a clases de baile, de pintura, de natación, de karate, de basquetball y andaba de un lado a otro, conforme fui creciendo dejé de hacer varias cosas, pero amaba viajar, amaba ir a los parques de diversiones o ferias y subirme a todos los juegos de montañas rusas y demás atracciones extremas, total yo amaba estar siempre inventado que hacer, así fuera sentarme en posturas un poco raras para leer o salir a bailar con mis amigos a fiestas.

Pero entonces, un día, cuando tenía 17 años (próxima a cumplir 18), comenzó el dolor.

Al principio era un dolor soportable, pero para el día tres yo dormía literalmente todo el día, TODO. El dolor era insoportable, no podía pasar mucho tiempo sentada, ni de pie, ni acostada (esto último era soportable si estaba dormida, pero dormir era muy complicado),  por lo que constantemente estaba en un centro de fisioterapia para que me dieran masajes y calmantes para el dolor (ojo que esto fue hace tres años).

Entonces ya no iba a la escuela, estar ahí era muy doloroso y además era complicado, casi todo el tiempo me la quería pasar durmiendo, pero para no hacerles la historia tan larga mi mami como toda mamá preocupada decidió investigar y llevarme con un médico traumatólogo, él me mandó a hacer una serie de estudio y esas cosas, al final su diagnóstico fue que yo tenía escoliosis en primer grado, básicamente la escoliosis es una desviación que hace tu columna, la mía es doble, por lo que forma como una letra S, total que el doc me dio medicina y me hizo muchas recomendaciones.

La medicina me ayudó, el primer mes lleve al pie de la letra todo lo que me había indicado que debía (y que no debía) hacer y mejoré, mi gran error en ese entonces fue pensar que ya porque había mejorado todo iba a volver a ser como antes.

Como dije, el dolor jamás se fue, si bien disminuyo considerablemente, había cosas que si hacía me provocaban punzadas en mi espalda o un poco de dolor, pero intenté, con todas mis fuerzas, dejarlo de lado y seguir con mi vida.

Año y medio después de ese primer diagnóstico, cuando estaba en mi tercer semestre en la universidad, una tarde cuando viaja de regreso a mi casa el dolor volvió. Mi espalda estaba inflamada y dolía cuando la tocaban, comencé a tomar nuevamente la medicina que me había dado el doctor, pero ya no me ayudaban en nada.

Una noche, llorando, le dije a mis padres que no iría a la escuela, que dolía demasiado y que solo quería dormir hasta que ya no sintiera nada.

Obviamente se preocuparon y mi mamá comenzó a investigar con otros doctores para que me revisaran. El lunes fui con un nuevo doctor (no pudo localizar al que me había visto la primera vez y pues era una situación urgente) y él me mando a hacer nuevos estudios y, ¿qué creen?

¡Rotoescoliosis doble en segundo grado!

La desviación de mi espalda había aumentado y ahora había hecho un pequeño giro para acomodar mi cadera. Por eso el dolor había vuelto más insoportable y por eso la medicina ya no me ayudaba.

Y cómo si eso no fuera suficiente, tenía que usar una faja dorso-lumbar, una cosa con varillas que duele si la llevas por muchísimo tiempo.

¡Sin duda una semana llena de grandes noticias! Me dieron un nuevo medicamento, un poco más fuerte que el primero, tenía que usar la faja todo el día y ya no podía hacer casi nada.

¿Ahora ven el gran cambio que fue?

Viajar se convirtió en un martirio para mí (y viajaba todos los fines de semana porque estudio en otra ciudad), ya no puedo correr, hacer el aseo de casa representa un gran reto, subir y bajar escaleras duele, inclinarme a tomar algo del piso duele...

Estar mucho tiempo sentada, tener mucho estrés, cargar cosas pesadas duele, básicamente todo duele.

Y si alguien aquí tiene escoliosis seguramente dirá, "es de segundo grado, no debe ser para tanto".

Bueno, en eso tienen razón, normalmente la gravedad de la escoliosis se mide por grados, un primer grado va de 0° a 15° grados de inclinación, el segundo grado va de los 15° a los 35° y el tercer grado va de los 40° en adelante y en estos casos ya se empieza a considerar una operación dorso-lumbar (ojo que las medidas de los grados varían un poco, estos son datos que me han dado los doctores).

Actualmente presento una desviación de 15°, por ello me han diagnosticado en grado o fase 2, muchas veces consideré e incluso les plantee a mis doctores someterme a una operación, pero esto es muy complicado ya que hablamos del área central del cuerpo humano, literalmente donde está el sistema nervioso central.

Someterse a una operación puede ser muy peligroso debido a que si llegan a tocar algún nervio o arteria mal puedo quedar paralítica, en estado de coma o morir en ese mismo instante (si, así me lo planteó mi doctor y fisioterapeuta) y mamá la descartó, así como mis doctores.

Pero ahora que estamos en cuarentena, que no he tenido que viajar de un lado a otro, que he estado en casa y que no he ido a la escuela el dolor se ha hecho soportable, menos constante que antes, sin embargo no ha desaparecido y estoy segura que no la hará nunca.

No suelo hablar de este tema en general, al menos no solía, pero me di cuenta que si la gente quiere verme con lástima o compasión, pueden hacerlo, quién quiera verme como una guerrera también, lo que no permitiré es que la gente me diga que lo hago para llamar la atención.

Yo no pedí esto, a veces tampoco lo quiero esto, pero es lo que hay y no por ello me voy a sentir mal o a desanimar.

He pasado por mucho, sí soy consciente que hay personas sufriendo cosas peores que yo y no quiero decir que mis problemas sean los únicos o los más fuertes. Todos, la mayor parte del tiempo, estamos lidiando con batallas internas de las que nadie sabe.

Hace unos meses pensaba que hablar de mi problema era estúpido y de poca importancia, pero me he dado cuenta que no es así, quizá sea lastimoso lo que me pasó, pero no por eso me voy a sumir en un pozo de dolor y tristeza.

Hablar de nuestros problemas, de nuestras batallas y demás jamás estará mal, tampoco debe ser forzada, si alguien te pregunta y tú quieres responder está bien y si no quieres hacerlo, también está bien.

Yo solo quiero decirles que, todos, de una forma u otra, estamos lidiando con problemas que, a nuestra perspectiva, son muy difíciles y nadie tiene derecho a hacernos menos.

No te quedes callado, no te rindas, busca ayuda, buscar salir, busca lo mejor para ti, siempre.

Yours sincerely, Itzel.♡

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⏰ Última actualización: Aug 11, 2020 ⏰

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