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Aunque nunca le gustaba admitirlo del todo, ambos eran bastante parecidos.

Jaemin se congelo en su dolor mirando a Jeno, la taza se había roto contra la pared con tanta fuerza que lo dejo sin aliento, el café ensuciaba toda la pared en una mancha que seguramente tardaría tiempo en quitarse, quizás permanecería ahí hasta que volvieran a pintar la pared.

Y Jeno...

Jaemin vio al mayor, era la fuerza de ellos tres, era el más positivo, él que lograba calmarlos en los peores momentos, al que jamás había visto fuera de sí, justo ahora, parecía romperse en una ira incomprensible.

El grito fue profundo, desde el fondo de su garganta, como si algo dentro se hubiera roto, como si hubiera tenido suficiente en soportarlo y solo lo dejo salir, dejar salir todo el dolor, todo eso que retuvo.

Todo se rompió como la frágil taza contra la pared.

Él está vivo.

Jaemin se repitió a sí mismo.

Está vivo.

Corrió hacia su mochila, la que había dejado esta mañana junto al sillón, la pequeña mochila de lado que llevaba siempre con algo suyo.

Su cámara.

La encendió, entró en la galería y comenzó a buscar como si su vida dependiera de eso, hasta que dio con esa foto.

Su bebé, pequeño, ahí estaba, la última foto que le tomo.

Esa dulce sonrisa.

Todo lo demás se volvió oscuro, borroso, solo podía ver esa foto a pesar de las lágrimas que seguían cayendo.

Renjun estaba ahí, estaba frente a él, estaba en esa foto, esa foto era todo lo que tenía y se aferraría a ella.

—Te amo, también te amo bebé—acercó la cámara a su pecho y la abrazó con fuerza.

Su último recuerdo de Renjun, no le importaba como fuera, ese recuerdo era el que guardaría para siempre, era el que tendría en su mente, no quería, se rehusaba a recordar todos los cuerpos heridos, todos los cuerpos quemados y sin vida, todos esos cuerpos, ninguno de esos era su bebé.

No podría, no podía soportar pensar en que alguien le llamaría para confirmarlo, no podía pensar que alguien le pediría ir a reconocer el cuerpo de Renjun.

Un cuerpo destrozado.

Jaemin lloró en voz alta al pensarlo, abrazó la cámara con fuerza y pudo sentir una mano sobre su espalda, de manera suave haciendo círculos, fue lo primero que pudo sentir a parte del dolor que tenía en el interior, el dolor que amenazaba con quemarle lentamente.

Miro hacia arriba a Jaehyun, el mayor lo miraba con tristeza mientras frotaba su espalda para mostrar una especie de confort.

—Lo siento...quería que lo supieran más sutilmente—Jaehyun murmuró en disculpa, Jaemin sabía lo que significaba esa llamada que recibió, era una de Taeyong seguramente, una llamada de una mala noticia, fue por eso que encendió el televisor, no permitiría que nadie le mintiera sobre lo que sucedió así que buscaba explicaciones por las noticias.

Solo quería una explicación, no que alguien le rompiera el corazón.

También vio la respuesta en el rostro de Jaehyun en cuanto lo vio, así que no pudo soportarlo, no quería creerlo, pero era real.

Renjun estaba muerto.

Y entonces, un celular sonó.

Todos miraron hacia la mesa, era el celular de Jeno.

Jaemin solo lloró con más fuerza, pensaba realmente que alguien le llamaría para darle la noticia, esa horrible noticia.

Quería que Jeno contestara, pero el mayor parecía aún más destrozado que él entre los brazos de Doyoung, parecía aún más ausente que él, Jaemin miro hacia abajo a sus brazos, la foto de Renjun, eso le mantuvo bien, le dejo volver a la realidad, pero era una ilusión.

Sus manos comenzaron a temblar incontrolablemente, eso no era real, la realidad estaba frente a sus ojos.

Dejo caer la cámara.

Tenía que aferrarse a la realidad o perdería la mente en una sola foto.

La cámara se cayó al suelo, no le importaba si se rompía, si dejaba de funcionar, ya no importaba nada.

Y el teléfono que sonaba, dejo de escucharse.

La pantalla del teléfono se puso oscura, a Jeno no le importaba, se alejó de Doyoung y tomo el teléfono, encendió la pantalla con el nombre en la misma, la palabra "Desconocido" saltó en la pantalla, Jeno, completamente cegado por la ira, arrojo el teléfono a la pared escuchando a Doyoung detrás de él.

—¡Jeno!—regaño el mayor por tal acción.

Pero Jaemin lo entendía, también estaba molesto, pero no lo suficiente, aunque Jeno, el mayor solo podía llorar cuando se sentía molesto porque era la única forma en que sus sentimientos se mostraban.

El dolor podía ocultarse, la felicidad podía ser sutil, pero la ira, la ira era inesperada e incomprensible, era un sentimiento que te cegaba y actuabas sin pensar, todo con la frustración de la situación.

Jeno, Jaemin realmente lo entendía.

Doyoung no planeaba regañarlo, solo lo abrazó, también comprendía el dolor del menor, sabía que no haría eso nunca, a menos que realmente estuviera molesto y desesperado, aunque le sorprendió el arrebato de ira, no le diría nada, solo quería consolarlo entre sus brazos, aunque también le dolía perder a Renjun, sabía que no sentía lo mismo que ellos dos.

Y luego, el teléfono de Jaemin sonó.

Jaemin escondió su rostro en el pecho del mayor, no quería verlo ni saber nada, Jaehyun se adelantó un poco para alcanzar el teléfono de Jaemin y contestar.

—¿H-Hola? ¿Jaemin?—

Jaehyun miro el teléfono sorprendido por el tono de voz que conocía, quizás un poco aterrado, pero volvió a acercar el teléfono a su oído.

—¿R-Renjun?—en cuanto dijo eso, Jaemin lo miro, los ojos abiertos sorprendido y aterrado, además de algo confundido, Jaehyun escuchó bien al otro lado de la línea.

—¿Jaehyun hyung? ¿Este es el teléfono de Jaemin?—era la voz de Renjun, estaba seguro.

—L-Lo es—Jaehyun contestó sin mucha fuerza, su voz débil, también había aceptado que Renjun estaba muerto y ahora...

Realmente quería saber si Renjun le estaba hablando desde el otro mundo.

Escuchó a Renjun suspirar aliviado al otro lado del teléfono—Estuve intentando localizarlos desde hace un par de horas—

—¿R-Renjun?—Jaemin escuchó a su hyung, escucho la voz en el teléfono, la pequeña y dulce voz que parecía ser irreal ahora, tomo el teléfono de la mano de Jaehyun y habló rápido—¿R-Renjun?—

—Nana, sí soy yo—

Jaemin sintió las lágrimas quemando en sus ojos, lágrimas de felicidad—Renju...Ren...bebé...t-tú...—Ni siquiera pudo terminar de hablar por el nudo en su garganta.

—Nana, e-estoy bien, cielos—Renjun suspiró aliviado al otro lado de la línea—Estoy bien ¿Me escuchas? Respira, estoy en el aeropuerto de Tokyo—

—¿E-Estas bien? ¿Estas completo? ¿Realmente bien?—Jaemin se aferró al teléfono con esperanza, quería escucharlo, quería saber que su mente no lo engañaba.

—Estoy bien, estoy realmente bien Nana, solo me equivoque de vuelo...—

Estaba bien, estaba bien, eso era lo único que Jaemin pudo escuchar.

Nada más importaba.

Estaba bien...

Back to Smile [Norenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora