Narra Carina
La nota no era difícil de adivinar. ¿Arena? No era muy difícil. El único lugar con arena que conozco es la playa.
Subí nuevamente a mi habitación y me metí al baño. Me duché y aproveché para lavarme el pelo, después salí de la ducha y me sequé el pelo con el secador, me puse un poco de base pero no me maquillé, y para terminar me puse un vestido veraniego. Me miré al espejo y ya estaba lista. (Mm)
Me puse unas manoletinas blancas y me fui a la playa. Tuve que tomar un auto bus. Ya podría haber buscado un lugar más cerca.
Llegué a la playa, en la cual no había ni un alma. Vi llegar a Daniel con unas orquídeas en la mano. Sin decir palabra me las entregó y sonriente tiró de mi brazo para que lo siguiera.
No dudé un segundo en hacerlo. Después de unos 2 minutos andandoDani se detuvo, y se marchó. Miré detenidamente el camino de orquídeas blancas y velones violetas con notas que citaban a mis poetas favoritos. Seguí aquel camino y me llevó hasta el puerto. Donde solo había un pequeño barco en todo el puerto.
Corrí hacia Jesus, que se encontraban en la puerta del barco, y le di un fuerte abrazo. Todo esto era hermoso.
J-¿Te ha gustado la sorpresa?-pregunto dándome un beso en la mejilla-
C-Si, está todo muy hermoso-dije sonriente-
J-Ven, sube-se hizo a un lado y me dejó pasar-
Subimos a aquel barco y en unos mitos Jesus puso el piloto automático y empezamos a navegar.
Narra Jesus
En cuanto el barco se empezó a mover Carina no paró de dar saltitos de emoción, yo la observaba abrir sus brazos desde la cabina del capitán. Al parecer le encanta el mar. Me alegro de que le haya gustado, espero que le guste el resto de la sorpresa.
El viaje no era muy largo pero atendríamos tiempo para hablar sobre nosotros y que yo pueda contarle algunas cosas que he estado ocultándole.
Cogí la pequeña cesta que antes había dejado aquí y saque el Champagne, le serví una copa a Carina y otra a mi.
J-Toma-dije mientras le pasaba una copa de champagne-
C-Uuuh Champagne-dije tomando la copa-¿Es que acaso hay algo que celebrar?-
Sería el momento perfecto para decírtelo, pero apenas empezamos a salir no puedo decirle algo como eso. Ella dejó su copa en el suelo y luego me abrazó por el cuello.
C-¿A donde se supone que vamos a ir?-dijo dándome pequeños besos por toda la cara-
J-Es una sorpresa-dije yo-Pero tranquila, el viaje no va a ser muy largo-
Ella sonrió y luego me dio un pico en los labios. Dios la amo tanto, no sé cómo puede estar ciego tanto tiempo, ella es sencillamente hermosa.
La tome de la cintura y la acerqué más a mi. Ella rozó nuestras narices mientras acariciaba mi pelo. Me acerqué con suavidad a su boca y uní nuestros labios. Mi corazón empezó a martillear tan fuerte que casi se me sale del pecho. No era la primera vez que la besaba, pero aún así, ella era capaz de provocarme La muertes con cada beso.
Sus dedos se aferraron a mí cabello y los míos a su suave vestido. El Beso empezó a subir de tono. Una que otras mordidas acompañadas de gemidos se nos escapaban.
