Quizás empiece a creer... ~ YoonMin

...en el amor a primera vista

—  Hola.

— Hola. 

— ¿Cómo se llama? 

— YoonGi. ¿Y usted? 

— JiMin.

— ¿Cuántos años tiene?

— Veintitrés. 

— Veinticinco.

— Entonces usted es mi mayor. 

— Sí... 

En aquella blanca sala donde solo existía la tranquilidad, las cosas de aquel monótono color y un silencio inexpugnable, dos chicos de mirada curiosa se miraban.

Los dos jóvenes se encontraban en el centro de aquella habitación, de pie, uno en frente del otro con un metro de distancia entre ambos. Sus vestimentas del mismo color que todo a su alrededor. Sus apariencias semejantes a los ángeles. Lo único que destacaba eran sus cabellos azules; el de uno de ellos claro como el cielo, el del contrario oscuro como el del mar.

—  Bonito nombre. —  el de mirada felina habló. Y JiMin, al escuchar su voz, se sintió encandilado con el tono tan vibrante. Le sonrió agradecido, sin mostrar sus dientes, pero viéndose hermoso, belleza que el otro chico no pasó por alto.

— Gracias. — y quizá fue casualidad, pero a YoonGi también le gustó la dulce voz de JiMin.

Y tras aquellas efímeras palabras, el silencio inundó de nuevo la habitación. Parados uno en frente a otro, mirándose y sin saber qué hacer; qué decir...En esas cuatro paredes solo reinaban las preguntas en sus cabezas, preguntas curiosas, preguntas para saber más del contrario.

— ¿Trabajas?

JiMin, sorprendido al escuchar de nuevo su voz, se sobresaltó ligeramente. Rió por su estúpida reacción (haciendo sonreír a su acompañante)  y contestó:

— Sí, soy profesor de escuela primaria. ¿Y usted?

— Soy corrector en una editorial.

— Oh...¿entonces le gusta leer?

— Me gusta mucho. ¿Y puedo deducir que a ti te gustan los niños?

— Me encantan.

Y de nuevo no supieron qué decir, así que optaron por el silencio.

En aquella blanca habitación un indeciso aire se respiraba. Los dos chicos no se desagradaban; se parecían atractivos, el problema eran sus timideces. Sin saber qué debían hacer, se encontraban bastante perdidos, y JiMin, miedoso de que todo se volviera incómodo, habló:  

— ¿Sa-sabe por qué todo esto es...así? — tartamudeó un poco, indeciso al romper aquel mutismo. Señaló levemente la habitación con sus manos. YoonGi miró a su alrededor una vez más, siguiendo el movimiento del peliazul.

— Em...si mal no recuerdo, es para la prueba que estamos realizando — el joven parado frente seguía pareciendo extrañado y algo confuso. Yoongi no supo po rqué, pero ver el cariñoso semblante desaparecer hizo que se acercara a él y apoyara su mano en su espalda — Para el programa este de amor a primera vista, supongo que así funciona...

Haría unas semanas, los dos se habían apuntado a un nuevo proyecto/programa de citas. Este consistía en juntar a parejas basándose en el amor a primera vista. 

— Oh, vale...Entiendo... — rió algo nervioso, de manera nasal, y se maldijo al no saber que más decir.

— Si...Es algo extraño. 

— Sí, algo extraño es...Y tampoco entiendo el porqué de todo este blancor. Solo veo blanco blanco y más blanco. Bueno, exceptuando nuestros cabellos — sonrió, ahora más suelto. —. Todo esto me recuerda a un episodio de Black Mirror, tan futurista... — y volvió a reír; esta vez su risa más confiada, y muy suave. Quizás algo aguda, pero a ojos de YoonGi fue perfecta. ¡Incluso le resultó contagiosa! Hecho que hizo que se uniera.