One

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En los últimos años, el mundo tal y como lo conocemos sufrió una repentina aparición de nuevos seres que poseían ciertas capacidades que los humanos no acababan de comprender. Al parecer entre nosotros hay una cierta cantidad de individuos pertenecientes a una especie parecida a la humana pero igualmente diferente a esta. Tanto hombres como mujeres se dividieron en tres jerarquías diferentes, apareciendo así los alfas, los betas y los omegas.

Muchos científicos siguen tratando de descifrar el comportamiento de estos semi-humanos con instintos animales muy desarrollados. En los últimos estudios se han confirmado el gran desarrollo del sentido del olfato y el oído de los llamados alfas, los dominantes, mientras que en los omegas, los sumisos, ha sido la vista y el tacto los más potenciados. Se llegó a la conclusión de que los betas son los considerados "humanos normales", biológicamente hablando.

Actualmente, tanto los alfas como los omegas son bien vistos en la sociedad por la mayoría, aunque hay un porcentaje que sigue creyendo que son fenómenos que deberían ser usados en laboratorios o incluso en granjas, obviamente hablando de aquellos negándose a nuevas costumbres. Igualmente apenas eran notados, pues sabían camuflarse muy bien ante la población, pasando desapercibidos y siendo tratados como todos por igual.

 Igualmente apenas eran notados, pues sabían camuflarse muy bien ante la población, pasando desapercibidos y siendo tratados como todos por igual

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Los ojos rojizos de un joven de 17 años se abrían pesadamente tras una larga noche. Se removió entre las sábanas que arropaban su pálido cuerpo que presentaba una suave y fina piel blanquecina. El ambiente parecía fresco, no recordaba que entrara tanta luz por su cuarto, ni menos recordaba haberse echado a dormir anoche. Cuando intentó levantarse del colchón algo se lo impidió, no solo el fuerte dolor punzante que atacaba su cabeza. Le costaba sentarse, no podía enderezarse correctamente sin que sintiera una molestia en su espalda baja, además de que sentía muy pesadas sus piernas. Soltó un ligero quejido, sintiendo la boca seca al dormir boquiabierto toda la noche, además de que sentía arder su garganta. Necesitaba tomar agua.

Antes de siquiera poder intentar levantarse, la puerta del cuarto que aun no reconocía se abrió, dejando a la vista del joven un muchacho moreno con pintas de haber dormido poco. Sus cabellos turquesas estaban despeinados y su mirada verde jade se veía presa de unas marcadas ojeras.

— Veo que por fin despertaste— su voz ronca hizo estremecer al chico pelimorado, que se tapó rápidamente con las sábanas.

— ¿Dónde estoy?— preguntó nervioso al ver cómo el desconocido se acercaba a él— ¿Quién eres tú? ¡¿Y por qué estoy sin ropa?!— aquello último lo gritó desesperado al fijarse que no llevaba ropas cubriéndole, sintiéndose muy vulnerable frente a la mirada esmeralda del contrario, quien desvió la mirada nervioso.

— Ah, vaya, parece que no recuerdas nada de anoche...— el moreno se había sentado al lado del recién mencionado, mientras soltaba una apenada risilla con una mano detrás de su nuca como muestra de vergüenza.

— ¿A-Anoche?— los orbes del menor se achicaron al no poder tener claras las imágenes de lo que pasó la noche anterior, aunque hiciera el máximo esfuerzo—. Solo recuerdo haber ido al bar con Fox y Freddy y... tomé unas copas y... O-Oh, Dios...— se tapó la boca con las dos manos, sentía que el corazón le iba a estallar— ¿M-Me acosté c-contigo?

Indirectamente conectados (BonxBonnie Omegaverse) [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora