Capítulo 5 - TOM

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-Creo que la mejor forma en que me pagues esto es que compartamos otra malteada- ninguna respuesta ni risita, pero sé que está ahí porque oigo voces. Me levanto de mi camilla y abro la cortina que nos separa.

Veo a una enfermera molesta, a dos hombres y a Chica misterio/ya no misterio, pálida como si hubiera visto a un fantasma.

-Ya les dije que no pueden entrar aquí, la señorita saldrá en un minuto- parece más enojada de lo que revela su voz calmada.

-Bueno, pero soy su padre y nadie me daba respuestas allá afuera –su voz iba en un aumento de volumen - mi hija salió en la televisión en pleno procedimiento policial y ahora está en urgencias-terminó gritando- y nadie me dice cómo está-  si el rojo de su cara redonda es una indicación, ese hombre va a explotar.

-Están bien- dice ella lo más calmada que puede- saldrán en un momento-

-¿Saldrán?- pregunta su padre.

-Si la señorita y su novio saldrá..-

-¿NOVIO?- exclaman ambos hombres al mismo tiempo, el hombre más viejo le da una mirada de asombro al hombre que tiene a su lado, y luego vuelve su mirada a Cristal. El otro tipo no ha apartado su mirada de ella.

-Así que estás bien- una pausa- con tu novio- señala con una voz que incluso a mí me da la impresión que pateará mi culo.

Misterio asiente lentamente, luego (para mi suerte) desliza su mirada hacia mí, los dos hombres giran en mi dirección, el más anciano relaja su postura, y su mirada es más amable, en cambio el otro me atraviesa con una mirada de rayos laser que estoy seguro le daría miedo a Don Corleone, y me mandará matar apenas ponga un pie en la calle.

-Hola- estiro mi mano hacia el hombre mayor, al otro hombre solo le doy un movimiento de cabeza.

El ambiente se espesó tanto que puedo cortar el aire.

-Bueno, bueno, no sabía que estabas viendo a otro chico- habla su padre, con un tono más jovial, el otro hombre por fin dejó de darme miradas de un asesino en serie, para dirigirlas totalmente a Misterio.

-Quizá alguien tenía un sucio secretito, y se las daba de madre Teresa frente a nosotros- la cara de dolor de Cristal provoca que el hombre de las cavernas que habita en mi interior quiera interferir, pero que puedo decir, sólo sé que le encantan las papas fritas con muchos condimentos. Así que hago un esfuerzo sobre humano en no abrir mi boca cuando ella comienza a llorar. Su papá se ve muy confundido, y se acerca a ver qué le pasa a Misterio.

-Quien pensaría que la buena de Cristal, la que anda exigiendo fidelidad se anda arrastrando con cualquier hombre que se le cruce, que te aproveche Cristal, quizá mereces estar aquí- su voz destilaba desprecio. Y eso fue todo, mi instinto de supervivencia desapareció.

-Hey imbécil, la vas a tratar bien, ¿entendido?, nadie quiere a un viejo verde insultando chicas, menos cuando no están en condiciones de defenderse, eres un enfermo aprovechador-

Las fosas nasales del hombre se abrieron y mientras veía su puño venir a toda velocidad hacia mi cara, mi corazón hizo algo loco al escuchar un “Noooo” bien femenino que venía desde mi espalda, toma eso hombre, la chica me defiende a mi!, chúpate esa.

Su puño conectó en pleno con mi mandíbula, no tuve tiempo ni de levantar mi guardia.

-Estúpido niño. Si me cambias por esto, te irá muy, muy mal- ¿eso sonó a amenaza?

-Fuera de aquí Robert- está vez era el papá de Cristal el que habló-

Sentí unos gruñidos así que levante mi avergonzada cara del suelo y vi como dos guardias sacaban al tipo del traje Armani de la sala, una enfermera se agacho a mi lado.

-Vamos a revisar eso-

Me ayudó a ponerme en pie y a regresar a mi camilla, Cristal estaba hablando bien bajito con su padre, el la abrazaba y ambos estaban sentados en su camilla.

-Eso fue muy valiente- me dijo la enfermera de manera coqueta, si ella no hubiera visto como me golpeaban probablemente le coquetearía de vuelta, pero estoy cansado y acabo de coronar el peor día de la existencia de un ser humano.

-yo pienso que fue estúpido, pero mejor que el tipo descargara su ira en mi, y no en ella-

La chica me dio una mira de entendimiento.

-Bien no hay nada roto, excepto tu labio, te pondré un poco de pegamento y desinflamatorio, estarás como nuevo en unos días, el moretón te durará más- la enfermera hablaba como si estuviera leyendo el manual, muy mecánico para mí -Te recomiendo alejarte de los problemas por un tiempo, ve a ver a tu chica ya están de alta-

Se dio media vuelta mientras me daba un guiño, y desapareció fuera de la cortina.

-Lamento haber sido un imbécil- le ofrecí, Cristal ahora no lloraba pero se abrazaba a su padre, demonios, se veía tan pequeña y tan joven.

-No fue tu culpa hijo- me respondió el hombre mayor – vamos tesoro, ¿quieres quedarte conmigo esta noche?- ella asintió con su cabeza y comenzó a levantarse.

Tomamos nuestras cosas y nos dirigimos a la salida.

Al pasar por la sala de espera nos encontramos con los policías que tomaron nuestra declaración, fue bastante rápido, así que a los 20 minutos ya estábamos en el estacionamiento.

-Papá, debemos llevar a Tom a su casa- le dijo levantando su cabeza del lugar súper seguro bajo el brazo de su papá, el señor dio un asentimiento con una pequeña sonrisa muy parecida a la de su hija.

-Señor no tienen que hacerlo, no vivo muy lejos puedo caminar, no quiero molestarlos o contagiarles mi mala suerte- Cristal sonrió por mi comentario sobre la suerte.

-Muchacho por supuesto que te vamos a llevar, ya es muy tarde y mi hija robó tu dinero- dijo dando por terminado el tema, mientras quitaba el seguro a una enorme Ford.

Ella se subió atrás, me lanzó una sonrisa de desafío y cerró su puerta, su padre ya estaba en su lugar como conductor, decidí que estaba bien que unos extraños, posiblemente asesinos en serie me llevaran a mi casa.

El camino fue muy interesante, su papá no dejó de hablar en todo el trayecto, ni aun cuando le daba las indicaciones para llegar, me agradó más que mi propia familia. Es un ex militar pero tiene muchas historias interesantes un poco lejos de los permisos de la ley.

-Muy bien muchacho, gracias por cuidar de mi pequeño petardo-

-Señor yo no hice nada- nos dimos un apretón de manos, luego Cristal y yo nos bajamos del auto, nos dimos una especie de saludo de manos/abrazo.

-Espero no haber arruinado más las cosas para ti- le dije en un volumen que su padre no fuera capaz de escucharnos.

-Aún no puedo creer que le hayas dicho viejo verde, pero ya no sé qué esperar de la gente- me dio un encogimiento de hombros – gracias por estar hoy en el metro-

-Gracias por empeorar mi día- le doy una sonrisa de verdad, y ella me devuelve una que llega a sus ojos.

Me doy la vuelta para entrar en mi apartamento, cuando recuerdo que esta chica no tiene mi número, solo en caso que me quiera ver alguna otra vez. Me vuelvo justo cuando ella está a punto de cerrar la puerta del auto.

-Hey Cristal!- ella me da una mirada curiosa, me acerco al auto mientras reviso en mi bolsillo por uno de los panfletos de Needles la tienda de tatuajes de mi mejor amigo.

-Si alguna vez quieres salir, hablar, o robar mis últimos 15 dólares, puedes ubicarme a este número- le entrego el panfleto ella lo mira y me da una sonrisa.

-Gracias ángel- cierra la puerta y su papá arranca el coche.

Espera, ¿ángel?

Comenzando de nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora