JEY
La noche había caído y yo seguía en mi habitación, frente a la pantalla, editando unas fotos que tomé esa mañana. El trabajo me gustaba -especialmente cuando las modelos eran tan atractivas como las de hoy-, pero aun así sentía que necesitaba un respiro. Era sábado, y quería salir, así que llamé a Andrés, mi amigo de toda la vida.
Minutos después ya estábamos en uno de los bares más concurridos de la ciudad. La música de fondo, las luces tenues y el murmullo de la gente creaban el ambiente perfecto para desconectarse del mundo por un rato. Entre cerveza y charla, Andrés me comentó que el lunes comenzaría sus clases de literatura.
-¿Literatura? -me burlé-. Estás jodido, hermano.
Se rió conmigo. Siempre hacíamos ese tipo de comentarios, sin mala intención. Poco después, su teléfono sonó. Contestó rápido, con una sonrisa que lo delató enseguida.
-Hola, amor. Sí, ya salgo para allá.
Colgó, se bebió lo último de su trago y me miró con esa cara de "ya sabes".
-Me tengo que ir -dijo-. Mis suegros salieron y mi novia está sola en casa... tengo que aprovechar.
-Claro, ve a mojar el pito, imbécil -solté con una sonrisa torcida.
Se rió mientras se despedía y me dejó allí, en medio del bullicio y el humo del bar. Me quedé solo, pensando en lo que acababa de decirme. Andrés tenía una relación estable, alguien que lo esperaba, que lo quería. Yo no.
Durante media hora me quedé en silencio, observando parejas, brindis, sonrisas... y deseando algo que ni siquiera sabía si quería de verdad. Luego negué con la cabeza y murmuré para mí:
-El amor es una mamada. Pura ficción. Algo que se inventaron en los libros para no sentirse solos.
Pagué la cuenta y salí. La noche estaba fresca. Conduje hasta mi apartamento, subí sin prisa, y apenas toqué la cama, me quedé dormido.
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ANASTASIA
Hoy fue el inicio de una nueva etapa. Llegué a mi apartamento en la ciudad después de un largo viaje desde mi pueblo. Estoy cansada, con hambre, pero también emocionada. Al fin estoy aquí, lista para comenzar la carrera de mis sueños: literatura. Mis padres me apoyaron desde el primer momento, y eso me da fuerzas.
Revisé el refrigerador: vacío. Suspiré.
Pedí una pizza de jamón y queso, mi favorita, mientras me acomodaba frente a la computadora. Encendí una de mis películas favoritas: El diario de una pasión. Me encanta esa historia, aunque a veces me hace soñar más de la cuenta.
Cuando llegó la pizza, me acomodé en el sofá con la caja en las piernas y los ojos clavados en la pantalla. Me dejé llevar por la historia de Allie y Noah, y cuando terminó, no pude evitar imaginarme en su lugar.
Suspiré, abrazando una almohada.
-¿Dónde estará el amor de mi vida? -murmuré.
A veces siento que es imposible encontrarlo. Soy tímida, miedosa, no me gusta arriesgarme... y no quiero salir lastimada. Aún soy virgen a los veinte, aunque no me avergüenza decirlo. Tengo un cuerpo delgado, proporcionado. Mi cabello es largo, ligeramente ondulado; mis ojos color miel y mi piel trigueña. No me considero fea, pero siento que algo me falta... o tal vez me sobra miedo.
Miré la hora: 9:30 pm.
Me levanté, apagué la computadora y me metí en la cama. Mañana será un día importante. Quizás, solo quizás... mi historia también esté a punto de comenzar.

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MI CHICA PERFECTA 😍 [En Edición]
Novela JuvenilMi chica perfecta narra el inesperado encuentro entre dos almas muy distintas. Jey Michelson, un apasionado de la fotografía, es un joven escéptico que no cree en el amor. Anastasia Launer, estudiante de literatura, es una chica tímida, sencilla y d...