Este fanfiction ha sido escito en clave de humor y no hay que tomarse en serio ni el fanfiction ni el ship.
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Olimpia estaba harta de aguantar tanta tontería. De pie y con los brazos cruzados, miró como el chaval cruzaba la clase y salía por la puerta entre risas. Era la enésima vez que tenía que expulsar al aparente sustituto de Gorka en el papel de bufón de la clase, y no podía perder más tiempo enfadándose con una panda de adolescentes que no querían estar ahí. Ella lo sabía, ellos lo sabían. No había manera de arreglar un sistema educativo que obligaba a los macarras de turno a asistir a clase de unos profesores psicológicamente agotados. Miró su reloj de muñeca y suspiró, viendo como quedaban tan solo cinco minutos para que sonase el timbre.
"En fin, y con esta brillante idiotez de vuestro compañero doy por acabada la clase. Recordad que el lunes que viene hay examen, y más os vale tenerlo todo bien aprendido porque este año la evaluación es acumulativa y con cada suspenso estáis más lejos de acabar bien el curso." dijo firmemente, viendo cómo los alumnos suspiraban y murmuraban con enfado. David se llevó las manos a la cabeza, harto de que los profesores repitieran ese dato una y otra vez en el poco tiempo que llevaban de trimestre. "Menos quejas que en nada es la Selectividad y luego me vendréis llorando para repasar en el último momento. Y aunque sea vuestra tutora, me importa un comino que suspendáis si no habéis dado el callo en todo el curso y no voy a estar aguantando lloriqueos y quejas." añadió, sonriendo al ver como algunos aceptaban su argumento como válido. Bajó la mirada y ordenó sus papeles mientras la manada de adolescentes salía en pequeños grupos y formando escándalo. Repasó mentalmente las tareas que tenía que hacer esa tarde, desde recoger a Darío en la guardería hasta hacer una lavadora con toda la ropa que se le había quedado pequeña al pequeño antes de donarla a caridad.
"En nada dice, si aún nos quedan meses..." Alma suspiró desde la otra punta del aula, cerrando el libro de inglés y guardándolo en la mochila. Sin embargo este resbaló de sus manos y cayó al suelo, abriéndose y revelando un dibujo del Empire State rodeado de corazones. Román rió fuertemente, haciendo que la otra le diera una colleja y recogiera la imagen rápidamente. A ellos se acercó el resto de sus amigos, moviendo los hombros y el cuello en un desesperado intento de descontracturar su cuerpo después de pasar todo el día sentados. Se consolaban pensando en que solo les quedaba una hora de clase y serían libres hasta el día siguiente. Una vez había recogido todo, Alma se giró hacia su amiga. "Tía, ¿vienes?"
"Sí, sí. Pero dadme medio segundo que tengo que hablar con Olimpia." contestó Yolanda con agobio. Se subió el ajustado top fucsia, absorta en los precarios apuntes que había en su mesa y en la gran cantidad de faltas de ortografía de estos. No era tonta, era plenamente consciente de que tenía que mejorar mucho antes de final de curso o no tendría posibilidades de entrar en ninguna carrera. Recogió su libro y su carpeta y caminó hacia la mesa de la profesora, que ignoraba completamente que no estaba sola y empezaba a tararear una canción. Tras unos segundos, Yolanda se aclaró la garganta, haciendo que la mujer levantase la cabeza.
"Ay, Yoli, perdona. No te había visto,." la mujer cerró su carpeta y la miró con interés. "Si necesitas algo dilo rápido que están los de primero a punto de llegar y siempre vienen revoltosos después de educación física."
"Pues... a ver... que necesito ayuda."
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El amor, en inglés.
FanfictionYolanda Freire es una joven madura y responsable que cursa su último año de bachillerato en el colegio Zurbarán. Olimpia Díaz es la estricta profesora de inglés del mismo instituto, a quién nunca le ha ido bien en el amor. A pesar de los veinte años...