▪ D O S ▪

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Park Yoora, la hermana mayor de uno de los presentes, era la típica chica dulce, amable y linda que cualquiera quisiera tener como pareja, pero Yoora no se fijaba en nadie más que en JongIn. Él robó su corazón desde aquella vez que ChanYeol los presentó, haciendo que de sus labios salieran torpes oraciones que no podía terminar por los nervios. Sí, ella estaba enamorada de él.

Cada que tenía oportunidad, ella se acercaba a él para conversar, y tratar de que la invitara a pasar un cómodo momento en su casa, sin saber aún sobre la cansada vida que el moreno llevaba. Fue días después cuando miró a alguien aferrado al brazo de su enamorado, ambos entraban por la puerta de su casa con algunos materiales escolares escondidos en sus bolsos, no sabía por qué el más bajito estaba con él, nunca lo vio pasar por el pasillo de su colegio.

¿Qué era él?, ¿Por qué no lo soltaba nunca?, ¿Cómo se conocieron? Nada respondía a sus dudas. Nada. Tomó el valor de preguntar, y lo supo, ese pequeño niño estaba bajo su cuidado.

+ ¿Qué haces aquí, hermanita?, ¿Mis padres no quisieron cuidarte más? .- Bromeó ChanYeol, parándose de donde se encontraba y ayudándole a quitar el abrigo que cubría su cuerpo.

+ Ugh, cierra la boca. Venía a visitarte, pero tienes compañía.- Su mirada viajó a cada persona sentada, desde el más alto hasta el más bajo, topándose con la dulce mirada de JongIn.- Oh, Dios, JongIn, Tanto sin verte, ¿Supiste que estaré nuevamente en el colegio?

+ Desde luego que es una buena noticia.- Sus labios se estiraron un poco hacia los lados, mostrando esa hermosa sonrisa que le hacía desmayar casi al instante.

KyungSoo no podía entender casi nada, ¿No iban a pegar sus labios para aumentar el amor que se tenían? Todos comenzaron a prestarle atención a la linda chica que ahora se encontraba radiante en uno de los sofás. Los causantes de que KyungSoo quisiera un beso no tardaron en bajar, uniéndose a la amistosa platica de todos.

Que aburrido, no es nada divertido escuchar anécdotas de esa escuela a la que JongIn y los demás asistían. Sí, era bastante aburrido escuchar risas por doquier, Seguro que sería más emocionante si los pusieran a dibujar y corretear como lo hacen en su escuela.

El más pequeño de todos se coloca de pie y se deja caer al frío piso de madera, esperando a que alguien estuviese dispuesto a ponerle algo de atención.

- ¡Ab-aburrido!.- Chilla el bajito, por su tono de voz parece ser que se aproxima un berrinche.- ¡E-Es aburrido!

Kai deja de hablar con Yoora, y se acerca al pequeño mimado berrinchudo, dispuesto a darle esas ricas galletas decoradas con chispitas de colores, pero no, Soo pataleaba en berrinche puro.

Ya había pasado tantas veces en los que Soo no podía controlarse, haciéndole un gran alboroto a Kai en cualquier lugar.

+ Soo, ¿Qué te dije de actuar de esa manera? No está bien. Es Yoora la que está aquí, debes portarte como niño bueno.- Dejó la galleta en la pequeña mesa del centro, y tomó por las manitos a KyungSoo.- Arriba, Soo, pórtate bien.

- ¡N-No, B-Beso... A-Aq-Aquí!.- Su dedo apuntaba a sus labios, para luego apuntar a SuHo y a Lay. Oh, santo cielo.

+ No ahora, debes esperar hasta la hora de la siesta.- Suspira cansado, después de algunos años, él también estaba cansado de que estas cosas pasaran seguido.

Kai sólo le daba besos por las noches, un pequeño beso en los labios para que su pequeño pudiera dormir sin miedo alguno, pero cada vez esos besos eran más seguidos, cada vez que hacía algo bien, cada que se despertaban o cada vez que KyungSoo le pedía algo con esa adorable carita de cachorrito.

《Autismo》 KaiSoo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora