MAFIALAND: Entre besos y balas (Rabbhell).

Ｅｌｅｃｔｉｏｎｓ ＆ ｂｅｔｒａｙａｌｓ．

       Capítulo uno: Ev¡l Luzu y el "Jefe"

       —Y él me ganó.

Fue una injusticia, fue una verdadera traición. La bondad y la amabilidad no sirvieron para hacerles ver que yo era su mejor elección ¿Qué dirían si entonces pasara al otro lado del paraíso...? 

       —No sería tan malo darles una cucharadita de todo lo que me han dado, ¿verdad?

       —Claro que no...

       —Debo ser... ¿Un corrupto más?— mis ojos observaron fijamente al hombre con máscara de lobo, que me observaba desde el otro lado de la gran mesa de roble oscuro. Sus guantes blancos y la voz configurada para que sonara más gruesa y robótica cubrían el poco rastro de identidad que le quedaba a ese sujeto.

       —No. Tu deber y propósito vengativo es básico: hacedlos sufrir tanto como te hicieron sufrir a ti. Sin piedad, sin perdón, sin indulgencia, sin blandura, sin benignidad, sin remisión. Ser inhumano, cruel, atroz, ruin, vil, soez, despreciable...— se acomoda en su asiento mientras agrava cada adjetivo, disfrutando al decir los epítetos que siempre he aborrecido durante mi campaña electoral. —... hace que obtengas el temor y el respeto de tus enemigos. Debes ser muy inteligente y rápido para saber como actuar en tus venganzas. Ellos deben darse cuenta de que el error más grande que han cometido en sus vidas, fue el de apuñalarte por la espalda. 

Sus palabras fueron claras. Él es el soporte más seguro que tenía hasta ahora; desconfiar en sus palabras podría conllevar grandes consecuencias.

       —Has entendido, ¿verdad, Luzu?

       —Si Jefe... He comprendido lo que usted me ha dicho.— un lobo, o mejor dicho, el aliento de un lobo blanco a mis espaldas me estremeció, haciendo reír a mi Jefe. Mi saliva no podía pasar por mi cuello, estaba tan asustado que mis piernas parecían uno par de fideos. El Jefe se levantó de su asiento y se acercó hasta el mío, tomándome el hombro con delicadeza mientras olía mi cabello.

       —Tú sabes lo que ganarás si nuestro plan fracasa, Borja. Todos los que fallan, tienden a caer...— luego, me coge suavemente del cuello haciendo que nuestras miradas se junten. Intentaba evitar su mirada, pero era tan... Embriagante...—Todos terminan en mi mesa... Aunque no exactamente como crees.

El olor de esas costillas me daba hambre... Y a la vez nauseas.

Hizo que girara mi vista y lo viera nuevamente. Todos esos manjares hechos de mis antiguos compañeros de trabajo adornaban el espacioso mueble. Mis pensamientos se nublaron por un momento... No podía procesar tal horror...

       —¿Hueles el dulce aroma de la cobardía, el pavor y la sangre? Oh Luzu, debiste haber estado hace unas horas, hubieras oído sus gritos de dolor y el de sus familias, fue un espectáculo memorable... Me preguntaba si, por algún casual, ¿te gustaría cenar con nosotros?— su perversa sonrisa, su mirada cínica y fría, sus dedos recorriendo mi cuerpo...

       —N-No... Gracias, p-pero no gracias... ¡Nos vemos en la próxima reunión!— me erguí de mi silla, y cuando tuve la oportunidad corrí directamente hacia la puerta. Terminaba tropezándome de vez en cuando, y cada paso que daba sentía como si fuera el último mientras lo escuchaba reírse a carcajadas de mis aparatosos movimientos. Al cerrar la gran puerta de madera justo detrás de mí, suspiré, abracé el bolso gris que me había dejado el Jefe entre mis brazos y caminé silenciosamente hasta mi auto.

En el bolso, unos ropajes negros perfectamente doblados y acomodados dentro del bolso y un cuchillo de obsidiana apenas se podían distinguir entre la oscuridad de la noche y la de mi vehículo pero sabía perfectamente exactamente lo que significaba:

       —He sido ascendido a "Compañero"...

Para quién no sepa, les explico.

Ser "Compañero" del Jefe era como si fueras uno de su familia, algo que solo yo y uno más de nuestra mafia habían logrado obtener. Tengo la confianza casi absoluta del líder, y podría tener a personas trabajando para mí. La emoción en mi cuerpo era inconmensurable ya que esto, a parte de ser un "salvavidas" en caso de que una misión fallida o una pelea que pueda terminar en una muerte casi asegurada, era una oportunidad casi inalcanzable que había logrado, después de ocho largos años.

       —A Alexby le encantará escuchar esto...

Pero había algo más que no noté hasta llegar a casa y probarme mi nueva vestimenta: era una máscara de calavera carmesí. Y, perdón por lo que voy a decir, me hace la persona más intocable de este mundo. Ahora tenía un poder incontable a mi disposición. Y sabía a quién no le iba a gustar eso.

       —Prepárate Lolito... No te queda mucho tiempo de existencia...

.000000000000000000000000000000000000000000000000000000.

No mercy, no money , no love.

Adiós❤.