Wings (FrostWinkle Story)

WINGS

Me encontraba caminando entre los libros helados de la biblioteca, ya me los había leído casi todos, no encontraba ninguno que llamara mi atención, todos ellos hablaban del mundo fuera de estas paredes que me protegían, suspire, intentando calmar mis emociones.

De repente escuche unos ruidos en una de las paredes de la biblioteca, hechas de hielo. Sentí temor, pero no había nadie más que yo ahí, por lo que me acerque a ver que o quien producía aquel ruido. Al estar frente a la helada pared, no vi a nadie ni nada, por lo que pensé que habría sido mi imaginación, retome mi camino hacia los libros cuando sentí como el hielo se esparcía desde el otro lado de la pared, me di la vuelta y pude verlo, era un hada que me miro con curiosidad. Me acerque a él dudosa, pero a la vez feliz de poder tener a alguien cerca. Hacia tanto tiempo que no hablaba con alguien.

— ¿No te parece un lugar tan grande para alguien tan pequeña? — pude oírlo decir a través de la pared de hielo, su voz era grave y juvenil, debía tener mi edad.

—Creo que una se acostumbra después de tantos años... —respondí algo desorientada ¿Quién era él?

—Bueno, al menos parece acogedor. Soy Jack. — me sonrió, su sonrisa era... linda.

—Soy... Periwinkle. — dije mirando al suelo, por primera vez sentí escalofríos, y eso era muy irónico en alguien como yo, ya que soy un hada de invierno.

— ¿Vives aquí? — dijo y asentí con la cabeza. — Se me hace extraño nunca haberte visto antes, ¿no sueles salir mucho?

—Yo... no he salido de aquí desde hace más de 11 años. —dije con nerviosismo, su rostro mostraba sorpresa.

—¿Por qué? — dijo y yo negué con la cabeza.

—El mundo exterior es peligroso... tengo mucho miedo de salir y lastimarme. — lo mire, y me dedico una mirada comprensiva.

—Pero no sabes de todo lo que te pierdes, hay tantas maravillas aquí afuera, tanto por conocer. Lastimarse es parte de la vida, no puedes contradecirla. ¿Por qué no lo intentas? Yo puedo acompañarte. — lo mire fijamente ¿hablaba en serio? — Te demostrare que el mundo exterior no es tan malo como piensas. — se quedó mirándome esperando una respuesta, me lo quede pensando un momento. ¿Salir de aquí después de tantos años y arriesgarme a perder un ala o algo así? Por alguna razón Jack desprendía algo que en mi provocaba que mi corazón se acelerara, pero no podía... no podía ir con él, el miedo me vencía.

—No, me quedare aquí. Aquí estoy a salvo de cualquier peligro, agradezco que quieras ayudarme, pero no lo necesito.- lo mire seriamente, tratando de que comprendiera y dejara de hacerme sentir de una manera tan extraña. El me miro con decepción, con esos ojos azul intenso. Eran muy hermosos.

—Está bien, lo entiendo, pero... si algún día decides salir, no dudes en buscarme. Suelo ir mucho al árbol del polvillo, quizás ahí puedas encontrarme. — me dedico una última sonrisa y se dio la vuelta para volar lejos de mi refugio. Me quede observando cómo se alejaba y se volteo a verme una vez más, nuestras miradas se conectaron y yo le sonreí, esperando que no se sintiera mal después de haber rechazado su petición, y seguido de eso, se fue.

Me encontraba en la sala de visiones, era uno de mis lugares favoritos, gracias a él podía ver figuras abstractas del mundo exterior, sin tener que salir, lo único que tenía que hacer era sentarme en un copo de hielo enorme que se elevaba hasta lo más alto de la habitación, hasta alcanzar una especie de aurora boreal. Pero algo obstruía mis pensamientos y era Jack. Pude verlo en una de las visiones que la sala me mostraba, se veía feliz, volando libre junto con más hadas, sentía un vacío en mi interior y no dejaba de pensar en él. Tenía miedo de que se olvidara de mí, y era algo más pero no sabía qué exactamente.