Capítulo 2

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Altea, le habían enseñado que había sido el planeta más próspero en recursos que habían conocido, con conocimiento alquímico muy por encima de otras razas conocidas y también únicos responsables de la destrucción de Daibazzal, tras la cuál su madre había desaparecido.

Pero las historias que Auka le contaba en los lapsos de reposo, eran diferentes a lo que él imaginaba, ella había nacido en Daibbazzal, había conocido su planeta y viajaba con frecuencia cuando era niña a Altea. Leer sobre ellos o escuchar las lecciones de Dayak era diferente a como Auka le relataba, podía sentir el verdadero afecto que tenía ante su planeta natal y al planeta que durante mucho tiempo fue aliado y amigo.

También dentro de sus relatos, supo que su madre no había sido una Galra pura, ella había sido una gran alquimista Alteana, cómo aquellos enemigos de los que había aprendido.

"¿Tú conociste a mi madre?" pregunto una noche perdiendo la compostura en su tono de voz, cuando Auka lo escoltaba de vuelta a sus aposentos.

"Si, jamás hable con ella pero conocí a algunos que sí, aunque cuando la veía me parecía que era amable e inteligente" sonreía al recordar aquello "Mi madre decía que sentía una gran curiosidad por todo lo que la rodeaba y quería desentrañar los misterios del Universo, es probable que sean algunas cosas que encantaron a su padre" baja la mirada para observarlo con una media sonrisa "Usted posee la misma mirada que su madre"

Sus pequeños ojos brillaban con entusiasmo, no estaba seguro pero sentía un cosquilleo subiendo desde su abdomen y una sonrisa inocente se dibujaba en su rostro, entusiasmado hace caso al impulso que ya se había estacionado en su mente "¡De verdad!" decía mientras le abraza las piernas con fuerza.

"L-lo juro por mi honor, mi príncipe" la tomó por sorpresa y la fuerza que el pequeño había aplicado casi la hacía caer, mirando a ambos lados de los pasillos, se aseguraba que no habría nadie antes de acariciar la pequeña melena blanca de Lotor.

Había corazón en este príncipe, además de la inocencia que ella conocía de los niños de ambas razas. Su suerte ya había sido decidida, lo protegería y le daría todo, porque sabía que él podría regresar la paz a su imperio, podía y cambiaría el curso de las cosas en esta guerra.

"Gracias, Auka...por hablarme de mi madre" aún sin separarse de ella, solo levantaba la cabeza para verle, encontrándose con una tierna sonrisa de su guardia que desencajaba con el fiero uniforme que portaba.

"Estoy para servirle, mi príncipe Lotor"

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Estaba consiente, creían que por ser un niño no estaba al tanto de cómo actuar, aquella vez había sido la desesperada necesidad de conocer sobre su madre lo que le había hecho hablar fuera de lugar, pero bien sabía que mostrar afecto era signo de debilidad para el resto del Imperio y aun así, Auka no se lo recriminaba como Dayak.

"Es porque es igual de impura" divagaba en su estudio libre, había aprovechado para hacerse con el expediente de su guardia. Su madre había sido de las mejores tenientes en Daibazzal y su padre había sido ingeniero para el Rey Alfor de Altea, sus destrezas en el campo de batalla le habían valido lo suficiente como para que ascendiera rápido en la jerarquía militar del Imperio, incluso antes de que este fuera cómo tal.

Cuando llegó el momento de la destrucción de su planeta ella ya formaba parte de uno de las mejores flotas y su lealtad se vio puesta en duda antes de atacar Altea, siendo sometida a re acondicionamiento especial y disciplina después de la destrucción del planeta enemigo, lo que significaba tortura.

Había sido seleccionada cómo objeto de experimentación por un tiempo para la bruja Haggar junto con otros Impuros, el objetivo eliminar la impureza de su sangre y sacar a flote el Galra que todos eran, manipulando la Quintaescencia de sus cuerpos. Pero jamás llegó a ello, pues los planetas aliados de Altea le declararon la guerra a Zarkon.

"Mmm desviar fuerza militar por un objetivo absurdo no habría valido la pena" deslizaba sus pequeños dedos por la holopantalla, datos triviales habían sido desechados y sólo se encontraban las recopilaciones de misiones antes y después de la guerra. Quería saber más de ella y de su madre, debía saber y quizá así por fin encontraría su sitio en el Universo.

Al verse sólo en aquella gran habitación sentía inseguridad, miedo y soledad...pero todo eso debía ser desechado "Lo haremos arder en su fuego interior, para que pueda incendiar el Universo" le habían dicho, entonces su guardia le había propuesto "Debes usar una máscara, disfrazar lo que siente tú corazón y estar seguro de que puedes hacerlo"

"Eso sería un engaño" Fruncía el ceño ante la idea, lo había hecho claro, pero la idea de que Auka, lo más cercano a alguien querido se lo dijera le molestaba.

"A veces para sobrevivir debes hacerlo, hasta que llegue el momento y muestres de lo que eres capaz mi príncipe" Entonces lo comprendía nada de lo que le habían hecho a Auka funcionó, jamás destrozaron su espíritu, ella era orgullosa, pero no era un orgullo destructivo como él que conocía, era orgullo por ser quien era.

Al final del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora