Capítulo 4.

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El arribo fue sin demora y mientras él esperaba en sus aposentos, quería saberlo todo y más que nada desaparecer la incertidumbre en su interior, pero nada, pasaban las vargas y ella aún no había ido a reportarse con él.

Molesto y antes de hacer una imprudencia, comenzó a investigar en el sistema los reportes de la misión, le tomo algunos doboshes encontrar la información que necesitaba y aunque no era mucha...no era lo que esperaba.

Eran las bajas; cazas, cruceros, unidades centinelas, cabos, comandantes y tenientes. Sintió el sudor frío bajar por su cuello hasta pecho que retenía el aire hasta que leyó su nombre "...Auka..." su joven mirada se perdía con el amarillo brillo de su quintaescencia, los colmillos de su boca rechinaban a la vez que formaba con sus manos un par de puños.

No ella no, "Auka..." siseaba con fuerza mientras su mirada brilla con intensidad perdiéndose su pupila en el amarillo que la inundaba y después de un doloroso grito de un momento a otro había perdido el conocimiento.

Cuando volvió a abrir los ojos, veía de nuevo el manto y una cegadora luz acercándose rápidamente, Auka... la había olvidado hasta ahora, siempre se supo solo en el imperio pero no era verdad, alguna vez hubo alguien a su lado, alguien que creía en él. Al menos ahora podía decir que su infancia no había sido tan cruel.

La onda explosiva del Castillo de los leones lo había inundado todo en el manto, ya no había necesidad de respirar, ni de ver, nada que oír, se sentía ligero y un parpadeo se había llevado lo último que quedaba de la vida del príncipe Galra Lotor.

"Mi príncipe...despierte" de nuevo esa voz.

¿Quién le llamaba? Podía sentir una suave brisa acariciando su rostro llevando un aroma perfumado de flores "Lotor..."

Abrió los ojos de pronto cegándose momentáneamente por la inmensa luz del lugar, dejando escapar un quejido se toma la cabeza como si esto amenizara el dolor que sentía, se reincorpora lentamente hasta que es capaz de reconocer su alrededor.

Era un campo verde y lleno de flores blancas, desconocidas a sus ojos "D-donde..." apenas escuchaba su propia voz tomándose de nuevo la cabeza se levantaba con precaución.

Mira sus manos, aún llevaba su traje de combate y los recuerdos le golpean con fuerza haciéndole casi perder el equilibrio "Y...Yo....estoy..." no sabía bien que sentir al respecto.

"Muerto" responde una voz detrás de él.

Retiene la respiración por unos momentos, esa voz la había recordado antes de morir, lentamente gira su cabeza y la impresión podía leerse en su rostro. Girándose por completo da pequeños pasos dudosos hacia la mujer frente a él, se veía como la última vez y le sonreía como lo recordaba "A...Auka?"

También vestía su traje de batalla, le miraba con ternura cómo cuando era un niño y ella es quién termina por acortar la distancia entre ambos. Lotor ya era mucho más alto que ella "Mi príncipe, es un honor volver a verte" se había inclinado ante él.

Sin más se había dejado caer de rodillas abrazando a su guardiana con fuerza "Auka" se permitía lo que en más de 9,000 Deca-phoes no había podido, llorar en el sitio más seguro que había conocido.

Corresponde el abrazo derramando lágrimas por igual, había crecido tanto y era tan fuerte que seguramente le habría sacado el aire en vida, esperaba verlo pronto y consumado a una avanzada edad, pero verlo tan joven...

"Le falle mi príncipe" y ahora era ella quién se refugiaba en sus brazos.

"No, tú nunca me fallarías" se separa de ella para poder observarla, era tal cual la recordaba aquel día que se fue "Yo soy el que fallé, te olvidé y olvidé lo que me enseñaste. Acabé con vidas inocentes y no pude cambiar nada"

Toma su fino rostro entre sus manos, limpiando la pena de sus mejillas sin dejar de sonreírle cómo cuando era niño. "Príncipe Lotor, salvaste vidas inocentes, expusiste tus ideas sin temor y luchaste, luchaste más que nadie" siendo la primera en levantarse le extiende su mano "Aunque al final te hayas perdido...llegaste aquí"

Eso era como un bálsamo para su triste alma, se levanta sin ayuda de Auka, pero aun así tomando su mano. Mira más allá de donde estaban encontrándose con la presencia de varias especies: Alteanos, Olkaris, Galra, Arusianos, Balmerianos y más.

"¿Dónde estamos?"

"Donde esperamos por aquellos que aún siguen luchando, toda la energía del Universo converge en este lugar, es parte del ciclo de la vida" le mira de lado, sonriendo pues Lotor ya tenía aquella mirada pensativa "Esto va más allá de la quintaescencia y muchas veces de nuestro entendimiento" comenzaba su camino lejos de la vista de las otras personas, seguida del príncipe Galra, que miraba con asombro todo a su alrededor.

La princesa Alteana fue afortunada al tenerte, aunque fuera por un poco tiempo

De haber sobrevivido...quizá el futuro de su príncipe habría sido otro y probablemente sería libre de estar con la valiente princesa.

Tenía razón, era diferente al Manto de Quintaescencia e incluso Oriande, si cerraba los ojos podía sentir paz, sentía el latido de cada planeta, cada ser vivo, el canto de las galaxias por esto hasta ahora le gustaba estar ahí.

Aunque no duró mucho dicha sensación pues sus pensamientos se ven interrumpidos al haber chocado con Auka, quien se había detenido de pronto.

"Qué ocurre, Auka?" su máscara había quedado atrás ahora su voz y mirada eran realmente sinceras.

"No puedo acompañarle de este punto" le mira de frente y con gran calma toma su mano entre las suyas, hincándose en una rodilla de nuevo.

"Debe avanzar pues hay algunas personas que desean conocerlo, su pueblo y yo estaremos esperándole justo aquí" detrás de ella aparecen los miles de soldados Galra que habían perecido en la Guerra, junto con ellos los pobladores de los mundos que conquisto sin dolor o fuerza y de aquellos alteanos que habían dejado su vida creyendo en él.

Su mirada denotaba sorpresa que por costumbre había acallado de forma rápida detrás de esa máscara inexpresiva para después recorrer con la mirada el camino que le indicaba su guardiana, a este sólo lo inundaba el incesante blanco de la luz.

Tensa su mano antes de soltarse y aspirar profundamente calmando las preguntas que comenzaban a inquietarse en su interior, para después "Volveré" con seguridad en su voz y orgullo comienza su camino.

"Si, mi príncipe" manteniendo su postura mira aquella figura alejarse, su joven príncipe había crecido fuerte, vigoroso digno del trono Galra y aunque perdido, sus intenciones era por una bien común, pero la carga había sido demasiada y el tiempo demasiado cruel.

Se reuniría con quienes lo habían amado antes y después de la guerra, finalmente el sería parte de ese tan ansiado cambio.

"El cambio no reside en una sola persona o criatura, es la fuerza de varias vidas lo que hace el cambio verdadero...el amor en sus diversas formas también cambia vidas"

Al final del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora