Epílogo

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El aire frío hizo que mi piel se erizara, me abracé a mí misma en un intento de darme calor.

Volteé rápidamente cuando sentí que alguien me había puesto una chamarra encima.

Lo miré ocultando mi sorpresa.

—Me alegra que hayas vuelto — empezó a decir, su voz había cambiado tanto...

—¿Cómo te enteraste? — ignoré el hecho de que estuviera en playera, sin nada que lo protegiera del invierno.

—Las noticias corren rápido en el medio — vaciló. —Te extrañé.

Miré hacia el frente.

Me fui tres años de aquí, pero no estuve sola. Fue un viaje de autodescubrimiento al lado de Annie, sin duda lo necesitaba.

El mismo tiempo que estuve de novia con él, lo tomé de terapia y de experiencias nuevas con la amistad más real que he tenido.

Tengo diecinueve años recién cumplidos, crecer fuera de este lugar me hizo sentir como nueva y llenó cada hueco que Finn dejó en mi interior.

No regresé sola.

—¿Tú no me extrañaste? — preguntó antes de morderse las uñas.

Resoplé, me sorprende que siga teniendo ese tipo de hábitos que delatan su ansiedad.

—Si te soy sincera, los primeros días fueron difíciles, sin embargo, poco a poco te superé y después... fue como si jamás hubiéramos estado juntos. No me lo tomes a mal, pero me gustó no pensar en ti y dejarte de querer me regresó las alas que había perdido a tu lado — contesté honesta.

Una vez que probé lo que era la libertad sin estar a su lado, jamás deseé volver con él, me gustó en quien me convertí al no tener nada que me angustiara.

—Oh, me alegra escuchar eso... — murmuró con nerviosismo. —¿Cuánto tiempo te quedarás?

Me encogí de hombros.

—Por el momento me estoy mudando de vuelta, ya dependerá de cómo marchen las cosas para Corbyn y para mí, de ahí decidiremos si nos vamos o no — expliqué brevemente.

—¿Corbyn? — movió ligeramente su cabeza, con curiosidad.

—Mi novio — aclaré.

Sus labios se entreabrieron al escuchar mis palabras, casi sorprendido.

—Ah... ¿vivirán juntos? — frunció el ceño.

Asentí.

—Somos muy jóvenes — admití. —Pero ambos estamos de acuerdo en avanzar ahora que podemos y bueno, si las cosas funcionan como lo están haciendo ahora nos casaremos cuando yo termine de estudiar — dije emocionada. —Una vez que encuentras a tu alma gemela las cosas siempre pintan para bien — suspiré.

Lo miré con una pequeña sonrisa.

—Supongo que lo sabes mejor que nadie — torció la boca.

Me quité su chamarra, se la di de vuelta.

—Puedes usarla, estás temblando — me dijo sin querer tomarla.

—Te dije que ya no te preocuparas por mí, Finn — lo obligué a ponérsela. —Igual no tarda mucho Corbyn en venir por mí.

Asintió rendido.

—No me gusta como dices mi nombre —balbuceó.

—¿Qué? — me burlé. —¿Cómo quieres que lo diga? — entonces me sentí incómoda. —¿Tú también... tienes sobrenombre? — pregunté apenada.

𝐇𝐞𝐚𝐭𝐡𝐞𝐫 •°•★•°• 𝐟𝐰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora