Prólogo

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-Central, ¿me reciben?- dijo una muchacha a un walkie-talkie.

-Le recibimos.

-Bien, en 10 minutos, ni uno más ni uno menos, en la cúpula de los Hale. Cambio y corto.

-Allí estaremos, Lu.

                                                              ~·~

 -15- dijo la castaña.

-La confusión de la pelinegra se vio reflejada en sus cejas.

-Habéis tardado 15 minutos, yo os dije que en 10 os quería aquí- se molestó la menor.

-Es que no todos somos sobrenaturales, inteligente- el único chico habló -. Además, si corro mucho, sudo y me afeo.

-Feo estás siempre- se burló una pelirroja mientras limaba sus uñas.

-Os he reunido aquí hoy porque...

-¿Has roto algo?

-¡No! Una queriendo ser seria y me salen con estas tonterías.

-No te creo.

-Claudia, te juro que no he roto nada. Es... otra cosa- se hizo la misteriosa Luna.

-¿Qué cosa?- la imitó el chico, agachándose para quedar a su altura y mirarla a los ojos.

-Pues una cosa mariposa- se rió la chica.

-Que va por el río y no se moja- continuó su hermana mayor, Claudia.

-¡Ya! Deja los misterios y las bromas y dinos qué hacemos aquí a las 2 de la madrugada o me voy.

-Tranquila, Scarlett. Encontré un hechizo para resolver el gran interrogante de nuestras vidas, cómo comenzaron a salir nuestros padres.

-Maravilloso. ¿A qué esperamos?- se apresuró en hablar Ian.

-¡A que yo termine de hablar, leche! 

-Perdone usted, mon coeur.

-Si no hay que hacer ningún sacrificio me apuntó- habló Claudia-. Porque no hay que hacer ningún sacrificio, ¿verdad?- miró a su hermana con sospecha, la cual le sacó el dedo medio.

-Yo estoy dentro- Scarlett miró fijamente a Luna -, pero te advierto, Hale-Stilinski, que, como me despeine, se me estropee el maquillaje o la ropa te mataré. ¿Entendido?

-Entendido. ¿Tú qué dices, Ian?

-Ya lo he dicho, sí a todo. ¿Qué hay qué hacer? ¿Y de cómo va el hechizo?

Los 3 observaron todo lo que Luna tenía a su alrededor: un libro, de hechizos seguramente; varias velas azules y verdes, un lazo largo rojo y muchas bolsas con polvos y hierbas a su alrededor. En el centro del desorden, sentada estilo indio, Luna. Ella era exactamente igual a su padre Stiles, al contrario que su hermana mayor, Claudia, igualita a Derek, que veía a su hermana con desconfianza. A su lado estaba Ian, el hijo mayor de Peter y Chris, el aspecto era de su papá Chris y el carácter de su mamá  Peter, gracias al cual se había ganado bastantes enemistades. Por último estaba Scarlett Whittemore, hija de Lydia y Jackson, llamada por Ian femme fatale, que miraba el escenario con fingido desinterés. Era pelirroja y tenía los ojos de su padre.

-El hechizo es fácil. Nos ponemos en circulo, cruzamos las piernas y los brazos y nos debe unir el lazo rojo. Recito el hechizo en latín y...¡pum!- hizo unos movimientos extraños con las manos, queriendo simular una explosión-. En nuestras cabezas aparecerá el romance entero de nuestros padres- explicó minuciosamente la mitad chispa.

-¿Y si sale mal? ¿Qué pasa si sale mal?- se preocupó Claudia-. Con el último que salió mal nos tiramos con el pelo rosa 3 meses, menos mal que era verano.

-Odié eso, no quiero repetir la experiencia- se quejó Ian-. El rosa no pega con mi estilo.

-Estoy de acuerdo, no le gustó nada a nuestros padres- recordó la regañina que le dio su padre diciendo que ese color de pelo no pegaba con su conjunto. Horrible charla, prefiere mil veces la del sexo.

-No va a pasar nada de eso, este es un hechizo simple. ¿Qué podría salir mal?- tranquilizó Luna.

-Siempre que dicen eso todo sale mal- pensó en voz alta Scarlett.

-Venga, Scar, no me seas aguafiestas. Será divertido- animó Ian, a todo lo que hacía su prima él decía sí.

-Vale, pero luego no digáis que no avisé- insistió la pelirroja.

-Entonces...¿Lo hacemos?- preguntó con cautela la castaña.

-¡Qué diablos! ¡Vamos allá!- terminó diciendo la Whittemore.

-Solo voy a decir una cosa- la miraron mal, Claudia esbozó una media sonrisa-, si nos descubren, les podemos echar las culpas a ellos por no contarnos cómo empezaron a salir- propuso la morena-. Total, mentira no es. Es muy raro que no lo cuenten- frunció el ceño.

-Bien, pues lo hacemos. Al fin y al cabo Luna tiene razón, qué podría salir mal.

Bueno, muchas cosas salieron mal.



Ups, accidentalmente llegamos pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora