Capítulo 3

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Claudia y Stiles se subieron al Jeep, dirigiéndose a la casa del último. Stiles de vez en cuando miraba de reojo a su supuesta hija. Tenía que admitir que se parecía mucho a Derek, demasiado incluso. Daba miedo y al parecer había escogido el estilo de su padre, como había dicho Luna en su despedida, una badwolf. Seguro iba a adorar a la pequeña. Él sabía que eran sus hijas. Por dios, que era una chispa, misma chispa que estaba en la menor y que notaba ligeramente en Claudia, como una segunda piel que la mantenía a salvo. Sumado a eso, la chispa en sí reconocía a las muchachas como parte de ella y su chispa siempre tenía razón.

-¿Te vas aquedar mirando la carretera con ese gesto del Sourwolf o me vas a hablar? -preguntó.

-Es que no sé que decir para convencerte, así que estoy intentando pensar qué harías tú, pero no se me ocurre nada -contestó rápidamente-. De verdad que no sé que decir, es decir, a mí me llegan dos chicas y me dicen que son mis hijas y las hecho a patadas, pero tú no lo has hecho y no sé si es por que estás en shock o por qué. ¿Te has fijado las veces que he dicho no sé? Déjalo, ya me callo.

-Wao. Pensé que habías salido igual a Derek, pero hablas tanto como yo. Tranquila, te creo, más bien mi chispa, y esa cosa siempre tiene razón. Respira y cálmate. Cuéntame, ¿cómo es tu vida? ¿Hago un buen trabajo como padre? Oh, dios. Espero que sí -empezó a divagar Stiles.

-Eres el mejor pa junto con papá. ¡Y tranquilizarte tú, apestas a nervios! ¿Tomaste el Adderall? -se preocupó Claudia.

-Sí, siempre la tomo. ¿¡Y cómo quieres que no esté nervioso si me estas diciendo que yo soy tu padre!? -se exaltó el castaño.

-¡Sí, pero un buen padre! 

Se miraron un momento y estallaron en carcajadas, definitivamente esta chica era su hija.

Aparcó enfrente de su casa y ambos bajaron del Jeep de la misma forma, a Stiles le dio la impresión de que la morena estaba a punto de caerse. Observó que el coche de su padre estaba, por lo cual su padre debía estar en la casa. Genial, qué le decía ahora a su padre. 

-Hey, papá. ¿A que no sabes qué ha pasado? -el hombre le miró con sospecha desde el sofá-. Pues resulta que se puede viajar en el tiempo.

-Bien, y eso en qué me afecta a mí exactamente -ya se estaba imaginando todos los posibles escenarios, con Stiles siempre como el causante de todos.

-Hola, abu. ¿Cómo estás? -dijo despreocupada la chica.

-Oh, si. Esta es mi hija, viene del futuro y no, no ha sido culpa mía. Ha sido mi otra hija, que también está aquí, pero con su otro padre. ¿Recuerdas que dijiste que yo no era gay? Tenías razón, soy bisexual.

Noah miró a la chica, ella le miró. Miró a su hijo, su hijo le miró. Se levantó del sofá y repitió la acción de mirar de uno a otro sucesivamente, varias veces. Seguidamente se desmayó y se cayó al suelo cuan largo era. Stiles y Claudia corrieron a ayudarle e intentar despertarlo.

-Pues menos mal que no le has dicho quién es el otro padre.

-Calla y ayúdame a despertarle.

                                                             ~·~

Una vez más calmados y habiendo explicado un poco por encima lo que había ocurrido, y un café con un chorro de whisky para Noah, empezaron las preguntas a Claudia.

-Entonces quién es el otro padre -preguntó Noah por quinta vez, rezando por que esta vez no esquivaran la pregunta-. No evitéis la pregunta o voy a por la pistola y busco a Derek, porque tú, niña, te pareces demasiado a él.

-Ding, ding. Tenemos un ganador -bromeó Stiles.

-Abu, no mates a papá. Además, menudo trabajo tiene que tener la chispita ahora mismo, para convencer a papá de algo... Madre mía.

-A mí me habéis convencido y puedo ser más terco que él. No os preocupéis, si tiene la sangre Stilinski se le ocurrirá algo, niña.

-Me resulta increíble el hecho de que me llamas igual desde siempre, me sorprendes, abu -se burló Claudia.

Noah se rió y por consiguiente los otros dos también, le esperaba una agradable noche. Pensaba sacar los albunes de fotos y hacer pasar a su hijo un mal rato, aunque la chica fuera su hija. Además, desde la muerte se su esposa no los habían abierto. 

Mientras él pensaba en esto, en la cocina padre e hija se peleaban por un Reese's. Era el último y ninguno estaba dispuesto a perder esa batalla.

Ups, accidentalmente llegamos pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora