Me dije a mí misma, mientras veía al hombre que amaba en brazos de otra mujer, y no cualquier mujer, era mi hermana, tenía los ojos cerrados y la tomaba de la cintura mientras la besaba, tal y como me besaba a mí.
“Tú tranquila", dije en mi mente mientras pasaba junto a ellos en el auto, sin que ninguno de los dos se diera cuenta de que yo los observaba, duraron así unos segundos, después se miraron el uno al otro, él le sonrió, le tomó el vientre y lo supe
"Ella estaba embarazada", se tomaron de la mano y siguieron caminando.
“Tú tranquila”
Me volví a repetir, quise bajar del auto, golpearla a ella, confrontarlo a él, decirles tantas cosas, gritar y romperme a llorar, no lo hice, no valía la pena.
Seguí adelante y en mi mente solo me repetía una y otra vez la misma palabra, “tranquila”, pasaron unos minutos y marqué a su celular, respondió y me dijo que seguía en el trabajo, que en un rato me marcaba y colgó.
Se me hizo un nudo enorme en la garganta, detuve el auto, me orillé y comenzaron a rodar mis lágrimas, no grité, no golpeé nada, no le volví a llamar ni le conté a nadie, solo estuve ahí en el auto por varios minutos, estaba rota por dentro, estaba destrozada, me sentía humillada, engañada, traicionada, me sentía de mil formas menos tranquila.
En el fondo yo ya lo sabía y hubiera dado todo porque no sea verdad...
Aún así me obligue a repetir “Tranquila, no pasa nada, vas a salir adelante.”
Un par de horas después me llamó, “tuvo que quedarse horas extras en el trabajo, pero ya iba a casa”.
Está bien, respondí, yo he tenido que salir, pero te he dejado una nota en la mesita, espero la leas y puedas entenderme.
En la nota solo decía, “Espero que con ella puedas ser el doble de feliz de lo que llegaste a serlo conmigo”, esa noche me fui de su lado, nunca nos volvimos a ver, él me llamó algunas veces pidiendo perdón y una segunda oportunidad, jamás le di otra oportunidad y lo perdoné con los años...
Aquél día que fui a su tumba y decidí perdonarlo porque me había vuelto a enamorar...
La gente jamás supo el por qué murio.
Felizmente aquella bruja a la que fui a consultar si mi esposo me engañaba, ya me había advertido que él me engañaba, ese B-R-E-B-A-J-E que me dio hizo efecto a los meses no dejaba huellas, no dejó ningun indicio de que fui yo...
Tú tranquila me dije a mi misma, mientras veía su nombre en su tumba...
Tú tranquila, ya tienes paz y él descansa en paz...
Ahora vamos a preparle una sopita a mi hermana, al bebé no, él no tiene culpa, ahora él ya tiene 2 años y me encargué que me quiera más que a su mamá, el será el hijo que siempre quise.