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Como todos los días, Zero salió de madrugada de su apartamento para subirse a su motocicleta y llegar al trabajo lo suficientemente temprano para desayunar en la cafetería.

Mucho había cambiado, todo a su alrededor era distinto de una u otra forma. Los días eran distintos, los Reploids eran distintos, él era distinto.

Marcó su llegada y se dirigió rápidamente a la cafetería donde se encontraría con su viejo amigo: Mark el chef, quien le serviría un sándwich y un café cargado para aliviar su sueño.

Zero se sentó en una de las mesas y le dio un sorbo.

---Uno, dos...--- apuntó entonces a la entrada de la cafetería y otro Reploid se hizo presente.

---¡Zero!

---Axl...--- le dio otro sorbo a su café, no tenía ni las más mínimas ganas de mediar palabra con el castaño.

---¿Cómo estás?--- preguntó el castaño.

---Bien--- respondió. Se había acostado con un chico que conoció en un bar la noche anterior, así que estaba bastante relajado. No buscaría a alguien más hasta un par de días más.

---Me alegra--- dijo ---Siempre vienes demasiado temprano al trabajo, Zero.

---Nadie te obliga a que vengas "demasiado temprano" también--- el rubio observaba detenidamente la apariencia de Axl. El castaño era su amigo y lo quería como tal, pero había algo de él que odiaba.

---Si no lo hago ¿Con quién hablarás, eh? Vengo a hacerte compañía.

Algo que detestaba con toda su alma.

---Estoy bien estando solo.

Algo que le sacaba de quicio y despertaba sus más bajos instintos.

---Ah, vamos Zero, lo dices como si no me necesitaras, solo admite que me quieres.

Sí, sus destellantes ojos verdes.

---¡Estoy bien, X-!--- exclamó ---¡Quiero decir... Axl! Estoy bien, Axl--- el joven acarició el puente de su nariz ---Lo siento yo...

Axl conocía perfectamente los conflictos internos del menor, sabía que buscaba a alguien con quien pasar las noches casi a diario y que solía quedarse callado para no tener un arranque de ira.

---No te preocupes, Zero, me alegra saber que al menos lograste calmarte un poco--- el chico sostuvo su cabeza mientras observaba al rubio tomar un sorbo de café.

---Anoche no dormí bien--- declaró Zero ---Solo es eso.

---Me pregunto por qué será--- rodó los ojos y sonrió con un sonrojo ---Que suerte tienen algunos.

---¿Qué tal te va a ti?--- cuestionó tratando de evadir el tema.

---No tan bien como a ti--- guiñó ---Me gusta avanzar lentamente, pero se hace la difícil ¿Sabes? No quiere ir al club conmigo porque "es feo"--- dijo haciendo comillas con sus dedos, Zero rió ---Yo le dije que era de esos clubes que eran feos por fuera pero geniales por dentro para guardar las apariencias, pero no quiere ir de todas formas.

---Que lástima.

---¡Lo sé! No sé qué más hacer--- se dejó caer sobre la mesa con decepción.

PrístinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora