mi pequeño gordito. » kookjin

﹙🌷﹚nueve.

Después de que acabaron las clases, Jungkook decidió invitarme a comer helado. Algo dulce de vez en cuando no me podría hacer daño.

"¿Porque no le dijiste a los demás que eras tú?" Dijo sentándose en una mesa de la heladería.

"No quiero problemas de nuevo. Decidí que e mejor no decirles que soy yo".

"Si te vuelven a hacer algo los mato." Dijo serio.

"Ya, ya. De seguro que mientras no sepan que soy yo no me harán nada. Pero, si saben que soy Jin, mmm... No lo sé, pueden seguir golpeandome estando gordo o no." Dije suave.

"Es que son imbeciles." Dijo frunciendo el ceño.

"Si, si que lo son"

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Cuando acabamos de comer el helado, Jungkook me acompaño hacia mi casa. Cuando estuvimos frente a esta Jungkook me detiene suavemente. Al mirarlo me quedo sin aliento.

Jungkook. Me. Estaba. Besando. Un tierno y suave roce de labios, pidiéndome permiso para continuar, el cual le permití, juntando más nuestros labios y cerrando mis ojos.

Nos fuimos separando poco a poco abriendo nuestros ojos. "Si. Definitivamente tus labios son muy ponposos" dijo sonriendo bobamente.

Yo solo pude sonrojarme y bajar la mirada sonriendo.

"Entonces..." Continuo" Nos vemos mañana mi pequeño gordito..." Dijo dándome un pequeño beso en la nariz, agarrando mis dos manos.

"Adiós... Kookie" dije más sonrojado que antes.

"¡Dios!, ¡me llamaste Kookie!" Dijo dando un pequeño grito para nada masculino.

"¡Jungkook!, tampoco es para ponerse asi" dije avergonzado. Como siempre.

"Ok, ok. ¡Adiós Jinnie!" Dijo dando pequeños saltos, para irse corriendo.

Al no ver a Jungkook, entre a mi casa. Y vaya sorpresa que me lleve al ver a mi madre en la sala tomando un té mientras veía la televisión.

"¿Mamá?" Pregunte confundido, ella dijo que duraría en llegar de su viaje.

"¿En dónde estab-?" Se calló abruptamente al mirarme "¿Que te paso?" Dijo llevando sus manos a la boca sorprendida dejando el té en la mesilla al frente del mueble.

"¿Así estoy bien?, ¿me quieres estando así?" Dije ilusionado de su respuesta. Mi madre se paró del mueble y me abrazó, siendo rápidamente correspondida.

"Estas perfecto. Estas delgado y sin granos. Por fin no das asco Jin." Dijo.

No me importaba, si me quería siendo alguien diferente al de antes. Solo quería sentir amor de mi madre.

"Dime que no debes comer y que si. No quiero que pierdas ese lindo cuerpo, delgado" dijo sonriendo. Es la primera conversación sin insultos hacia mi peso o mi ser. Esto se siente tan bien.

Paz. Simplemente paz.

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