✟Epílogo✟

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-...La moraleja de todo es que, un simple error puede arruinarte la vida, así que no te podrás apartar de mi lado jamás, Kouki...—Sonrió ladino.

-...¿Y acaso yo he dicho que lo haría? —Enarcó una ceja y acarició su vientre gestante—...Y si en el caso hipotético de que cometiera algún error ¿Cuál sería?

-...Tantas posibilidades...—Rió el peli-fresa—...Al que más le temo, es que me engañes, quiero decir, eres tan hermoso que las miradas de otros hombres no dejan de llegar a ti...—Mencionó con un ligero tic en su ceja derecha.

-...Estoy gordo, Sei...—Pucheó, frunciendo el ceño levemente.

-...Y eres la bolita más hermosa de todo el mundo...—Se acercó y besó sus labios, sonrojándolo—...Si me abandonas, muero. Literal.

-...No lo exageres...—Rió el castaño, sin lograr observar la seria expresión en el rostro de su esposo—...En todo caso, ya te he dicho que no debes incluirme, incluirte o incluir a todo el pueblo, para que el cuento sea interesante, Sei...—Le vió, sonriendo encantadoramente.

Ahora fué turno de Akashi para sonrojarse.

Sacudió su cabeza, saliendo de su ensimismamiento y suspiró pesadamente.

-...Y yo te he dicho que no es un cuento...—Negó—...Es una historia real, Kouki.

-...¿Enserio crees en todo lo que acabas de narrar? —Se cruzó de brazos, viéndole con una sonrisa ladina.

Akashi no dudó en asentir.

-...Yo mismo estuve presente en todos esos momentos...—Dijo serio—...Vi todo, la muerte de Testuya, la perdición de Taiga. Todo eso lo vi...—Suspiró y volvió a mirarle, un tanto confundido por su repentina expresión de rabia—...¿Ahora que pasa?

-...No me gusta que digas ese nombre...—Murmuró pucheando—...No después de la forma en la que te dirigías a esa persona en el cuento...—Desvió su mirada.

Oh...

-...¿Estás celoso, amor? —Preguntó sonriente, viéndolo sonrojarse—...¡Vamos! Tetsuya fué mi prometido porque el mismísimo Dios lo ordenó, no podía ir contra su mandato, Kouki.

-...No trates de mezclar la vida real con un cuento, Sei...—Hizo amago de levantarse, siendo inmediatamente ayudado por su esposo—...Iré a darme un baño caliente y no quiero que entres de repente ¿De acuerdo? —Habló en tono amenazante.

Seijuuro suspiró pesadamente.

-...De acuerdo...—Asintió sumiso y le dejó ir—...Maldigo el día en que lo pusiste así de rebelde conmigo, Sakurai...—Gruñó al ángel que se había materializado en el sofá que antes ocupaba su castaño.

-...Oh vamos, es divertido verlo así...—Sonrió ladino y jugó con la larga trenza que caía en su hombro izquierdo.

-...No, solo es divertido para ti...—Frunció el ceño—...Diría mil y un maldiciones hacia ti, pero estoy seguro que Dios me arrebataría la oportunidad que me dió y eso no lo quiero...—Negó y caminó hasta la chimenea, observando fijamente la placa de oro en forma de alas que formaba parte de su escudo familiar.

-...Aún sigo sin comprenderlo...—Sakurai se acomodó mejor en el sillón, jugando con sus pies sobre el reposa-brazos—...¿Porqué renunciar a todo lo que tenías en el cielo para vivir una vida mortal?

-...¿Porqué no hacerlo? —Sonrió ladino y acarició las brillantes alas de oro—...Quizás es cierto que nuestra vida en el paraíso era perfecta...—Rió levemente al decir esa palabra—...Pero vacía.

Himitsu Kuro No Chikai [Kagakuro] ✟Terminado ✟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora