El amigo de mi hermano (Adaptada)

Capítulo 18:

Sentí mi teléfono vibrar, vi quién me llamaba. Era Tony, era la décima vez que lo hacía, y sabía que debía hacer, ignorarlo.
Aún después de dos semanas, las lágrimas no paraban de salir. Había vuelto a casa con mi hermano, esa misma semana mi mamá volvió, yo ya no salía de mi habitación, no veía televisión, lo único que hacía era llorar en mi habitación. Hace dos semanas ya no iba al colegio, no quería cruzarme con Tony y Avani, simplemente no lo soportaría. Ni a Fede, ni a mi mamá les había contado lo que sucedió con Tony, les dije que estaba enferma, y no podía ir al colegio.

Cada mañana me repetía: "debes ser fuerte, Melanie. No te dejes vencer" pero no valía de nada, no tuve las fuerzas para superarlo. Quería dormirme y nunca más despertar, que todo esto sólo fuera un sueño, pero era la realidad...

Comencé a preguntarme ¿Por qué? ¿Por qué Tony tuvo que irse con ella? ¿Por qué me tuvo que pasar esto? Me sentía herida, traicionada. Todo se sentía como una bofetada.

Sentí leves golpes en la puerta, y de inmediato dije:

-¡No quiero ver a nadie! -dije sollozando.

En ese momento, Jadon entró.

-¡Lárgate Jadon! ¡No quiero ver a nadie! -dije tapándome la cara con la almohada.

-Mel, necesito que sepas algo, y así me voy ¿Si? -dijo sacándome la almohada.

-Habló. -respondí y lo miré.

-Mel... Yo sabía todo, necesito que me escuches. Avani y yo en verdad somos primos, cuando tú y yo éramos novios, Avani estaba enamorada de un chico, Tony, al cabo de unas semanas, cuando tú y yo rompimos, ella vino a mi casa muy feliz y me contó que se había vuelto novia de Tony, unos días después me pidió un consejo, me dijo que su novio a la vez estaba saliendo con otra, esa eras tú, pero ella no se quería alejar de él, así que le dije que siguiera su corazón, unos días después, vino de nuevo, muy feliz y me dijo que su novio, Tony, se estaba dejando de ver contigo. Tony se veía contigo de día y con Avani en la noche. De verdad lo siento, Mel. Perdóname por no decirtelo antes.

-¡Aléjate de mi! -le grité. -¡Vete! ¡No quiero volver a verte!

-Si eso es lo que quieres, me iré. -dijo y se fue.

Esto era mucho peor que antes, nunca había sentido tanto dolor, es lo pero que a un ser humano le podría pasar.