Cuentos Cortos

ultima

Ella sonriente, caminaba por las calles, era un poco tarde, pero quería comprar algo para saciar su hambre, elijo una frituras.
Una camioneta apareció de la nada, y de un momento a otro ella se encontraba dentro de ese vehículo banco, la amordazaron y la ataron, como si no fuera nada, como si no valiera nada. Pero ella estaba feliz. Habían llegado a algún destino que ella no sabía, la alzaron como una bolsa de papas, intento gritar, intento pelear, pero no pudo. Pero ella estaba feliz, la tiraron, y pudo ver a varios hombres que no conocía, tenía miedo, y con sus bellos ojos color miel, rogaba clemencia, pero ellos solo sonrieron malisiosamente, otros se carcajearon. La agarraron, la dieron vuelta, decian cosas sucias en su oído, y veía como sacaban su asqueroso pene. Pero ella tenía una puta sonrisa en la cara. Ella sabía lo que iba a pasar, y como iba a terminar, pero ella está bien con eso. Porque una semana antes, se había enterado que su mejor amiga, había sido tocada indebidamente en un boliche, esa noche, rogó y lloro, al alguien allá en el cielo, y era la primera vez que lo hacía porque era atea. Pidió porque las mujeres encuentren su voz, porque las mujeres luchen y sean fuertes, porque ya no hayan más muertes, pidió porque si a ella le tocaba morir así, que sea la última. Y al parecer eso funcionó, por una semana entera no se escuchó sobra algún femicidio, las mujeres protestaron más, ellas hicieron más, ellas elevaron su voz. Y ella sabía que iba a ser la última, por eso estaba sonriendo, mientras le desgarraban la ropa, y también su vagina, mientras ella miraba un punto fijo en algún rincón, ella agradecía a verse despedido de su familia ese día. Cuando todo termino, cuando aquellos hombres se rieron en su cara, supo lo que iba a pasar, uno de ellos se hacerco a su frágil cuerpo y le dijo; últimas palabras cariño. La morena sonrió, y dijo; el karma les va a llegar, y después todo se volvió negro.

Un mes después, una familia destrozada, estaba en un funeral, llorando mares, aunque no sabían que una morena estaba ahí, con ellos, mirándolos con esos bellos ojos color miel, sonriendo, y agradeciendo, paso al lado de todos sus familiares y cada uno sintió el aroma característico a ella, se dieron vuelta pero no encontraron nada. La morena los miró, sonrió, y se fue. Con un grupo de chicas que fueron asesinadas, quemadas y violadas. Se unió a ellas, y juntas tomadas de las manos se fueron, dejando una brisa que erizo a todos los que estaba en ese funeral.