capítulo 11

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Una semana después del accidente:

Hoy toca matemáticas a primera con la waffle. Qué mierda.
Después de pasar una hora con la arpía y después de veinte regletazos en la mano salí por fin de esa aula infernal. Por suerte ahora tocaba mi clase favorita, música.

-Jake, te he mandado un correo con todos los detalles de nuestro pequeño pacto. Míralo en la comida. Puedes irte al estudio ya que hoy toca cantar.

Asentí con la cabeza y me fui al estudio con mi guitarra. Me apetecía cantar algo nuevo así que empecé a componer una canción. Al cabo de una hora tocaron en la puerta para darme a entender que ya había sonado la campana y que era hora del descanso. Recogí y fui a la cafetería a por una ensaimada. Amo lo dulce. Por el camino me encontre a un grupo de personas que estaban pateando a un muchacho pelirrojo que yacía en el suelo cubriéndose la cabeza con los brazos para evitar las patadas. Me di cuenta de que el líder del grupo era ese tal Jonathan que había intentado ligar conmigo el primer día. Odio a los que se meten con los más débiles así que me interpuse entre el chico y el grupo y les dije que se fueran.

-Dejadle en paz.

-Anda, pero si eres tú lindura. No nos ha obedecido así que le estamos dando una pequeña lección para que aprenda a respetar a las personas importantes.

-¿Respetar a los personas importantes? Pues perdón debo necesitar gafas porque yo aqui solo veo a unas mierdas con patas. Yo que me había ilusionado pensando que iba a conocer a alguien famoso. Qué pena.

-Nena, no deberías jugar con fuego que te puedes quemar. Si tanto me quieres, luego podemos pasar un buen rato. Pero ahora tenemos que darle una lección a esa escoria de ahí.

-No entiendo algo.

-¿Qué es?

-¿Cómo os vais a pegar a vosotros mismos?

-¿Qué?

-Has dicho que teníais que darle una lección a la escoria, pero no sé cómo os vais a pegar a vosotros mismos.

-Serás zorra, sacarla de aquí, podéis hacer con ella lo que queráis. Así aprenderás a respetarme guapa.

-Si jefe.

Jajajajajaja. Son tan idiotas. Desde ese día aprendí karate, judo, aikido, boxeo y defensa sin descanso. Jugaba en los rines y me hice el nombre del devorador de fuego. Cuando intentaron cogerme uno por cada lado gire haciendo que se chocaran y cayeran al suelo, dándole al tercero una patada en la entrepierna y un rofillaza en el estómago haciendo que cayera inconsciente.

-Solo quedas tú. ¿Quieres seguir jugando?

En cuanto dije eso salió corriendo. Me di cuenta de que literalmente se había meado encima. Poco a poco el círculo de curiosos se disperso hablando todo el rato de una chica que era pura dinamita que había noqueado a la banda de Jonathan y causado que este se meara encima.

Me giré para ver al chico pelirrojo y lo ayude a levantarse.

-G-gracias por salvarme.

-Esta bien, ya ha pasado todo. Por qué te estaban pegando así.

-Porque les dije que no quería a darles el almuerzo.

Malditos hijos de puta. Lleve al pelirrojo a la enfermería y le cure las heridas que tenía en el rostro. Era muy guapo. Tenía unos ojos naranja claro con unas pequitas que lo hacían ver muy tierno. Por desgracia se veía que lo maltrataban no sólo aquí sino también en su casa.

-¿Cómo te llamas?

-K-Kyle.

- Muy bien Kyle. Quiero que cierres los ojos y no los abras hasta que yo te diga.

El hizo lo que dije y los cerro. Cree un collar negro y se lo puse al cuello. Cuando el noto mi contacto con su nuca se si resaltó visiblemente a lo que yo le dije que se relajara que no le iba a hacer nada. Cuando termine le dije que ya podía abrir los ojos.

-Esta collar te protegerá durante un corto lapso de tiempo de quienes intenten lastimarte pero no te lo podrás quitar. Mientras entregarás conmigo todos los días después de clases. No acepto un no por respuesta.

-G-gracias.

-De nada y ahora corre o llegarás tarde.

Lo vi irse corriendo. Me habían vuelto a confundir con una chica. No  había dicho mi nombre por lo que era muy difícil adivinar que soy un chico ya que hasta mi voz es dulce y suave.

-Gracias por hacerme así autora. Se nota que me odias.

-No te odio garbancito solo que me gusta mucho joder y como me aburro mucho pues tú eres mi víctima.

-Que no me llames garbancito, maldita loca.

-Si que estoy muy loca garbancito.

-No te pienso hablar más.

-Estas seguro~

-Si, da igual lo que me hagas.

-En ese caso me divertirse mucho contigo.

La persona detrás de las cartasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora