Corro tan rápido como mis piernas me lo permiten, mi respiración es irregular; aspiro bruscamente tratando de encontrar el aire y mi voz exhala rasposa en respuesta… pero no puedo parar.
Mis pasos retumban contra la madera podrida, pero su ruido es insignificante en comparación del que producen los pies, o al menos espero que sean pies, de mi perseguidor.
Tengo los ojos hinchados de tanto llorar, incluso ahora las lágrimas siguen cayendo. Estoy aterrada.
Si me detengo ahora, probablemente mis pies ya no me respondan y se queden paralizados por el miedo; por lo tanto sigo corriendo, aunque me arden las extremidades, continuó andando sin destino.
Frente a mí, hay una pared que me cierra el paso, pero veo una salida hacia la derecha. Doblo un poco tarde por lo que me choco contra la pared y trastabillo. Alcanzó a recuperar el equilibrio antes de caer, pero mi perseguidor se encuentra ahora más cerca y me he raspado la rodilla.
Algo pegajoso me acaricia la espalda levemente, subiendo por mi espina dorsal, doy un respingo aterrada y corro incluso más rápido que antes.
El dolor en la rodilla es intenso; me sangra la herida, no lo veo pero siento, la pegajosa sangre bajando por mis pies desnudos.
Detrás de mí, mi perseguidor gruñe enfurecido y los golpes se intensifican; ruidos sordos, madera quebrándose… me da miedo darme vuelta, si lo veo podría llegar a ser tan horrible que perdería toda la fuerza de mis piernas y caería al suelo desmayada… y entonces, quien sabe que sería de mí.
La abrumadora presencia se cierne sobre mí; no la veo, pero la siento cerca, y mi instinto me dice que debo aumentar el paso, pero mis pies no responden mis órdenes… me estoy quedando sin fuerza.
Mi perseguidor grita, pero a diferencia de los ruidos desgarradores de antes, pareciera como si quisiera hablarme. Gruñidos, exhalaciones fuertes y una voz mucosa, parecen producir palabras en un idioma que no comprendo, pero que aun así es aterrador.
El corazón me retumba en los oídos; late tan fuerte que podría salirse de mi pecho en cualquier segundo…
Entonces, otra pared me cierra el camino, pero esta vez no hay salida ni hacia la izquierda, ni hacia la derecha.
Me chocó contra la pared y me golpeo la pierna lastimada, pero ese es el menor de mis problemas. Siento los pasos acercándose, parecen cada vez más rápidos, siento una baba recorrerme el cuello y mojarme el cuero cabelludo… me preparo para lo peor.
Cierro los ojos y me cubro con las manos, como si eso sirviera de mucho.
Espero, espero…
¿Qué pasa? ¿Dónde está?
La presencia que sentía a mis espaldas se esfumó.
Agudizo los oídos e intento escuchar con atención. Me da miedo volverme hacia atrás, pero la espera y la incertidumbre me están matando. Necesito saber…
Abro lentamente los ojos y espero, está muy oscuro, pero la tenue lámpara es suficiente para ver mi sombra reflejada en el suelo, bajo mis pies teñidos de color carmín por la sangre.
Bajo mis brazos con cautela, parece que estoy sola. Pero aún me da miedo voltearme. Sin embargo, tengo que hacerlo. Tal vez, esta sea mi oportunidad para escapar; tal vez, mi perseguidor se halla aburrido e ido.
Me levanto con las piernas temblando bajo mi cuerpo y lentamente me doy vuelta.
El pulso se me acelera y contengo la respiración. No sé cuánto más, mi corazón podrá aguantar está presión. La adrenalina recorre cada fibra de mi cuerpo con una ferocidad indescriptible.
Entonces, relajo mis hombros, estoy sola.
El pasillo largo se extiende frente a mí, y a mitad de camino una luz tenue, que proviene de una lámpara colgada en el techo, ilumina las tablas de madera rotas que solían formar el piso del pasillo. Las paredes están manchadas de una extraña baba blanca que chorrea hacia abajo y mi sangre en el piso, forma un camino de gotas zigzagueante.
Parpadeo e instintivamente me llevo las manos a la cara, algo me ha caído en los ojos, algo… gelatinoso. Miro mis palmas y más del líquido blanco que calló en mis ojos gotea en ellas.
Entonces lo recuerdo…
Esta no es la primera vez, no es el primer sueño… es como, un deja vú.
Yo ya viví esto y sé que pasará.
Sé que tengo que hacer y sé que si lo hago despertaré.
Esto no es la realidad, es solo una pesadilla, pero debo verlo para escapar. Una vez que lo haga, despertaré…
Pero tengo miedo, mucho miedo.
Cierro mis manos en puño y aspiro profundo, al mismo tiempo que unas ganas incontrolables de llorar se apoderan de mí. Pero, lo supero, tengo que hacerlo. Abro los ojos y levanto mi cabeza hacia el techo.
Entonces lo veo, tan horrible como me lo esperaba e incluso aún más. Gritó al ver sus enormes colmillos acercándose a mí y todo se vuelve negro…
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Pesadillas
HorrorAila ha tenido una vida difícil, lo que le ha dejado más de un problema. Pesadillas y constantes alucinaciones amenazan su integridad mental. Por años, varios doctores y psiquiatras han intentado ayudarla, sin embargo, los avances son escasos y el t...