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barcelona. 16 de mayo
de 2020 ; 受阻

desde ese día, auron no volvió a escribirle un mensaje a luzu. se había cansado de hacerlo. después de todo el tiempo que había pasado, el castaño no le desbloqueaba. eso le había hecho volverse mucho más inseguro de lo que ya era.

raúl era una de esas personas que siempre muestran estar bien. se esconde bajo una coraza que muestra fuerza, rudeza y seguridad, pero para nada es así.

en realidad es muy inseguro, duda de todo y se siente mal a la mínima. no es una persona estable emocionalmente, por mucho que lo aparente.

luzu siempre le hacía sentir mejor. con él era sincero, decirle la verdad de cómo se sentía y que el otro le ayudase y escuchase le hacía sentise una persona segura de sí misma por un momento.

pero ahora llevaba meses sin poder ser verdaderamente honesto, y aquello le estaba haciendo sentir peor que nunca.

necesitaba hablar con luzu, no confiaba en otra persona. nadie más le hacía sentirse en confianza, nadie le transmitía aquel sentimiento de calma y tranquilidad, de que todo estaba bien.

el moreno suspiró, tomando sus llaves y su teléfono antes de salir de casa. en realidad, ¿para qué quería el teléfono? solo lo necesitaba para hablar con luzu, y ni eso podía.

metió sus manos en los bolsillos de su pantalón y comenzó a caminar hacia el parque en el que había quedado con rubius y fargan.

era la primera vez que quedaban los tres juntos en mucho tiempo, ya que desde que borja bloqueó a raúl apenas lo habían hecho un par de veces. el moreno no se sentía en condiciones para hacerlo.

llegó al parque y se sorprendió de que rubén y david ya estuvieran ahí. el peliblanco solía llegar tarde a todos sitios, aquello era nuevo para él.

"¡auron!", gritó el menor de todos cuando lo vio llegar. "tío, hace mucho que no quedamos los tres, ¿y eso?"

"hola", saludó el moreno antes de nada para después encogerse de hombros. "y no sé, solo no me apetecía hacerlo".

fargan y rubius se miraron, desconfiados, y asintieron con el ceño fruncido. aquello no les convencía en absoluto, pero decidieron que ya le sacarían información más adelante.

"en fin, vámonos de aquí", dijo david, y todos comenzaron a caminar fuera del parque.

eran las ocho de la tarde de un sábado, el curso había acabado el día anterior e iban a celebrarlo como no habían podido hacerlo el resto del año debido a los exámenes.

y para ellos aquello consistía ir a un bar y beber, pese a no ser muy aficionados al alcohol.

llegaron y pidieron sus bebidas para irse a la parte del fondo y poder conversar con tranquilidad sobre cualquier tema.

cuando el castaño y el peliblanco se terminaron sus primeras bebidas fueron a por más, pero el moreno no quiso. apenas había tomado la mitad de una cerveza y ya se sentía mal, no creía poder acabársela.

en lugar de eso, se excusó y caminó hacia el baño para poder tener un momento para sí mismo.

eso para él era encerrarse en una cabina y llorar lo más bajo que pudiera para que nadie le escuchase. se tapaba la boca, intentando que sus sollozos no se escapasen, y dejaba que las lágrimas se deslizaran libremente por sus mejillas.

pero perdió la noción del tiempo y estuvo demasiado ahí dentro. por ello, al cabo de quince minutos, fargan y rubius entraron en el baño, dispuestos a hacer algún chiste con respecto a por qué auron había tardado tanto.

sin embargo, al oír unos pequeños llantos, se miraron de nuevo entre sí y se quedaron en silencio, olvidando aquel chiste por completo.

fargan avanzó un paso y se colocó delante de la única puerta cerrada. "¿a- auron?"

al escuchar que alguien se había dado cuenta de que estaba ahí encerrado llorando, dejó de emitir cualquier sonido y cerró los ojos, tapándose la boca.

"auron" ahora fue el peliblanco el que habló, pero lo hizo con firmeza. aquello no era una simple pregunta, sabía que el moreno estaba allí y exigía una respuesta de su parte.

después de unos incómodos segundos de silencio en los que a raúl le dio tiempo a secarse las mejillas, abrió la puerta, con la mirada baja.

nadie dijo nada, simplemente entraron todos a la cabina. los más altos se quedaron mirando al más bajo esperando que dijera algo, pero no lo hizo.

simplemente se acercó a ellos y los abrazó. los chicos se sorprendieron por el acto, pero correspondieron el abrazo y lo envolvieron entre sus brazos.

aún estando abrazados y acariciando su cabello, el pelibanco habló. "eh, raúl" rubén utilizó su nombre, no su apodo, cosa que no solía hacer. "¿qué te ocurre?"

el chico se separó, mordiendo su labio y sorbiéndose la nariz. se secó las lágrimas con la manga de la sudadera y se dispuso a hablar, aunque su voz se cortaba por pequeños hipidos, rastro de que había estado llorando.

"m- me gusta luzu" confesó. antes de que cualquiera de los otros dos pudiera preguntar ¿y por eso lloras?, raúl continuó hablando. "lo amo como a nadie, pero desde septiembre no me responde los mensajes, me bloqueó y me siento fatal".

rubius frunció el ceño y se cruzó de brazos. ya sabía que a auron le gustaba luzu, aquello era más que notorio, pero había algo ahí que no cuadraba para nada.

"espera... luzu también lleva desde septiembre sin responder mis mensajes y llamadas. pensé que me había bloqueado también, pero no le había hecho nada y me parecía muy raro que no me quitase el bloqueo en ocho meses".

"a mí tampoco me responde desde entonces", corroboró fargan.

raúl quitó sus manos de sus ojos y miró a sus amigos con los ojos abiertos como platos.

"¿cómo?"

bloqueado ; luzuplay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora