-Iba a decírtelo Irene – se excusa Blanco, quién obviamente conoce toda mi historia con el, la desaprobación de mi padre a nuestra relación, mi enfrentamiento hacia mi familia y el mundo entero por defenderlo y… el ridículo que hice cuando el me dejó y tuve que darles la razón a todos cayendo en una depresión que me cautivó durante meses.
Y ahora está aquí, detenido y yo soy policía, voy a crujirlo.
Como una bala, entro a la sala en la que se encuentran Núñez y él.
Sus ojos se abren como platos cuando me ve.
Debido al cristal espía, no podía visualizarme.
-Yo me encargo Núñez- digo sin quitar los ojos sobre Hugo.
-Genial, necesito un café.- fulmina con la mirada a mi ex antes de salir.
Tomo asiento justamente en frente de Hugo, la mesa de madera se interpone entre nosotros, pero estamos a dos metros escasos y yo aún no me lo creo.
Intento interpretar su expresión, está sorprendido de verme pero no demasiado.
Sigo mirándolo fijamente sin decir nada, finalmente es él quien habla.
-Así que seguiste los pasos de papa- sonríe con presuntuosidad.
Su voz provoca una sensación en mi cuerpo que no logro explicar, como cuando escuchas tu canción favorita después de mucho tiempo.
-Y tu el de tu hermano – digo borrando su sonrisa al instante- Aunque lo de las armas es nuevo.
-Hay que ir expandiendo horizontes…Irene- mi nombre en su boca me hace sentir un escalofrío, que por suerte logro disimular.
-El Caleño, no te andas con chiquitas está claro.
-No sé de qué me hablas.- dice con despreocupación.
-¿A que has venido? ¿Rojas quiere apoderarse de esta zona? Si crees que voy a permitir que destrocéis mi ciudad…
-Yo también soy de aquí.- me interrumpe con tono alegre.
-¿Por que has vuelto?
-Porque te echaba de menos – dice en tono sarcástico guiñándome un ojo.
No lo recordaba tan capullo, sinceramente.
-Te recuerdo que estás hablando con la policía- gruño perdiendo la paciencia.
El suelta una carcajada arrogante.
-De acuerdo, te acabas de ganar una noche en el calabozo por faltar al respeto a un agente.- me pongo en pie, él me imita.
-¿Qué dices? No puedes hacer eso.
- Si, si puedo, ya veras. – me dispongo a salir.
-Irene, escucha… - me agarra de brazo.
Relaciono velozmente, con una maniobra de inmovilización, bloqueándolo contra la mesa y esposándole las manos a la espalda.
-Solamente estaba saludando a Joao, mierda ¿No se puede hablar con los drogadictos o que?. -ato las esposas justo en el momento que Daniel entra en la sala.- Mi abuela está muy enferma, por eso he vuelto, tengo que volver a casa o se preocupara.
-Vega- me susurra Blanco a la vez que lanza una mirada desaprobatoria.
Incorporo a Hugo y esposado lo hago volver a sentarse en su silla.
-Déjenos solos agente, parece que es “señor”- pronunció señor con todo el desagrado que me es posible- está dispuesto a colaborar.-
Daniel sale fuera, aunque sé que nos oye y nos ve a través del cristal espejo y los micros.
Me siento sobre la mesa, muy cerca de Hugo, el cual ya no parece tan despreocupado y arrogante.
-Comencemos de nuevo, Rodrigo Bolaños.
-No sé nada de él, me estoy… independizado.
-¿Dónde está?
- Primero no lo sé y segundo aunque lo supiera, no te lo diría, no quiero ninguna bala en mi cabeza.- es comprensible, es obvio que si habla, los hombre de El Caleño se encargarán de él. Bueno, por lo menos he averiguado que hace aquí, ha venido por su abuela, espero que no se quede mucho, no me gustaría volver a encontrármelo.
De un salto me bajo de la mesa y me dispongo a abandonar la sala.
-Oye – me llama cuando ya estoy en la puerta. Me giro hacia él.- Te queda bien el uniforme.- dice sarcásticamente.
Sonrió con falsedad mientras me acerco lentamente.
Cuando estoy a escasos centímetros suya le sonrío aún más, Hugo me mira confuso, pero me devuelve la sonrisa, entonces le suelto un puñetazo con la diestra.
Cierra los ojos y escupe al suelo.
-¿No te gustan los cumplidos?- pregunta aún sin abrir los ojos.
Me pegó a su oído para asegurarme de que Daniel no escucha mi respuesta.
-Eso por lo que me hiciste hace cinco años.
-Rencorosa.- susurra.
Daniel me espera a el otro lado del espejo espía.
-Mal hecho – me dice negando con la cabeza.
Le entrego las llaves de mis esposas, para que pueda liberar a Hugo y me largo sin decir nada.
ESTÁS LEYENDO
Bala de fogueo
RandomIrene es una joven triunfadora que ha cumplido su sueño de ser policía, pero su vida dará un giro de 180°, cuando un fantasma del pasada aparece de repente.