Capitulo 1

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Es otoño, la universidad esta bastante llena, pero,¿ que cosa no? Estamos rodeados de personas, pero en realidad estamos tan solos.
No se porque sigo acá, tratando de recibirme, estoy recursando una materia por cuarta vez.
Me siento una fracasada, las cosas hubieran sido distintas si hubiera algo que me apasione, puede que ya no estaría más pisando este suelo y tendría un trabajo estable, pero no.

 Papá me dice que no me preocupe, que ya va a pasar mi mala suerte, pero no estoy muy segura, todo mis sueños y planes se vinieron abajo cuando me di cuenta que en realidad no se donde estoy parada. Toda mi vida pasa y yo estoy siempre en el mismo lugar.
Desde hace dos años me agarran ataques de pánico, todo empezó por eso. Sentía que el aire no me llegaba a los pulmones, que me ahogaba. Fue la primera vez que estuve internada.
Y de vez en cuando, vuelvo a estar en esa situación y nada me calma.

El teléfono suena, pero no quiero hablar con nadie, mi vida es un constante vacío. El contestador recibe la llamada.

"Hola pía ¿Como estás? Soy Julia, el miércoles a la noche, vamos a juntarnos con los chicos del secundario, para festejar los 5 años del egreso, si podes pasate ¿Dale? Te espero"

No me acordaba que Julia tenía mi número, antes eramos unidas, pero no se que paso, va en realidad si, pero prefiero olvidarlo. De a poco los mensajes se volvieron más escasos y el hecho de que nuestros estilos de vida sean muy distintos no ayudo a nuestra amistad.

Pero, me iría bien verla un rato y ver que es de su vida y la de los demás, claro. Tengo que despejar mi cabeza un rato de todo el lío que es mi mente.

El miércoles llega, a la noche voy a ver a todos, me encuentro un poco nerviosa, hasta me da terror, pero trato de pensar en otra cosa. Hoy trabajo en la cafetería hasta las 5 p.m, tengo tiempo para prepararme.
La cafetería es simple, entran y salen los mismos clientes todos los días, nunca hay nada nuevo, es divertido imaginar la vida que cada uno lleva, que seguro es más linda que la mía.

-¿como estas hoy, pía?-me pregunta Amankay detrás del mostrador.

Amankay es en pocas palabras una luz, desde el momento que pise esta cafetería, se habían convertido en mi amiga y la verdad, es que la aprecio mucho.

- Nerviosa, hoy tengo una reunión con mis compañeros de secundaria- dije retorciéndome las manos. Un TIC que me acompañaba toda la vida

-¡Uh que divertido!- exclamó con una cara de asco- Vas a escuchar anécdotas que seguro ni te interesen.

La mire asintiendo con la cabeza, y es que no me había puesto a pensar en eso, seguro todos habían hecho algo de su vida en estos 5 años, y no están estancados como yo.

-Ey, tranquila, va a salir todo bien igual- me dijo acercándose más a mi- Querida, ¡si se pone aburrido te largas a mi casa!-
-Lo voy a tener en cuenta- le dije yendo a atender a las personas que entraron.

El reloj marcaba las cinco de la tarde, mi turno había terminado. Grite un adiós a mis compañeros y salí por la puerta.
La calle era un caos, autos a toda velocidad, personas que no veían por donde van, gritos y risas. Me empiezo a sentir un poco nerviosa, trato de apurarme y llegar rápido a mi casa, que por suerte, solo esta a diez cuadras.

Nadie me recibe, vivo sola desde que paso todo eso, y se que debería tener una mascota, pero no puedo cuidarme a mi, menos a un animal.
A las 7 tengo que ir a lo de Julia, como me parece descortés ir con las manos vacías, preparo un postre, que es lo único en lo que me puedo defender, en la cocina.

Por suerte mi destino no está muy lejos, y el taxi me deja en la puerta, toco el timbre y me abre una radiante julia vestida con un lindo vestido floreado, me siento mal por mi atuendo, un pantalón de gamuza y una blusa.

-Hola
-¡Pía tanto tiempo.-exclamó abrazandome-entra, por favor vamos.

-Hace mucho no nos veíamos- dijo mientras me llevaba al salón-¿Como estas?

-Bien, ¿Como puedo estar?- desvíe la mirada, incomoda. No me gustaba que me mirara así, podía ver la culpa en sus ojos.

- Eh, ponete cómoda ya vuelvo- se alejó hacia lo que creo que seria la cocina.

La casa era maravillosa, y muchos rostros me veían con sorpresa, otros con curiosidad. Hace dos años que dejé de lado a todos y veanme aquí, de nuevo.
Escanee con la mirada, algunos seguían iguales, veo caminando hacia mi a dos hombres. Uno es Pedro y el otro un desconocido.

-¡Pia!-. dijo Pedro mientras se acercaba a saludarme, sus mejillas raspaban. Al fin su rostro tenía algun indicio de vello facial.

-!Ey! Tanto tiempo. ¡Veo que al fin te creció pelo en la cara!.-dije abriendo mis ojos exageradamente.

-Viste, muchas cosas buenas tiene crecer- dijo giñando un ojo

Sonreí, muy pocas cosas buenas tenía crecer y ser adulto. Pero claramente, no todos lo veíamos igual, no todos pasamos por lo mismo.

Alguien carraspeo.
-¿No me vas a presentar?
Pedro lo miró, creo que se había olvidado de su compañía esta noche.

-Ah cierto, él es Harry, Pia, Pía, Harry ¿Ahí?- levantó las cejas.
-Hola, un gusto- extendí la mano.

No la tomo, sino que me quedo mirando, haciéndome sentir nerviosa, sentía que podía ver a través de mi, y eso me dio una sensación rara. Desvíe la mirada y él, se acercó poniendo sus labios en mi mejilla.
Sorprendida por su arrebato, me eché para atrás. Había sido un segundo, pero lo sentí una eternidad.

-Hola pía, también es un gusto-sonrio.

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⏰ Última actualización: Apr 26, 2020 ⏰

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