Llueve.
Siento su respiración en mi cuello y los latidos de su corazón bombeando a una rapidez fuera de este mundo. Suspiro y me dejo llevar por todas esas sensaciones fuertes dentro de mí, sus manos bajando por mi cintura hasta llegar a la altura de mis jeans bajandolos de un solo tirón, mi mente está bloqueada por el deseo y la fascinación de tenerlo sobre mí, sus labios buscan los míos en un acto desesperado de devorarme, bajo mis manos hasta el dobladillo de su franela y la subo lentamente, nuestra respiración cada vez es más pesada -no creo poder esperar más- lo escucho susurrar.
En un acto de valentía me muevo quedando a horcajadas de él y frotándome sobre su erección lo escucho gemir y maldecir al mismo tiempo, siento sus manos en mi espalda acariciando hasta quitar el broche del sujetador, beso y doy pequeñas mordidas en su cuello mientras siento sus manos en mis senos pellizcando mis pezones. Quita mi camisa y la tira hacia algún lugar de la habitación, fija su mirada por unos segundos en mí y sin esperar más mete uno de mis senos en su boca chupando duro mientras le da atención al otro, arqueo mi espalda y me sigo moviendo sobre él, solo pueden escucharse nuestros gemidos.
Toma el control y me acuesta de nuevo, comienza un camino de besos húmedos desde mi cuello, bajando lentamente hasta llegar a mis bragas, muerde esa zona antes de bajarlas rápidamente, me mira de nuevo y puedo ver sus pupilas dilatadas por el deseo, abre mis piernas y me siento expuesta ante él pero sin pena, sintiéndome poderosa, sin previo aviso comienza a besar mi centro masajeando con su pulgar mi pequeño botón de placer, mis gemidos van aumentando, sube una de sus manos hasta mis senos y los aprieta haciéndome gritar, mete su lengua y chupa -te gusta?- con la voz entrecortada le pido más y empujo su cabeza con mis manos, no aguanto más, mi mente va a mil por hora y solo quiero que terminé, grito y muevo mis caderas para alcanzar aún más su toque. Mi cuerpo se tensa y comienza a temblar, doy un último suspiro hasta que mi cuerpo y mi alma se fragmentan en mil pedazos...
Despierto bruscamente, me siento mojada y excitada, suspiro y me dejo llevar por las imágenes en mi mente, bajando así mi mano hasta mi centro y teniendo una noche más de placer.
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Fragmentos del alma.©
JugendliteraturSophía Bellrose, una chica de 17 años, tímida, inteligente, capaz de sorprender a otros con tan solo sonreír. Le ha tocado hacerse la fuerte, mantener la cara en alto con una sonrisa. Sucede un hecho que modifica todo lo que para ella podría consi...