Prólogo

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Llueve.


Siento su respiración en mi cuello y los latidos de su corazón bombeando a una rapidez fuera de este mundo. Suspiro y me dejo llevar por todas esas sensaciones fuertes dentro de mí, sus manos bajando por mi cintura hasta llegar a la altura de mis jeans bajandolos de un solo tirón, mi mente está bloqueada por el deseo y la fascinación de tenerlo sobre mí, sus labios buscan los míos en un acto desesperado de devorarme, bajo mis manos hasta el dobladillo de su franela y la subo lentamente, nuestra respiración cada vez es más pesada -no creo poder esperar más- lo escucho susurrar.

En un acto de valentía me muevo quedando a horcajadas de él y frotándome sobre su erección lo escucho gemir y maldecir al mismo tiempo, siento sus manos en mi espalda acariciando hasta quitar el broche del sujetador, beso y doy pequeñas mordidas en su cuello mientras siento sus manos en mis senos pellizcando mis pezones. Quita mi camisa y la tira hacia algún lugar de la habitación, fija su mirada por unos segundos en mí y sin esperar más mete uno de mis senos en su boca chupando duro mientras le da atención al otro, arqueo mi espalda y me sigo moviendo sobre él, solo pueden escucharse nuestros gemidos.

Toma el control y me acuesta de nuevo, comienza un camino de besos húmedos desde mi cuello, bajando lentamente hasta llegar a mis bragas, muerde esa zona antes de bajarlas rápidamente, me mira de nuevo y puedo ver sus pupilas dilatadas por el deseo, abre mis piernas y me siento expuesta ante él pero sin pena, sintiéndome poderosa, sin previo aviso comienza a besar mi centro masajeando con su pulgar mi pequeño botón de placer, mis gemidos van aumentando, sube una de sus manos hasta mis senos y los aprieta haciéndome gritar, mete su lengua y chupa -te gusta?- con la voz entrecortada le pido más y empujo su cabeza con mis manos,  no aguanto más, mi mente va a mil por hora y solo quiero que terminé, grito y muevo mis caderas para alcanzar aún más su toque. Mi cuerpo se tensa y comienza a temblar, doy un último suspiro hasta que mi cuerpo y mi alma se fragmentan en mil pedazos...




Despierto bruscamente, me siento mojada y excitada, suspiro y me dejo llevar por las imágenes en mi mente, bajando así mi mano hasta mi centro y teniendo una noche más de placer.

Fragmentos del alma.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora