Jelly

Capítulo único

En el jardín de infantes "After Moon", los maestros les dan muchas oportunidades a todos los niños para expresarse. Haciendo juegos físicos, aprender a leer, dibujar; y lo mejor de todo es que en serio le ponían atención a cada cosa única y especial en cada niño.

Como Myoui Mina. La unicidad en esa niña pequeña es que todavía necesita ayuda para desarrollar su capacidad de comunicación y, si se compara con sus compañeros, definitivamente está detrás de todos ellos. Esto podría pasar porque es una niña tímida que siempre huye de las multitudes y hablar con otras personas realmente no es su fuerte.

Cuando la hora de jugar empezaba, Mina siempre se paraba detrás de la maestra y solo veía a la distancia. Está demasiado asustada como para unirse a los demás, quienes parecen muy energéticos y ruidosos, tanto que hacían a Mina nerviosa.

Todos los maestros la entendían y nunca obligaban a Mina a hacer cosas que no le gustaran. En lugar de eso, animaban a Mina a hacer cosas que le gustaran en las situaciones donde ella esté cómoda y poco a poco tratar de que se exprese a través de las palabras.

Así que, debido a su timidez, Mina prefería pasar el tiempo con una maestra, y la maestra que más pasaba tiempo con ella era Sana. Una de las maestras con menos edad en la institución. Sana fue designada a cuidar de Mina porque la niña siempre elegía a Sana y cuando estaba asusta, siempre iba hacia dónde estaba Sana por protección. Nadie entendía por qué Mina la elegía a ella por sobre las otras maestras, pero si se podría adivinar, sería porque Sana siempre la felicitaba por cualquier pequeña cosa que hiciera y Mina quedó enganchada con la manera en la que Sana la calmaba cuando estaba asustada por algo, así que claro que la pequeña se sentía atraída hacia ella.

Pero, aunque Mina usualmente estaba solo con Sana, había una niña que una o dos veces llegaba y pasaba un tiempo con ella. El nombre de la niña era Hirai Momo.

Todos en el jardín conocían lo activa que era Momo. Ama jugar con entusiasmo por toda la escuela con sus amigos, jugando a las escondidas, policías y ladrones, aventuras que salían de su imaginación en el patio de recreo... Si, raramente se sentaba en un solo lugar, al contrario de Mina, quien siempre pasaba el rato en la pequeña librería en la esquina del salón de clases.

Aún así, aunque Momo se la pasara del tingo al tango, si Momo veía a Mina haciendo algo en la librería, paraba por un momento y la visitaba. O más que nada, observaba lo que fuera que Mina estuviera haciendo. Y eso es exactamente lo que iba a pasar.

Momo estaba a punto de jugar con sus amigos afuera. Pero decidió parar cuando vio a Mina haciendo algo con un libro y unos crayones. Claro, con Sana sentada a un lado de ella. Por curiosidad, Momo caminó hacia ellas y una vez que llegó, se agachó y en silencio vio a Mina colorear un dibujo de criaturas marinas.

Una sonrisa se formó en los labios de Sana una vez que vio a Momo enfocando su atención en Mina, quien estaba absorta en su libro para colorear. De entre todos los estudiantes, Momo era la única que daba lo mejor de sí para cercarse a Mina y lo que más asombraba a Sana, era que Momo siempre trataba de no pasar los límites. Como si siempre tuviera cuidado al acercarse a Mina. Tal vez sus padres le enseñaron o solo era un instinto, y siempre traía calor a Sana, quien lo veía diario.

Una de las tantas razones que hacían a Sana disfrutar de su responsabilidad de cuidar a Mina, era cuando acababa de hacer lo que sea que estuviera haciendo.

"¡Yeay!"

Mina dijo mientras inmediatamente le mostraba la imagen coloreada a Sana con la sonrisa más amplia que la niña podía mostrar. Si, esa sonrisa y esa satisfacción que hacían a Sana orgullosa y alegre con lo que estaba encargada de hacer.