Bucky Barnes caminaba un poco más alerta y cauteloso que como anteriormente hacia. Esto no se debía a que temiera que HYDRA le hubiera encontrado, o que hubiesen detectado de algún otro lugar quien era. No.
Temía verla a ella.
Aquel día, supo que aunque había obtenido una ayuda con sus compras vitales, pronto tendría que volver a mercar. Y no tenía opción más que robar de nuevo, y esta vez sintió un extraño sabor a sal en su lengua al hacerlo, como si se arrepientese aun más de lo que hacia antes.
No quería ver a su rostro regordete y tiernillo. No quería enfrentar sus orbes sinceros y buenachones.
No quería sentirse culpable, porque ella le había ayudado a un hombre que tenía tantas manchas de sangre en sus manos, y que por más que las había frotado hasta el cansancio, sumergiendolas en agua hirviendo hasta desprender su piel seguía percibiendo fuertemente el olor a sangre; la cual clamaba entre sollozos, gritos y súplicas por sus vidas. Su pierna se dobló por una fracción de segundo y estuvo a punto de perder el equilibro.
Pensar en su tormento estando en público no era buena idea. Tragó con dureza, y la saliva atravesó su garganta como si de clavos se tratase. Estaba jodido.
Dejo caer su cuerpo recostado contra una pared, sus venas palpitaban incluso en su brazo, se sentía extraño. Ralentizo su respiración como pudo y observó a través del calor que emanaba su cuerpo como sus muñecas temblaban. Era un hombre que tendría que estar muerto, pero que no era capaz de arrebatarse la vida.
Estúpido.
Irónico.
Aquellas manos habían desprendido el alma de tantos cuerpos, y nunca le importó. ¿Por qué no le daban un último trabajo que significará su muerte? Vivir de esa forma no era vivir... pero, si era cierto que pagabas tus pecados tarde o temprano, él ya estaba empezando a pagar por ellos. Era un sucio degenerado que se merecía sufrir todo lo posible, sí pudiera se arrancaría el otro brazo y las piern y se lanzaría al mar, pero, por más sacrificios que quisiera hacer nunca podría regresarlos al plano terrenal. Serían fantasmas, muertos, demonios que le acosarían cada noche.
Ningún acto le otorgaría el perdón.
Ingreso a la tienda con la cabeza gacha, escondiendo su mirada bajo la viscera de su gorra, esta vez, solo tomo una lata de cerveza que no era nada necesaria, pero que necesitaba.
Percibió una banca cercana a la zona y se dirigio a ella, una vez que tomo asiento abrió la lata y disfrutó de aquel amargo sabor que se permitía por segunda vez en lo que llevaba "libre". Sus ojos azulados observaban sin emoción alguna a los transeuntes bajo la viscera de su gorra, la mayoría caminaba a prisa, otros sonrientes, otros enojados. Gente común y corriente.
Entonces unas botas algo extrañas y de colores cegadores que entorpecieron su tranquilidad le hicieron fijarse en su dueña. Al escanearla, se encontró con unos rizos dorados, su forma era grande y marcada, seguramente se habría dejado los rulos que usaba su madre cuando quería arreglarse para una reunión.
Quiso marcharse de inmediato porque no había forma de negar quién era ella. Ese cabello dorado tan precioso tenía una dueña que reconocería a kilometros de distancia.
Pero no lo hizo. Se quedo allí, tratanto de obligarse a observar una pareja que discutía sobre alguna tontería, pero sin que pudiera evitarlo su mirada se deslizaba hacia ella, quien hablaba de manera tranquila junto a un hombre joven. El chico no era feo, tenía un cabello oscuro como el suyo pero lo tenía corto; lo escaneo en repetidas ocasiones y llegó a la conclusión de que podrían ser novios.
La mano huesuda de aquel muchacho rodeaba la cintura de la fémina como si quisiera remarcar a todo el mundo que era solo suya. Y ella... no se veía para nada incomoda.
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INNOCENT LOVE ❀ BUCKY BARNES
ActionBucky Barnes está confundido y aterrorizado ante la idea de haber cometido múltiples crímenes bajo el control de HYDRA sobre su mente, para intentar superar el estigma que carga sobre sus hombros emprende un viaje escapando de todos aquellos que le...