7 Almas

Capítulo 2.- 2da alma. Un dulce que te acostumbras a comer

Bueno, los personajes no me pertenecen, si no a su creador Masashi Kishimoto.

El fic es una idea bastante peculiar que surgió mientras leía una historia. Si gustan leer "Lady Orphelia está muerta" se darán cuenta de la idea principal del fic, aunque ambas historias no se parezcan en absoluto.

Serán 7 capítulos y serán basados en otras historias que eh leído a lo largo de los años, la referencia la pondré al final de los capítulos para no causar spoiler antes de leer. Como advertencia serán 6 capítulos de drama y agonía para algunos lectores, serán desde temas melosos, hasta complicados y desamor, antes de llegar al final donde se aclarara toda la situación.

Advertencias: Short˗fic, Au. Drama, mucho, mucho drama.

Capítulo 2.- 2da Alma, un dulce que te acostumbras a comer.

− ¡Cásate conmigo!

Sus ojos negros se abrieron ligeramente ante las palabras de la chica de ojos blancos frente a él.

− ¿Quién eres?

− ¿Ah?

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

2 semanas antes

Miró el cielo azulado, las nubes apenas lo cubrían, así que la luz era intensa.

¿Cuánto llevaba atrapada en ese lugar?

Suspiró mirando su habitación. El rey la había arrebatado de su hogar alegando que era su hija, y su abuelo había tenido que entregarla para no ir a la bancarrota, o a la horca.

Ese hombre del que no sabía ni el nombre y que se autodenomino su padre la había puesto en un palacio, con una enorme habitación, y luego se había olvidado de ella. Ella que era una princesa sin magia.

− Hum – Susurró viendo el cielo.

Sus mucamas nunca aparecían, no le cocinaban ni limpiaban, aunque a ella no le molestaba hacerlo. De hecho se escabullía del palacio e iba al centro haciéndose pasar por sirvienta.

Cerró los ojos para descansar. La cabeza le dolía.

Siempre dolía después de esos sueños. El sueño con un chico de cabello y ojos negros. El chico que le robaba un beso y tomaba su mano con ternura.

Sacudió la cabeza, lamentándose después cuando el dolor de cabeza aumento. Suspiró de nuevo mientras se cambiaba, si estaba atrapada en esa habitación, al menos podía distraerse si iba a la ciudad. Seguramente Kurenai había avanzado en sus historias. Sonrío ante la idea de leer lo que la mujer había escrito.

Salió del castillo con un vestido sencillo, el guardia le sonrió al dejarla salir. Siempre había pensado en ella como una sirvienta. Recorrió las calles de la ciudad, viendo la casa de Kurenai a lo lejos. Se detuvo en la banca del parque para descansar y se estiró bajó la luz del sol. Esperaba que su dolor de cabeza se fuera.

− ¿De verdad el rey venderá a las princesas?

Se quedó completamente quieta al escuchar a los guardias hablar detrás de ella, ¡¿El rey iba a hacer qué?!

− No creo que lo haga, pero es un precedente, el hijo que tome el cargo seguramente lo hará.

El guardia tras ella rio.

− Aún creo que será el príncipe Naruto, el solo cuidará a de la princesa Ino, tal vez si venda a las demás.

El otro emitió un bufido.

− Si al menos tuviera dinero... − Se quejó − ¿Te imaginas que clase de personas puedan costear ese costo?

− Ya siento pena por esas chicas.