𝓒𝓱𝓾𝓫𝓫𝔂 𝓛𝓸𝓿𝓮 [𝕂𝕠𝕠𝕜𝕍]

Capítulo 5

Las clases ya habían terminado, después de un arduo día de entregar trabajos, escuchar ah profesores aburridos y soportar burlas, para Taehyung. El y Jin esperaban a Jimin en la salida para ir juntos a casa, oh al menos dos de ellos se irían.

Ah lo lejos pudieron visualizar a su amigo acercándose, y detrás de él, un chico a quien nunca habían visto antes, tenía cabello negro, su piel muy pálida, nariz de botón y sus ojos eran semejantes a los de un gato, venia siguiéndolo sin apartar la vista de su amigo, y esté, se veía un poco irritado, algo muy poco peculiar en Jimin, pues este siempre solía ser muy amable con todos.

Cuando finalmente llego hasta ellos, aquel chico se despidió de Jimin, con una sonrisa socarrona.

- Nos vemos después, belleza.

Dijo el extraño chico de cabellos azabaches y ojos gatunos, haciendo que el joven se enojara y sus mejillas se tornaran rojas.

- ¿Qué... fue eso?(・_・;)

Pregunto Jin una vez que el pelinegro se fuera.

- Nada, solo ignoren lo que acaba de pasar.(─.─||）

- Parece que Minmin, ya tiene pretendiente. UwUr

- Claro que no, Tae.(-_-;)・・・

- Oh, claro que si. UwUr

- ¿Tu también Hyung?ಠ︵ಠ

- Ya Minnie, dinos ¿Quién es? :D

- No es nadie. Solo un tipo insoportable, idiota, odioso, tonto y egocéntrico.ತ_ತ

- Raios, pues ¿Qué te hizo, para que le agarraras tanto odio?(・_・;)?

- Parece un buen sujeto.

- Nada.

(  ￣へ￣)（°ー°*）(°ー° *)  

¿Sera..?

FlashBack

El profesor de historia no había asistido, un momento perfecto para practicar en el aula de danza, la cual se encontraba completamente bacía.

- Perfecto.(◍•ᴗ•◍)

Dejo sus cosas a un lado del lugar, estiro un poco antes de empezar, y quince minutos después, se acerco a  la pequeña estéreo que se encontraba en una esquina del salón, conectando su reproductor Mp3, y entre su lista de inspiración, la encontró. Presionó el play, y con solo escuchar la introducción de la melodía, supo que era la elección correcta.

(HELIUM -[_SIA_])

Subió un poco el volumen, se paro en medio del salón observándose en la pared de espejo, espero a que el quinto acorde del piano terminara, para dejarse llevar por la melodía de la canción.

Sus movimientos eran tan suaves y ligeros, que se sentía volar, se sentía interprete de la acústica y letra. Giraba, saltaba y dejaba caer con una elegancia, como si ya hubiera hecho una y otra vez la misma corografía. 

Cada paso que daba era la sintonía perfecta.

El baile y la música eran parte de él, y no podría imaginarse su mundo sin ambas.

Las expresiones prefectas tanto en movimientos como en letra y acordes.

Se encontraba tan sumergido en la canción, que no se daba cuenta de aquel chico que lo observaba desde el marco de la puerta.