𝐄𝟐: 𝐄𝐥 𝐬𝐢𝐧 𝐟𝐢𝐧 𝐞𝐧 𝐟𝐫𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐩𝐮𝐞𝐫𝐭𝐚

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—¿Misfortune?

—¿Uhm?

—La noto un poco callada, ¿Sucede algo?

—Estoy cansada, no he dormido bien últimamente —¿Qué razón de su insomnio podría escoger?

Cielos, había tanto por elegir pero sencillamente uno de los factores más importantes de su pesadilla era su muerte, presenciarla y ver a su madre llorar, es decir, desde que conserva el uso de razón la ha visto llorar incontables veces por los golpes de su padre pero está vez se trataba de la muerte de su hija, la única que tenía y posiblemente la última. Ocasionalmente ante las desapariciones de otros niños solía escuchar en las noticias a los padres expresar que perder a un hijo era el dolor más fuerte que pudiese existir, quizás eso le estaba ocurriendo a su madre. Pobre mujer, su vida estaba llena de desgracias.

—¿Desea volver a casa?

—No, no gracias. Estoy bien aquí —
estaban rodeados de árboles muertos, cuervos y tierras que habían perdido su color vivo. Era el infierno, uno hecho a su medida creado en base a sus gustos y entorno. A dónde fuera, este paisaje demoníaco la seguiría por siempre además de estar en un ámbito cerrado y limitado.

Este ambiente no era el mejor, tampoco el adecuado o que alguien con su sano juicio quisiera quedarse pero el bosque frente a su casa traía buenos recuerdos, la mayoría eran tristes pero esa era su ancla en ese infierno.

Aún puede recordar con exactitud como una vez intento ser más lista que el demonio, intentar arrancar su cola de un tirón. Ella decidió ir por la carretera sin un plan exacto, solo huir y al parecer sus vagas esperanzas eran todo lo que necesitaba en ese lapso.

Desafortunadamente, el mismo camino era un bucle que la trajo nuevamente frente a su hogar y el bosque. Mr Voice pregunto de forma descarada y burlesca si el viaje que había tomado fue de su agrado.

Esa misma noche solo pudo dejar que el enojo se apoderará de su alma. Encerrandose en su habitación y haciendo un berrinche. Está vez nadie vino para gritarle o amenazarle con la hebilla del cinturón de cuero. Ni siquiera Mr Voice se atrevió a entrar a su habitación como de costumbre o golpear la puerta.

En aquel entonces fue una noche tranquila.

—¿Extrañas tu hogar?

—¿Es una pregunta trampa?

—....

—Sí y no. Supongo que al no estar en en casa hace que mis padres estén felices. Mamá decía que mis útiles escolares costaban mucho dinero, quizás por eso deje de ir a la escuela por un tiempo. Mi papá decía que yo era un parásito aunque solo decía eso cuando estaba borracho y casi ahogado en la pileta en el jardín —estar atrapada aquí como la princesa en una torre tuvo sus consecuencias, un ejemplo claro era la reflexión sobre su familia, en especial su padre y su forma errática de vivir tanto afuera como adentro de su hogar.

Su padre no la amaba (porque si la amará no le haría daño de ninguna forma posible) quizás únicamente la soportaba al igual que en esta vida donde los tres estaban debido a los motivos de no saber sobrevivir fuera de este círculo llamado "familia".

Su padre era un alcohólico sin dinero. Su madre una sencilla ama de casa, fumadora y borracha como su padre (tal para cual). Un matrimonio forzado. Una hija torpe.

Mr Voice tenía razón, la vida tenía un extraño sentido del humor y era muy cruel cuando se lo proponía.

—¿Sería egoísta decir que solo a mi mamá?

—No, muchos niños siempre prefieren a su mamá.

—Entonces solo a mi mamá —como toda niña, conservaba un vínculo fuerte con su progenitora a pesar de no ser sacado de un cuento de hadas o sus propios libros. Aún así, de tantos errores y momentos dónde su relación con su madre dependía de un hilo era algo "bueno".

Si, ella no solía dirigirle la palabra o mirarla por cualquier motivo pero aún así, ella era su mami.

Pasaban tiempo juntas, salir a pasear al supermercado o solo acompañarla al jardín y descansar.

—¿Creés que me este extrañando? —de la nada, un nudo estrujó su garganta y las lágrimas se acumulaban en sus pequeños ojos.

Realmente extrañaba a su mamá. No importaba si aquella mujer no pasaba ni siquiera una hora con ella o unos pequeños minutos.

Era su madre y el sentimiento de que ella siempre estuvo ahí para protegerla, mantenerla a su lado y cuidarla como el bien más preciado de este mundo.

El demonio (parásito) Morgo observo por un breve instante el rostro deprimente de su antigua víctima. Su labor como criatura del más allá era convencer a los niños inocentes que su vida era injusta, difícil, repugnante y que generalmente sus padres no los amaban, ni siquiera la más mínima pizca.

En cambio, Misfortune estaba en un lugar alejado a todo. No era el cielo. Infierno o aquel otro mundo sino un lugar creado específicamente para ellos dos.

Ya no podían perder nada más.

—Sí, tu madre te extraña.

Las lágrimas bajaron por las mejillas de la pequeña dama pero una sonrisa de labios débil se dibujo en su rostro, estaba triste por no tener a su madre a su lado pero al mismo tiempo se sentía "bien", su madre la amaba y por ende la extrañaba.

Nunca había escuchado eso por parte de ella. Ningún te amo o demostración de afecto.

Su madre la amaba.

Su mami la extrañaba.

Ella la amaba.

Ella la extrañaba.

Ellas al final si eran madre e hija. Era todo lo que quería saber por hoy y el resto de su conciencia.

—Gracias.

Mr Voice, be good.┋Little Misfortune┋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora