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se miró varias veces al espejo, un tanto nerviosa e insegura pero la gran sonrisa de oliva en su mismo reflejo la calmó, dándole a entender que el cambio le favoreció muchísimo.












—mira que siempre te dije que sos hermosa wacha, pero el violeta te queda una bomba.

ambos se encontraban en la peluquería de confianza donde valentín realizaba sus más locos cambios de cabello, y ésta vez no sería la excepción.

sus hebras castañas pasaron a ser totalmente blancas y un mechón celeste y violeta abarcaba una parte de su acendrado cráneo.

—gracias val, igual me siento algo rara. —formó una mueca nerviosa mientras jugaba con un mechón violáceo entre sus dedos.

—lo raro es bueno, runi.—la alentó el de brillantes ojos azules, tomándola por los hombros.—¿sabes por qué yo también me puse el violeta con la mechita celeste?

—mmm, ¿porque se te ve fachero? —frunció el ceño riéndose.

—no sonsi.

—no tengo idea, valu.—se rindió.

—ah, ni te mates al pensar eh.—pagándole al peluquero, tomó sus cosas y abrió la puerta para que runa saliera primero.

—¿no es más fácil que me dijeras así de una?—tomándolo de la mano comenzaron a caminar hacia alguna cafetería.

—¿no es más fácil si intentas pensar o adivinar?—replicó, mirando a ambos lados de la rotonda para cruzar.

—es de mala educación responder una pregunta con otra.

—cerrá los panes, runa.

ésta en cambio bufó y se aferró a la fría palma del varón. —chupame la pija.

— opa, runa runita, ¿en qué te convertí? —exclamó fingiendo sorpresa.

y una sonrisa verdadera surcó con delicadeza los labios de litovsk.

—en lo mejor de mí.

aquello le había brindado un salto en el corazón de oliva, pero uno bueno de hecho. el simple hecho de saber que estaba haciendo bien las cosas y que causaba algo en otras personas, era lo que lo hacía dormir tranquilo.

—mí chiquita más tierna.—la abrazó por los hombros, no sin antes dejarle un caluroso beso en la mejilla.

después de caminar varias cuadras, dieron por fin con una cafetería abierta a las siete de la tarde, ya que usualmente las cerraban a esa hora o las ocho.

—ay valentín, tenés un tegobi de espuma.—se rió de manera graciosa.

—te reís como un chanchito.—levantó la punta de su nariz con su dedo índice y comenzó a hacer sonidos del animal propiamente dicho.

algunas personas los miraban con una pizca de gracia, algunos con rareza y otros simplemente les daba igual lo que hicieran aquellos dos.

—boludo, me voy a mear de la risa pará. —se sostuvo el estómago con ambas manos.

obedeciendo a la de hebras púrpuras se entretuvo en ver cómo ésta le limpiaba el bigote de espuma que se había hecho a propósito, con el fin de verla reír no le importaba hacer el ridículo.
—por vos.

—¿por mí, qué cosa valen?—volvió a sentarse en su asiento frente a él.

—me puse la mechita violeta por vos.—bajó la mirada mientras jugaba con la cuchara dentro de la taza vacía de aquel líquido oscuro como el vacío cósmico.—porque formas parte de mis locuras y de mí, entonces...por eso me puse el color.—se encogió de hombros con un atisbo de timidez, gesto que le pareció demasiado dulce a runa.—así te llevo siempre conmigo.

en efecto, valentín se estaba enamorando de runa.








juuuu miren kien volvió coño.

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⏰ Última actualización: Nov 05, 2023 ⏰

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