¡Aporte al InoAoi Week 2020 organizado por @Princess_Saremi!
Porqué no importa cuán incompatibles sean, cargas distintas siempre se atraen.
Portada: @eighteen--
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Aoi se levantó de la cama algo confundida. En pijama, recorrió los pasillos de aquella extraña casa hasta que encontró a una mujer en lo que parecía ser la cocina. Se encontraba cocinando unos panqueques que en cuanto el olor entro por sus fosas nasales pareció derretirse por dentro.
La mujer se dio la vuelta mirándola con unos hermosos ojos verdes.
—Aoi, ya despertaste. Sientate.
—¿Eh?
Tomó asiento aún confundida. No entendia para nada lo que estaba sucediendo.
La mujer le dejó un plato con panqueques recubiertos de manjar frente a ella y procedió a darle un beso en la frente.
—Tu papá...se fue hace poco. —comentó con voz triste —. Pero no te preocupes, come y ve a la escuela.
Ella se sentó en otra silla comenzando a comer también. Algo que llamó su atención fue un moretón que se asomaba por la manga de su blusa, ¿la habían golpeado?
—Eto...¿Quien eres? —se atrevió a preguntar.
Ella la miró confundida.
—¿Como? —le dedicó una mirada preocupada —. ¿Estas bien? Soy tu madre.
«Mi...¿madre?» Pensó Aoi atónita.
No, no, no. Pero claro que no, ella no era su madre.
¿Que estaba sucediendo?
¿Quien era ella?
¿Donde estaba?
—Eres Aoi Hashibira, mi hija después de todo.
Ahora si estaba completamente perdida.
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—¡Aoi!
—¿Eh?
Vio a dos chicos acercarse a ella, uno era Kamado Tanjirō y en otro Zenitsu Agatsuma. Pero...¿porque la llamaban? No eran muy amigos después de todo.
