Encanto de media noche

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—"Y recuerda, tienes que estar en casa a las doce de la noche, ni un minuto más"—Recordaba que su madre le había dicho antes de dejarlo salir de casa.

Inko podía ser muy sobre protectora en ocasiones pero no lo hacía con mala intención, Izuku no podía estar más agradecido con una madre como la que tiene.

Eran las siete y treinta de la noche e Izuku caminaba rumbo a la casa de Uraraka, en su mano izquierda llevaba su fiel maleta repleta de cosas que necesitaría para la noche.

Un grupo de chicas pasa a su lado, radiantes y bellas, el olor del perfume femenino se queda en el aire unos instantes e Izuku inhala profundamente, muy dulce para su gusto y lo descarta como una posible compra, la imagen de la bonita falda fucsia de una de ellas se queda en su mente e Izuku piensa que tal vez debió preguntarles en donde compran su ropa.

Pero no hay tiempo para eso, tiene un compromiso con su mejor amiga y no puede llegar tarde, acelera el paso, después de todo sólo tiene hasta las doce de la noche para andar por la calle, camina más rápido, trota y luego corre, las botellitas de perfume tintinean en su maleta pero a él no le importa, sabe que son resistentes y no se preocupa por ir más despacio, se acerca más y mas a la casa de Uraraka conforme corre hasta que llega por fin y la chica le recibe con una sonrisa cómplice.

A Uraraka le encantan esas visitas, sonríe mientras saca las cosas de Izuku de su maleta y se entusiasma al ver un bonito vestido corto de color blanco, ideal para una noche calurosa, en definitiva ese sería el elegido.

Saca lo que tiene que sacar y se dirige a Izuku quien le espera paciente sentado en una silla, tal como si fuera una muñeca Uraraka juega con Izuku, plancha su cabello y cubre sus pecas con una base de maquillaje, resalta sus ojos con sombra y delineador, le da un poco de color a sus mejillas y a sus labios.

Al final de todo ese trabajo Midoriya Izuku ya no existe y sólo queda una linda joven que acompaña a Uraraka de vez en cuando, una belleza misteriosa de hermosos ojos y radiante sonrisa.

El vestido blanco que compró la semana pasada se ajusta perfecto a su cuerpo y gracias al corte puede disimular su falta de curvas, porque Midoriya Izuku gusta de vestirse de mujer, lo hace para olvidar, lo hace para que algún hombre se acerque a él, por que es un hombre el objeto de su deseo.

Le gusta fantasear con que se encuentra en los brazos de Katsuki Bakugo, su amor de toda la vida, imagina que son las manos de Katsuki las que se deslizan por sus caderas.

Ademas le agrada la comodidad que le brindan las faldas y los vestidos, la altura que le otorgan los tacones y la escencia dulce y delicada del perfume femenino, ama las cosas femeninas.

Al final, de la casa de Uraraka salen tanto la joven como una bella señorita de nombre desconocido y ojos verdes.

Hay una fiesta en un club nocturno y a Uraraka e Izuku les apetece ir, son las ocho y treinta cuando llegan y no tardan en ponerse a bailar y a conversar con los jóvenes del lugar, a Izuku le gusta llamar la atención de los hombres, siente que su apariencia femenina es muy convincente y baila con un par de desconocidos, Izuku es feliz.

Sin darse cuenta Izuku pierde la noción del tiempo, las horas avanzan rapidamente y se aproxima la hora de partir.

Cansado y sediento se aproxima a la barra y pide una bebida ligera, entre sus planes no está emborracharse.

Espera para pedir su bebida y entonces siente una mirada sobre su persona, busca en los alrededores y entonces lo ve.

Sentado en la barra se encuentra la razón de sus desvelos y suspiros, Bakugo Katsuki, Kacchan, su amigo de la infancia y amor secreto desde hace muchos años, el joven rubio mira en su dirección e Izuku se cohibe, baja la mirada y se aleja de la barra, volviendo a la oscuridad.

Su corazón late rápido y sus mejillas se colorean, en su delirio cree que Kacchan lo miraba, pero eso no lo hace feliz, no quiere que Kacchan le descubra y se burle.

Se disculpa con Uraraka quien ya encontró buena compañía, pero en Izuku su ánimo se ha ido y los tacones le estan lastimando.

—Lo siento Uraraka-san, no me siento muy bien, creo que mejor me voy—.

—Esta bien, Iida-kun lo siento me tengo que...—.

—¡No! Esta bien no hace falta que vengas conmigo, estaré bien, llamaré a un taxi para que venga por mí—Uraraka parecía estar divirtiéndose mucho e Izuku no quería molestarla.

—¿Estas seguro..?—Quizo preguntar Uraraka, pero Izuku no la dejó.

—De verdad, estoy bien—Dijo Izuku y se dió la vuelta listo para marcharse.

Uraraka no lo siguió, se dió cuenta de que Izuku quería estar solo, le llamara más tarde pero no invadiria su espacio.

Mientras tanto afuera del sitio, Izuku tenía sus tacones en la mano y esperaba un taxi, en ese momento lamentó no haber traído un abrigo.

—Hey, nunca te había visto por aquí, dime ¿Eres pariente de la cara redonda?—Katsuki estaba atrás de él y le hablaba.

—Yo...—Se quedó sin habla, Kacchan le estaba hablando.

—¿Que pasa, olvidaste como hablar?—Preguntó Katsuki burlón—Aun es temprano ¿Por que no me acompañas?—Katsuki parecía realmente interesado.

—Yo me tengo que ir, para mi ya es muy tarde—Izuku le respondió con voz suave y bajando la cabeza, comenzo a caminar, con suerte conseguiría un taxi.

Katsuki caminaba a su lado.

—¿Vienes seguido por aquí?-Katsuki seguía insistiendo—¿Cual es tu nombre?—Pero Izuku no le respondía—Oye ¿Ya nos habíamos visto antes?—Katsuki lo detuvo y lo sujetó por el mentón, Izuku casi se queda indefenso ante la intensa mirada de Katsuki.

El reloj de la plaza marca las doce y el dulce sonido de las campanas lo despierta.

—No, no..¡Aléjate!—Izuku no resiste más, con brusquedad aparta a Katsuki de él y sale corriendo sin mirar atras.

Pero Katsuki no le persigue simplemente recoge los tacones olvidados en el suelo, esa persona se ha ido descalza y no contiene la risa que eso le causa.

—Torpe—.

Es todo lo que dice y desaparece en medio de la noche, a falta de compañía no tiene caso quedarse ahí.

Izuku llega a su hogar pasadas las doce, descalzo y agotado, subió a su habitación, era sábado en la madrugada así que no tiene que preocuparse por la escuela, envía un mensaje a Uraraka antes de dormir y eso fue todo, lo único que hizo antes de quedarse dormido fue lamentarse por sus tacones nuevos.

Cenicienta (Katsudeku) [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora