Bajo El Atardecer: Hicimos Una Promesa.

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15 de Abril de 2028.

El último día del viaje había llegado. Todos habían decidido pasar el día en la playa, menos dos personas.

Alice y Kirito decidieron visitar algunos lugares de interés en Okinawa. Las calles estaban repletas de gente y los artistas urbanos, alegremente daban sus shows. Ambos se detuvieron para observarlo, pero uno de los chicos reconoció al azabache y lo invitó a participar con ellos.

La rubia comenzó a grabar esto para después compartirlo en sus redes sociales. El azabache participó primeramente como guitarrista solamente, sin cantar ni nada que era algo común en el, ya que el siempre era visto como el líder y la voz del grupo.

Aunque después, el azabache tomó el micrófono para ser el cantante. "I am the entertainer. And I know just where I stand. Another serenader, and another long haired band. Today I am your champion. I may have won your hearts. But I know the game, you'll Forget my name, and I won't be here in another year if I don't stay on the charts". Las personas disfrutaban de "The Entertainer" de Billy Joel. Aplaudían al ritmo de la canción para acompañar al grupo.

Kirito interpretó una última canción junto al grupo, ya que el y Alice tenían aún cosas que hacer. "When the Night has come. And the land is dark. And the moon is the only light we'll see". Todos comenzaron a corear "Stand By Me" de Ben E. King. A Alice le dieron un pandero para que se uniera al grupo mientras también cantaba.

"Darling, darling stand by me. Oh, stand by me". Rubia y azabache comenzaron a bailar acompañando a los demás. Del otro de la calle, igual la gente bailaba al escuchar tan hermosa melodía. Gente que escuchaba desde los locales se dieron oportunidad de salir y escuchar igualmente.

Parecía la escena de algún musical donde gente y gente salía a cantar y bailar. "And darling, darling stand by me. Oh, stand by me. Stand by me". El último coro sonaba junto a muchos aplausos y gritos. Después de eso, el azabache agradeció y continuó con su cita con Alice.

Visitaron el acuario Churaumi, un lugar que es uno de los acuarios y lugares turísticos más importantes del mundo. Azabache y rubia disfrutaban de esto ya que era una actividad única. Ambos reían, tomaban fotos y apreciaban todo lo que veían. Había una incontable cantidad de especies marinas.

El reloj marcaba las 6:30 pm. La ciudad se estaba tiñiendo de un bello color naranja debido a que el sol estaba descendiendo para así dar paso a la noche. Nuestra pareja se encontraba en el castillo Shuri.

Este fue el primer palacio del reino de Ryukyu. Data La historia que en el año 1945,durante la batalla de Okinawa, fue casi destruido, ya que sólo quedaron algunas paredes en pie apenas a ras del suelo. Tuvo una reconstrucción total en 1992. (Lamentablemente el año pasado se vio envuelto en un incendio y actualmente ya no se encuentra como era antes. Una pena ya que en algún momento quería visitarlo).

Los chicos se encontraban viendo el hermoso atardecer mientras algunos pájaros volaban hacia el horizonte. Por alguna razón, nuestro azabache estaba nervioso. Esto Alice lo noto y le pareció algo raro, ya que Kirito siempre se mostraba seguro. No importaba la ocasión. La rubia lo abrazó poniendo más tranquilo a nuestro amigo. No había nada que les arruinara su último día en Okinawa. Todo era perfecto.

- Alice. - Dijo Kirito.

- Dime. - Comentó Alice.

- Creo que te debo tu regalo de navidad.

Alice se puso nerviosa, ya que ella no tenía que darle al azabache. Pensaba ella en darle otra noche de pasión, pero no quería verse vulgar así que descartó esa opción. El azabache soltaba pequeñas risas al ver a la rubia muy preocupada por no tener nada que darle. La rubia se deprimió por esto, ella quiere darle un regalo a su amado.

- Lo siento, Kirito...

- ¿Por qué?

- Yo no tengo que regalarte.

- Alice, eso no importa.

Kirito comenzaba a mostrarse más y más nervioso ya que caminaba de un Lado al otro. Algo no muy típico en el. Sin mencionar que sus piernas temblaban, balbuceaba y algunas gotas de sudor recorrían su frente. Alice estaba más preocupada, pues pensaba que el azabache podría tener fiebre.

Sin embargo, Kirito plantó cara y volvió a su forma decidida que conocemos. Se puso enfrente de Alice. La rubia se sonrojada ya que, a pesar de ser novios, ella no podía evitar sonrojarse cuando Kirito se ve tan determinado.

- Alice... La verdad es que no necesito que me des un regalo. - Comentó Kirito. - Lo que estoy a punto de darte, era algo que tenía pensado darte no en navidad, si no en año nuevo. Algo que discutí con Eugeo a lo que el me dijo, que no debería importarme lo que vayan a pensar.

Kirito sacó un estuche pequeño. Al principio, Alice creía que eran unos aretes, pero por alguna razón, el corazón de Alice se estaba acelerando. Si hubiera un completo silencio, podríamos escuchar su corazón a mil por hora. Kirito dejó el suspenso y mostró el interior del estuche. Era un anillo. La rubia comenzó a derramar algunas lágrimas.

- Se que aún somos jóvenes. Tenemos toda una vida por delante. Pero no hay otra persona con la que quisiera estar. También no es como que fuera a hacerlo en estos momentos, pero que tal en un futuro. Este anillo lo veo como una promesa que quiero mantener. Alice... ¿Te casarías conmigo?

- Si Kirito... Si me casaría contigo.

Bajo el cielo rojo de Okinawa. En el mítico castillo Shuri. Azabache y rubia sellaron con un beso una promesa para el futuro. Una en donde algún día darán su vida uno al otro y caminarán como marido y mujer. La noche cayó y el anillo brillaba junto a las luces de las estrellas. Rubia y azabache se comprometieron. Y que mejor lugar que Okinawa para hacerlo.

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