Versos y Párrafos.

Awakening.

Con el capítulo de hoy, informó que sólo faltan 8 capítulos para la conclusión de esta historia. Nunca me imagine en hacer una historia tan larga. Siempre escribía historias de 20 capítulos.

He dado mucho tiempo y dedicación a esta historia que espero que cuando llegue el final, sea satisfactorio para ustedes lectores. Que al final de todo, escribo para ustedes. Sin nada mas que decir, disfruten el capítulo de hoy. "Sic Parvis Magna".

Kazuhira Sasaki.

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19 de Marzo de 2028.

Cuatro meses han pasado desde que Kirito entro en coma. El reloj marcaba las 9:30 pm y nos encontramos con una Alice leyendo "A sí mismo", a lado de la cama donde yace su amado. Ella ha venido prácticamente todos los días desde el incidente. Su rostro se nota cansado, sus ojos hinchados y su cuerpo un poco desnutrido.

La chica voltea a ver a su amado que sigue dormido sin ninguna señal de que vaya a despertar. Ella vive con ese miedo desde entonces, que el chico nunca despierte dejando el mundo y a la rubia sola.

De vuelta a esta especie de limbo. Nos encontramos con Yuuki y Kirito. El azabache escuchaba una linda melodia a la distancia y a mucha gente bailando.

- Bailemos Kirito.

El dúo bailaba al ritmo de la canción "Carry On" de Pokey LaFarge. Era una canción lenta y bella. Los dos disfrutaban de esto, pues era su primer baile en mucho tiempo.

- Has mejorado. - Dijo Yuuki.

- Bueno, me preparaba para un baile de graduación. - Comentó Kirito.

- ¿Aún quieres quedarte?

- Si.

- ¿Por qué?

- Para estar contigo.

Yuuki entonces señaló a dos personas haciendo que el azabache volteara su mirada a una pareja de adultos. Ambos bailaban alegremente mientras se observaban fijamente el uno al otro.

- Se parecen a mi.

- Bueno, es normal que los hijos se parezcan a sus padres.

- ¿Eh?

- Allá vas.

Yuuki empujó a Kirito de manera deliberada haciendo que chocará con la pareja. Kirito se sobaba pero a la vez lo hacía esperando que no le prestarán atención. Esto por miedo, pues pensaba que, si en verdad eran sus padres, no lo reconocerían pues no saben como es ahora que es mas grande.

- ¿Estas bien jovencito? - Preguntó el señor mientras levantaba al joven.

Mientras, el chico se levantaba lentamente. La señora al verlo cambió su cara, pues sabía que conocía a ese muchacho.

- ¿Kazuto? - Preguntaba la señora a punto de llorar.

- ¿Eh? ¿Kazuto? No creo que sea el amor. - Dijo el señor.

La señora rápidamente abrazo al chico, pues ella con su instinto maternal lo sabía. El en verdad era su hijo. Sin importar el tiempo que pase, una madre siempre reconocerá a su hijo. Después de observar detenidamente al muchacho, el señor no lo dudo ni un segundo más y sabía que el verdad era su hijo.

- Has crecido muy fuerte y guapo, Kazuto. - Dijo la señora viendo a su hijo.

- Kazuto... - Dijo el señor mientras abrazaba a su hijo.

Kirito comenzó a derramar lágrimas, pues él, de alguna manera, sabía que eran sus padres. Tal vez fuera él olor o el lazo que sólo padres e hijos tienen. Pero sus lágrimas eran de felicidad, pues después de mucho tiempo, por fin pudo conocer a sus padres.