Indestructibles - Itzer / Carmuel

Capitulo III - Otra vez te ví

Abril 2025 - Barcelona

Eran las 8 horas del día y el moreno no había podido conciliar el sueño desde que había llegado a su casa. La cabeza le empezaba a palpitar al mismo ritmo de su corazón, como señal de que su resaca estaba a punto de iniciar. Lo cual, sabía que lo dejaría postrado en su cama por el resto del día, porque ya no tenía veinte años.

Camino como pudo hasta la cocina y busco en los gabinetes de medicina un alka-seltzer. Ya no era el mismo chaval que podía soportar el día entero un dolor de cabeza por resaca. Sin duda alguna, habían muchas cosas que ya no era capaz de soportar. ¿Así es la adultez no?

Se sentó en el mesón de la cocina a esperar que la tableta se deshiciera en los dos dedos de agua, mientras sentía como el malestar empezaba a mezclarse con la confusión de lo ocurrido la noche anterior.

"¿Que hice? Trata de recordar Itzan"

Náuseas.

Los rayos de sol empezaron a filtrarse por las cortinas de la cocina, pero esta vez, ello no conseguía perturbarlo del todo. Esta vez su cerebro no estaba concentrado en su alrededor y en captar cualquier mínimo detalle que instintivamente pudiera causar la irritación del chico.

Esta vez, solo le preocupaba saber que coño había hecho, que había terminado follando con Paula. Porque habría sido solo una follada. ¿No?. No se imaginaba en un plan romántico con la castaña. De hecho, jamás había pensado en la chica como algo distinto a una compañera. No hasta que Paco planto esa idea en su cabeza.

—Hijo de puta Paco. Mira lo que termine haciendo.

¿Y porque Paco tendría la culpa de tus actos niñato?. Inquirió la voz en su cabeza.

Tenía razón.

Era él y solo él, el responsable de lo sucedido. Además, ¿Porque se machacaba tanto la cabeza? Era sexo con alguien y ya.

Sin embargo, el verdadero problema, era el siguiente.

No era alguien y ya, era su compañera de trabajo. No era la conquista de la noche, no era alguien que solo conoció hace diez minutos. Era su puta compañera de trabajo. Con quién al parecer había mandado todo a la mierda. Por que esas cosas nunca terminaban bien. Lo sabía por experiencia propia.

Solo deseaba que Paula no se acordará de nada, lo cual era imposible. O que simplemente le pareciera una tontería lo que había pasado. Un arranque del momento, impulsado por el alcohol.

¿De verdad te vas a engañar así?. Otra vez la voz.

Se tomó la cabeza con las manos.

El sabía que para Paula no sería solo una follada. Después de la conversación que había tenido con Paco hace un mes, empezó a fijarse en la actitud de la chica. En sus gestos y en sus atenciones. Lo que había provocado, que, en su mente se instalara la inevitable sospecha. Esa que quiso ignorar a toda costa. Volviéndolo testarudo. Excusándose de forma graciosa. Y alegando que, el sentido que le permitía intuir que alguien gusta de ti, nunca le había funcionado. Y que si tenía una sospecha de alguien, siempre era lo contrario. Pero hasta para el más ciego era obvio.

La chica estaba hasta las trancas por él. Y él, lo había jodido todo acostándose con ella.

(...)

Pasada las horas y luego de haber podido conciliar el sueño, despertó algo atolondrado. Sin noción del tiempo y espacio.
Se sentó en la cama mientras, estrujaba sus ojos y miro el reloj en su mesa de noche.

Las 15:25 horas.

Ubico su teléfono en medio de la oscuridad que reinaba en su habitación, palmeó su cama hasta encontrarlo y lo desbloqueo.