Jackson abrió los párpados que no recordaba haber cerrado, por un instante pareció recobrar la cordura, cayendo en cuenta del sitio en el que se encontraban.
Personalmente no le importaba si era apropiado o no, pero debido a las circunstancias prefería llevárselo a un lugar más íntimo.
Yendo en contra de sus instintos detuvo al humano, evitando seguir la intención de sus labios y aquellas manos sobre su cuerpo.
Suspiró y llevó las propias a cada agarre del pelinegro, deshaciéndolo ante su mirada confusa.
Cierra los ojos, debemos irnos. —Fue su escueta respuesta. No era necesario pero era más cómodo al no estar familiarizado con desaparecer y aparecer en otro lugar. No quería lidiar con reacciones adversas.
Él obedeció y Jackson se concentró, reapareciendo ambos en su hogar.
Como si esto fuera una señal de salida, JaeBeom ya estaba de nuevo sobre su cuello, acorralándolo contra la superficie más cercana, importándole poco dónde habían acabado de llegar. Pequeños detalles que hicieron sonreír al demonio no sin cierta sorna.
La camisa yacía en el suelo junto a las armaduras, aún demasiadas prendas de por medio, estando en su habitación.
Como si algo se desconectara, JaeBeom dejó de pensar, siguiendo solo aquellos instintos poderosos que lo arrastraban a aventurarse en aquel cuerpo con caris de infierno.
Sintió los dedos de Jackson enredarse en su cabello, tomando un puñado de hebras oscuras, tirando y guiándolo más abajo por su pecho mientras él, dócil y a la vez, autoritario, besaba y lamía, atrapando tramos de piel con su boca para pintar con humedas succiones aquel lienzo en blanco.
Bajos jadeos y suspiros, maldiciones inarticuladas rehuyendo de los labios adversos. No sabía porqué pero solo llevando pantalones y el calzado lucía tan atractivo. JaeBeom estaba asquerosamente tentado, su piel un poco bronceada parecía pedir en silenciosos gritos sus labios, como si pudiera leer el lenguaje corporal del demonio, como si cada fibra vibrando en su cuerpo resonara en el propio y produjera un eco ensordecedor, haciéndole imposible ignorarlo o resistirse.
Pero el demonio ya tenía sus planes. Por medio de su agarre hizo que el otro alzara el rostro y con su cuerpo avanzó, obligándolo a retroceder cada paso hasta que sus piernas encontraron el borde de la cama y se fueron ambos sobre esta. Con Im más dispuesto y posicionado, no tardó en acomodarse a horcajadas sobre sus muslos, subiendo hasta que quedó sentado en la ingle, con las piernas a cada lado apretándolo. Su trasero presionaba contra la entrepierna. Tuvo que morderse el labio inferior al sentir la dureza del noble encajando contra su trasero, sonriendo.
Definitivamente eso, le encantaba.
Bajó sus manos y las dejó contra el pecho, sirviéndole de apoyo para sus próximas intenciones. Todo lo que necesitaba era detonar cada bajo instinto del pelinegro. Despertar cada terminación nerviosa y hacer que la excitación quemara como pólvora en su sistema. Sabía cómo y el otro parecía saberlo también, aunque un poco inconsciente.
Sus caderas asumieron el compás, empezando lentamente, tanteándolo. Jackson estudiaba sus reacciones, disfrutando a la vez. Acentuó su sonrisa al recibir las manos contrarias hundiendo los dedos en sus muslos, apretando con saña.
Vio sus labios entreabrirse, liberando los más melodiosos jadeos, aún si eran bajos. Y gruñidos torpes. Aquel problema se llenaba en los pantalones adversos y valía decir que los propios no estaban en mejores condiciones.
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Demon's King • JackBeom
Fantasy¿Deidad? ¿Demonio? No hay favor sin beneficio. °°°°° × Historia corta. 3 Shots. × Inspirado en 100 Ways. × Continuación de esta historia en Diábulus | JackBum