Me and Younian

Los Liang

Capítulo 1

Es invierno, caen pequeños copos de nieve en mi suéter que me acaba de regalar papá, mamá está preparando la cena, Tom mi perro blanco y hermoso, Yinyu mi hermana de 10 años y yo, estamos en el porche de la casa, disfrutando de la nieve, del clima frío y de las luces de las casas vecinas, ya huele a comida por lo que Tom mueve la cola y olfatea saboreándose; caminamos unos cuantos metros, nos vamos alejando un poco de casa para ver la decoración de la familia Liang, ellos siempre se lucen, llegamos y.... sí, efectivamente, ahí está él, acomodando el patio con luces, para que personas como yo, al pasar disfruten de un hermoso panorama.

- Hola niñas, ya casi está listo, una media hora You-nian y Lai acomodan todo -  dice el señor Liang.
- Oh, gracias. No será posible verlo hoy, mis papás nos esperan para la cena y Tom anda un poco hambriento - respondo.

Younian voltea hacia mi, nuestras miradas se cruzan, sus ojos color café oscuro, su piel blanca y de porcelana, esos labios gruesos, rosados, su cabello lacio y castaño...
- oye, tú vas en la universidad de Zhejiang, ¿cierto? -  me pregunta Younian interrumpiendo mis pensamientos.
- Emmm, sí - respondo titubeando, porque soy demasiado tímida, tengo 17 años y no he aprendido a que los chicos no me pongan nerviosa, en especial él, que desde que nos mudamos solo quiero pasar por su patio y verlo.
- Se llama Xia - responde su hermano Lai. ¿Qué?, ¿cómo sabe mi nombre?
-  Oh, bueno pues Xia te esperamos mañana para que puedas apreciar lo que estamos armando - Responde You nian con esa sonrisa de como decirle un no
Mi Hermana un poco inoportuna contesta - uy, ella encantada con volver mañana, de hecho diario pasa por aquí.
Volteo a verla con esa mirada de "llegando a casa me las pagas" y rápidamente digo - sí, éste camino es mejor porque no está transitado para salir a la calle principal donde tomo mi autobús para irme a clases - espero me hayan creído, porque eso ni se lo creé Tom, que por cierto, el pobre ya tiene hambre, y como soy considerada con mi perro, y estoy roja como un tomate y aún son las 6 pm, no oscurece y se me nota, me despido
- bueno nos retiramos y les está quedando súper bonito - nerviosamente agarro a Tom y vamos de regreso a casa.
Muy bien niñas, las esperamos mañana entonces- se despide el señor Liang .

Caminamos de regreso a casa los tres, mejor dicho los cuatro, por la vergüenza que me cargo.